La carga del PSG rinde a un valiente Barça

Una polémica expulsión de Araujo a la media hora condiciona un partido presidido por la presión francesa y los fallos defensivos azulgrana en los goles

Mbappé celebra uno de sus dos goles contra el Barcelona este martes en el Estadio Olímpico Lluís Companys.Foto: CLIVE BRUNSKILL (GETTY IMAGES) | Vídeo: EPV (EFE)
Barcelona -

Aunque el Barça se reconcilió con la Champions, Montjuïc no es el Camp Nou y el Barça de la vuelta tampoco fue el mismo que el de la ida en el Parque de los Príncipes. Las diferentes circunstancias que giraron en favor de los azulgrana en París se tornaron en su contra en Barcelona. Una polémica expulsión de Araujo (m.30) marcó un punto de inflexión anímico y futbolístico en e...

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Aunque el Barça se reconcilió con la Champions, Montjuïc no es el Camp Nou y el Barça de la vuelta tampoco fue el mismo que el de la ida en el Parque de los Príncipes. Las diferentes circunstancias que giraron en favor de los azulgrana en París se tornaron en su contra en Barcelona. Una polémica expulsión de Araujo (m.30) marcó un punto de inflexión anímico y futbolístico en el barcelonismo y subrayó la afrenta del PSG. Todo les salió bien a los franceses, que solo concedieron un momento de gloria a Lamine Yamal, asistente de un gol de Raphinha que encendió Montjuïc. Los futbolistas de Luis Enrique respondieron con cuatro tantos, dos de Mbappé, tras un ejercicio muy bien planteado y mejor resuelto para llegar a la semifinal ante el Borussia Dortmund. A su inferioridad, respondió el Barça con valentía y competitividad, excusado siempre en el árbitro y el lance de Araujo.

No era fácil mantener el control emocional en la cancha tras la agresiva carga ambiental protagonizada a la entrada del estadio por radicales azulgrana, especialmente desagradables por sus insultos a Dembélé y Vinicius y tan impacientes que confundieron el bus del Barça —y lo apedrearon— con el del PSG. Aunque el olor a pólvora se apagó rápido, la grada temblaba por la excitación de la hinchada, nerviosa y expectante, optimista y prudente, como si no las tuviera todas consigo tras recuperar los viejos hábitos y las rutinas olvidadas de cuando su equipo mandaba en Europa. No había ni euforia ni miedo, sino una tensión competitiva que los futbolistas necesitaban absorber y administrar en un partido de vértigo por la pulsión del PSG, un equipo que no especula, y menos con el marcador en contra de la ida: 2-3. El estrés pudo con Araujo.

El Barça defendía más que jugaba y había sobrevivido tan bien hasta la media hora que ganaba por 1-0 después de una jugada monumental de Lamine Yamal que remató Raphinha. El extremo profundizó por el costado derecho, recortó a Nuno Mendes, aceleró y centró para la llegada del brasileño, que atacó el primer palo para batir a Donnarumma. La efectividad azulgrana fue por un momento tan disuasoria como el desequilibrio de Lamine Yamal. Una transición y un gol que pudieron ser dos poco después por un remate de Lewandowski tras diez minutos de solidaridad azulgrana y empacho de balón del PSG. La acometida francesa empezó nada más sacar de centro Mbappé. Aunque el delantero se fue al suelo después de cuerpear con Cubarsí, tan autoritario como exquisito en el corte y en el pase, el PSG arrambló al Barça muy cerca del área de Ter Stegen.

Los muchachos de Luis Enrique, más voraces que intensos, flotaban a Araujo, reducían a Lewandowski con la marca de Lucas Hernández y aislaban a Raphinha. Los barcelonistas tardaron 11 minutos en tener la pelota y marcar el 1-0. Los franceses necesitaron 40 para empatar después de que Dembélé se anticipara a Cancelo. Los extremos franceses volaban para desespero de los laterales del Barcelona. Dembélé pudo marcar el 1-2 antes del descanso y Barcola provocó la expulsión de Araujo tras negar Ter Stegen un doble remate a Mbappé. El central uruguayo perdió la pelota y acto seguido derribó en el límite del área a Barcola. El árbitro expulsó al charrúa y Xavi retiró a Lamine Yamal para dar entrada a Iñigo Martínez. El cambio, justificable tácticamente, desanimó a la afición.

