Brahim, la dinamita del último de la fila
El malagueño vuelve al Metropolitano, donde se lesionó el hombro que mantiene dañado y no le ha impedido ser el jugador del Madrid que más peligro genera aunque es el que menos juega
La última vez que jugó en el Metropolitano, al que regresa este jueves para los octavos de la Copa del Rey, supuso una frustración doble para Brahim (Málaga; 24 años). El Real Madrid perdió su primer partido del curso —aún el único (3-1)—, y él sufrió un golpe que le desbarató el hombro derecho y le dejó más intranquilidad que dolor. Aunque el dolor fue terrible. Como lo fue la inquietud por lo que el percance —que parecía requerir de un paso por el quirófano— podía supo...
La última vez que jugó en el Metropolitano, al que regresa este jueves para los octavos de la Copa del Rey, supuso una frustración doble para Brahim (Málaga; 24 años). El Real Madrid perdió su primer partido del curso —aún el único (3-1)—, y él sufrió un golpe que le desbarató el hombro derecho y le dejó más intranquilidad que dolor. Aunque el dolor fue terrible. Como lo fue la inquietud por lo que el percance —que parecía requerir de un paso por el quirófano— podía suponer para sus opciones en el equipo. Tres días después, el Madrid recibía a la UD Las Palmas, y después de semanas viviendo de migajas, Ancelotti había elegido aquel día, la séptima jornada, para dar el primer descanso a Bellingham y la primera titularidad a Brahim. Disputó infiltrado menos de una hora y marcó el 1-0.
El malagueño ha exprimido sus opciones como nadie: lesionados aparte, es el que menos ha jugado, pero es el quinto máximo anotador del equipo, con seis goles. Es también el que contribuye a generar más ocasiones de calidad por cada 90 minutos en la Liga, según los datos de StatsBomb: 0,50 goles esperados (xG) + asistencias esperadas (xGA).
Pese a su buena primera titularidad, en la siguiente cita, contra el Girona, volvió a su dieta de restos: cuatro minutos. Quitando a Militão, Arda y Ceballos, era el menos utilizado de la plantilla. Ancelotti no terminaba de verlo como una opción sólida. Pero él no se impacientaba demasiado. Ni por lo que sucedía en su club, ni por la insistencia de Marruecos por convencerle para jugar con ellos al ver que España no le consideraba. Brahim había calculado que su momento llegaría más adelante, con la saturación de enero y febrero, y en sus tres temporadas en el Milan se había preparado para el salto definitivo en su segundo intento en el Madrid. “Ha venido con una convicción verdadera en sus posibilidades”, dice una persona que lo ve trabajar a diario en Valdebebas. “Y nota que los compañeros le miran de forma distinta”.
Brahim ya había firmado por el Madrid en enero de 2019, pero cuando regresó el verano pasado de tres años cedido, el club volvió a tratarlo como una novedad. Organizó otra presentación y la noche antes del primer entrenamiento, Juni Calafat se lo llevó a cenar a un restaurante a poco más de un kilómetro del Bernabéu con Güler y Bellingham. Como un recién llegado. Aunque ni él y ni su familia habían dejado de pensar en el Madrid.
Mucho de lo que hacía en el Milan iba dirigido a construir un futbolista que pudiera asentarse en el Bernabéu. Por ejemplo, el trabajo intensivo para fortalecer la zona central del cuerpo, el core, en lo que, según fuentes cercanas al futbolista, se centró después del primer curso en Italia. “Allí doblan la marca, juegan más pegados, y es importante para soportar el primer impacto”. dicen.
El salto físico no ha pasado desapercibido ni a sus compañeros en los entrenamientos ni a su entrenador: “Brahim ha vuelto después de los años en Milán con más conocimiento a nivel táctico y con más pierna. Un jugador más potente que destaca mucho en espacios defensivos”, dijo este miércoles Ancelotti. El técnico es consciente de su aportación ofensiva, pero ha destacado varias veces el aspecto que le ha llevado a empezar a confiar más en él y sobre el que mantenía reservas previas: “Es muy importante para nosotros a nivel defensivo. A veces hace un trabajo defensivo muy importante en cualquier posición. Lo he puesto por la izquierda, y lo ha hecho bien. A veces, como delantero centro, y lo ha hecho bien también. Es un jugador completo que nos está ayudando mucho”.
Aunque sigue con pocos minutos, aprovechó diciembre y ganó mucho peso. Tanto, que el domingo, antes de la final de la Supercopa en Riad, el director de la selección española, Albert Luque, también se había dado cuenta: “Desde la federación lo tenemos muy presente. El responsable es Luis [de la Fuente], pero puedo decir que es un jugador que gusta”.
Tres días antes, en la semifinal contra el Atlético, había salido a diez minutos del final, con 2-3. Cerró el partido marcando en la prórroga el 5-3 en esa carrera que le ganó a Oblak, que había subido a rematar un córner a la desesperada. En la celebración, se quitó la camiseta y quedaron a la vista las protecciones del hombro que se dañó en su anterior partido contra los rojiblancos, en el estadio al que regresa este jueves.
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