El Madrid campeón: ‘Eneryía’ frente a estrategia

En cualquier de las fórmulas del ganador de la Liga la pieza maestra ha sido Toni Kroos

Toni Kroos festeja un tanto del Madrid en la ida de las semifinales de la Champions ante el Bayern.FILIP SINGER (EFE)

Eneryía, claro, es energía en la boca de Ancelotti, al que todo le sienta bien, incluidas sus dificultades con el castellano, que nos hacen evocar las de otro personaje muy bien recordado aquí, Vujadin Boskov. Energía es el nuevo camino que en el fútbol buscan muchos, después de ese excurso por el tiqui-taca que ya se empieza a ver como una fórmula sólo aplicable cuando se tiene a Xavi e Iniesta juntos en el mismo equipo, y eso sólo ha pasado una vez en la historia y el tiempo s...

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Eneryía, claro, es energía en la boca de Ancelotti, al que todo le sienta bien, incluidas sus dificultades con el castellano, que nos hacen evocar las de otro personaje muy bien recordado aquí, Vujadin Boskov. Energía es el nuevo camino que en el fútbol buscan muchos, después de ese excurso por el tiqui-taca que ya se empieza a ver como una fórmula sólo aplicable cuando se tiene a Xavi e Iniesta juntos en el mismo equipo, y eso sólo ha pasado una vez en la historia y el tiempo se los llevó. Fue fascinante, llegó a inspirar incluso a la selección alemana, pero ya ni el Barça, origen de la escuela, apuesta por eso, por más que Xavi Hernández trate de sugerir una y otra vez que sí, que se mantiene fiel al dogma.

El Liverpool de Klopp, con su descomunal energía, provocó un pendulazo. Estas cosas son frecuentes en el fútbol, que va variando de camino según las corrientes de la historia. El pensamiento actual es que no se puede salir adelante sin eneryía, Ancelotti lo ha dicho explícitamente varias veces, y de hecho las últimas decisiones técnicas del Madrid han ido en esa línea: la elevación definitiva de Valverde a titularísimo, los fichajes de Tchouameni y Camavinga para la media, la potenciación de la defensa con el imponente Rüdiger, y hasta, podríamos decir, el recurso a Joselu para parchear cuando fuera preciso el boquete que dejó Benzema.

Y nunca, salvo en peligro de muerte o se ha de comulgar, Kroos y Modric juntos. La pareja que guiaba al equipo, hecha de más talento que músculo, pasó a ser sospechosa de obsolescencia. Sólo se salvó uno de los dos, el alemán. El papel de Modric ha sido residual.

Pero esta Liga de la que se ha apoderado el Madrid tiene mucho más que deber a Kroos que a todos los musculosos inagotables con los que se ha pretendido prefigurar el futuro. No gana tantos duelos, no intimida por su aspecto, pero ha sido, en ausencia de Modric, el gran estratega del grupo. El imprescindible. El hombre que marca la pausa y el ritmo, que elige el juego corto o largo, que permite al Madrid variar su fútbol según las necesidades del partido. Guardiola le confesó a Valdano que en el estudio intensivo que en el City hicieron en grupo antes de la eliminatoria de cuartos, llegaron a la conclusión de que el Madrid es un equipo sin patrón definido. Les resultó imposible saber a qué se iban a enfrentar. De hecho, los muchos que vemos todos los partidos del Madrid en la temporada no podemos estar más de acuerdo en eso. El Madrid es varios Madrids. Pero en cualquiera de sus fórmulas, la pieza maestra ha sido Kroos.

Varios otros jugadores tienen gran mérito en esta Liga, una de las que más brillantemente ha ganado el club de Chamartín. Rüdiger y Nacho, suplentes en el primer reparto de papeles, han cerrado bien el centro de la defensa; a la derecha, Carvajal ha hecho su mejor temporada, tras superar con cambios de nutrición una tendencia a las lesiones musculares que le tenía amargado; Bellingham hizo un primer cuatrimestre sublime, acumulando trabajo, inspiración y goles; Vinicius superó una lesión de dos meses tras la que consiguió recuperar su explosiva velocidad, a la que ahora une su sorprendente lucidez a la hora de definir o entregar el pase; Rodrygo ha hecho pesar su oportunismo; Lunin, Lucas Vázquez, Brahim y Joselu han sabido ser útiles desde la suplencia siempre que fueron requeridos…

Y Ancelotti ha hecho un capolavoro en el manejo de la plantilla, acertando al compensar unas bajas tremendas: Benzema antes de empezar la temporada, sin reemplazo posible, las largas lesiones de Militão y Alaba, a las que en algún momento se unieron las de sus suplentes. La de Courtois. Pero sobre todo ha acertado al no abrazar plenamente la fórmula de la eneryía y mantener a Kroos como clave del arco, con apariciones espaciadas de Modric cuando ha sido preciso.

El fútbol necesita la fuerza, siempre la necesitó. Pero es difícil sustituir el papel del estratega, el que entiende y mueve el partido en la dirección correcta, porque el balón le obedece y sus compañeros también. Ese jugador es Kroos. Esperemos verle al menos un año más.

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