Kylian Mbappe celebra con sus compañeros el pase a semifinales de la Champions League.Juan Medina (REUTERS)
Ferrán Torres, Robert Lewandowski e Íñigo Martínez tras quedar apeados de la Champions League.Joan Monfort (AP/ LaPresse)
Kylian Mbappe del París Saint-Germain, celebra la consecución del tercer gol de su equipo, ante el FC Barcelona.Clive Brunskill (Getty Images)
Kylian Mbappe marca de penalti el tercer gol del PSG.Clive Brunskill (Getty Images)
Vitinha pone el 1-2 en el marcador.Albert Gea (REUTERS)
Ousmane Dembèlè marca el gol del empate del PSG ante el FC Barcelona.Albert Gea (REUTERS)
Ronald Araújo protesta al árbitro Istvan Kovacs, tras mostrarle una terjeta roja. Albert Gea (REUTERS)
Raphinha del FC Barcelona celebra el tanto marcado al París Saint-Germain.Clive Brunskill (Getty Images)
Raphinha pone en el marcador el 1-0 del Barça ante el PSG.Juan Medina (REUTERS)
Ronald Araujo intenta tapar un disparo de Fabian Ruiz.Albert Gea (REUTERS)
Nuno Mendes protege el balón ante Lamine Jamal.Emilio Morenatti (AP/ LaPresse)
Seguidores del FC Barcelona reciben al autobús que transporta a los jugadores antes del inicio del encuentro de vuelta correspondiente a los cuartos de final de la UEFA Liga de Campeones que FC Barcelona y París Saint-Germain disputan este martes en el Estadio Olímpico Lluís Companys de Barcelona. Alejandro Garcia (EFE)
Todo preparado en el estadio Lluís Companys, para que de comienzo el partido de vuelta de cuartos de la Champions League entre el Barça y el PSG.Albert Gea (REUTERS)

La inferioridad numérica de los barcelonistas agrandó la superioridad del PSG. Los franceses tardaron menos de una hora en firmar el remonte con un disparo cruzado desde la frontal del área de Vitinha que no tuvo réplica por parte de ningún zaguero del Barcelona. Los goleadores de París repetían en Montjuïc. El 1-2 atemperó al equipo de PSG hasta el punto de conceder un tiro muy franco a Gündogan. La jugada, sin embargo, no envalentonó a los barcelonistas, sino que desquició a Xavi, que fue expulsado por tercera vez durante la temporada, y descolocó a Cancelo. El portugués volvió a entrar a destiempo a Dembélé. Mbappé marcó el penalti para desesperación del Barça. Hasta Pedri, titular por delante de Fermín, echaba el hígado por la boca mientras no paraba de achicar la grada de Montjuïc y se imponía la calma del PSG.

El equipo de Luis Enrique, tan valiente como expuesto al ataque, no sabe cerrar los partidos, le cuesta descansar con la pelota, más reconocible con Achraf, Zaire-Emery y Barcola que con los cambios que metió el asturiano con el marcador a favor y el Barça al ataque. A punto estuvieron de forzar la prórroga un latigazo de Lewandowski que provocó la estirada de Donnarumma y un tiro cruzado de Raphinha. Ante la duda, apareció a última hora Mbappé para resolver un excelente contragolpe y firmar la clasificación del PSG de Luis Enrique ante la ira de Xavi. La actuación arbitral servirá de argumento para excusar la eliminación de un Barcelona que se quedó a medio camino en su regreso cuatro años después a los cuartos de final de la Champions. No alcanza con dejarse la piel y la vida para volver al cuadro de honor de Europa.

La eliminación acaba con la racha azulgrana ­—13 partidos sin perder— y obliga a retomar el anuncio de la dimisión de Xavi. La decisión del entrenador resulta ahora mismo tan controvertida como la falta y expulsión que provocó la roja de Araujo.

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