Míchel: “Era un todo o nada, y me han pintado la cara”

El técnico del Girona, que no tira a puerta, admite que expuso mucho a sus jugadores con el planteamiento. Bellingham, unas tres semanas de baja por un esguince de tobillo

Míchel, sancionado, seguía ayer el partido desde un palco.Angel Martinez (Getty Images)

El Madrid se presentó a la cita clave ante el Girona con una pareja de centrales que, entre los dos, solo sumaban cuatro partidos en esa posición. Tchouameni, dos encuentros y medio. Y Carvajal, uno y medio. “Hemos batido el récord del mundo con los cuatro centrales lesionados. Más preocupado que hoy no podía estar”, admitió Carlo Ancelotti después del 4-0, feliz por el “mejor partido” de los suyos este curso pese al agujero en la zaga. “Un golpe fuerte a la Liga, un partido humilde por nuestra parte”, resumió el italiano.

Míchel, sin embargo, osciló entre el descenso a la tierra y una dosis de cilicio por el planteamiento. “Me han pintado la cara”, reconoció. “La máxima responsabilidad es mía porque les he pedido a los jugadores presión alta, presión tras pérdida dejando en situaciones límite a los defensas… Los he expuesto, los he llevado a situaciones de máximo riesgo, pero era el día de hacer esto, no teníamos nada que perder. Era un todo o nada. Podíamos haber planteado un partido para salir airosos, defendiendo en bloque bajo, con tres centrales, pero no es mi manera de ver las cosas y nuestra posición era privilegiada para hacer esto”, explicó el entrenador del Girona, que no cree que el correctivo les haga daño y espera que les vaga como crecimiento.

“Hemos intentado jugar de tú a tú, pero cuando el Madrid está a un gran nivel, no llegamos. Ellos fueron muy superiores en los duelos. El partido de Vinicius, Camavinga… No estamos a ese nivel. Esto te hace ver la realidad y todo lo que hemos hecho. Nuestra Liga no es esta. Nos faltan uno o dos pasos para llegar al nivel del Madrid, que ha sido muy alto”, subrayó el técnico de Vallecas, que siguió el encuentro desde un palco por la sanción.

La mejor noche del Madrid sumó, no obstante, otra desgracia física: Jude Bellingham sufre un esguince alto grado en el tobillo izquierdo y, según las primeras estimaciones médicas, no volvería hasta el partido de vuelta contra el Leipzig, el 6 de marzo. Un mal menor, según el según, porque estuvo muy cerca de sufrir una lesión mucho más grave. Por la mañana se le había caído Rüdiger debido a una lesión muscular en el muslo izquierdo por el golpe que sufrió en Getafe hace 10 días.

“La emergencia absoluta acaba hoy”, había sentenciado una semana antes Carlo Ancelotti, cuando daba por hecho que recuperaría al alemán. Pero no. El teutón, lejos de no estar listo con el Girona, permanecerá de baja unas dos semanas más. Para Europa sí espera recuperar a Nacho, ausente por una sobrecarga, pero que este domingo entrenó con normalidad. Sin ningún central sano después de que el club decidiera rápido no ir al mercado de invierno pese a quedarse solo con dos para cuatro meses, ante el Girona acudieron al auxilio un lateral y un pivote, que nunca habían coincidido en esa demarcación. La tarde impoluta del Madrid se saldó sin ningún tiro a puerta del Girona y con apenas 10 raquíticas intervenciones de Artem Dovbyk, autor de 14 tantos en Liga.

Vini: seis goles en ocho partidos

La precariedad de efectivos en la zaga abonó el plan de Carletto. Presión alta si se podía, incluso hombre a hombre. Si no, paciencia y compactos. El 1-0 de la casi nada de Vinicius validó la idea y luego nadie se benefició más de ese cuadro que el brasileño, con praderas para correr y golpear. “Ha hecho un partido top”, definió Ancelotti, que dijo que cuando el atacante se despliega “con este nivel y actitud”, es “el mejor del mundo”. El segundo del altar, tras ser preguntado, sería Bellingham.

Las lesiones le han negado esta temporada a Vinicius la continuidad que siempre tuvo (ha sufrido los dos primeros problemas musculares en España), pero no le han restado eficacia. Sobre todo, en 2024: seis tantos en ocho partidos. Fue decisivo en la final de la Supercopa (triplete) y ante el Girona. El 1-0 se lo inventó en un amago de contra que no había anunciado nada hasta que soltó un latigazo combado desde 25 metros.

Y de la rotundidad a la sutileza. El 2-0 y 3-0 los parió con dos acciones delicadas: primero con un pase con el exterior maravilloso, con el matasellos de Modric, al espacio a Bellingham y luego bailando sobre la línea de fondo frente a Yan Couto, preludio del remache a placer del inglés, que volvió a meter en jugada después de ocho partidos con solo un penalti anotado (al Almería). Ya lleva 20 entre todas las competiciones. Fue el cierre del ex del Dortmund, que se marchó muy dolorido del tobillo izquierdo.

Ahí se acabó la sesión vespertina de JB, pero no la de Vinicius, pletórico en ataque y al que también se le vio correr hacia atrás y bajar al barro como pocas veces. Encaró y burló a Couto, y persiguió por su orilla a su compatriota, una de las grandes amenazas visitantes que padeció una tortura en el Bernabéu. “Esto le viene bien. Lo superará. Yo también estoy en fase de mejora”, concluyó Míchel.

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