Un penalti salva al Barça en Las Palmas
El empujón de Sinkgraven sobre Gündogan en el descuento propicia otra victoria por la mínima de los azulgrana después de una noche de mucha incertidumbre
Un penalti que alimentará muchas tertulias sacó al Barça de una situación dramática en la Liga. Sinkgraven empujó a Gündogan y el árbitro señaló la pena máxima que transformó el alemán en ausencia de Lewandowsky. El reloj señalaba el minuto 94 de un partido de tantos del equipo azulgrana, que no mejora en el juego con el paso de las jornadas, remitido un día más al marcador: 1-2. Una victoria más por la mínima después de una noche de mucha incertidumbre en la que los futbolistas tardaron en responder a la voz de alarma de Xavi. No servía el empate ni siquiera después de que durante casi una ho...
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Un penalti que alimentará muchas tertulias sacó al Barça de una situación dramática en la Liga. Sinkgraven empujó a Gündogan y el árbitro señaló la pena máxima que transformó el alemán en ausencia de Lewandowsky. El reloj señalaba el minuto 94 de un partido de tantos del equipo azulgrana, que no mejora en el juego con el paso de las jornadas, remitido un día más al marcador: 1-2. Una victoria más por la mínima después de una noche de mucha incertidumbre en la que los futbolistas tardaron en responder a la voz de alarma de Xavi. No servía el empate ni siquiera después de que durante casi una hora ganara la UD Las Palmas y el Barcelona estuviera fuera incluso de la zona Champions. La urgencia y la presión acabaron por despabilar a los barcelonistas, ya sin Lewandowski en la cancha y en cambio con la presencia decisiva de João Félix.
El portugués, el mismo jugador que no se acostumbró al banquillo del Atlético, fue suplente también en el Barça en el Estadio Gran Canaria. João Félix fue el único señalado en la alineación por Xavi. El técnico quiso tomar el hilo de la segunda parte del partido ante el Almería y dio continuidad a Ferran al tiempo que mantenía a Sergi Roberto. La propuesta apenas duró diez minutos porque se lesionó João Cancelo en una disputa de la pelota con Perrone. Los dos portugueses son al fin y al cabo los futbolistas más difíciles de calzar en el desfigurado cuadrado de Xavi desde que ha perdido el hilo del juego.
El entrenador no tocó en cambio a Koundé ni a Lewandowski, igual de sospechosos, para intentar recuperar la efectividad perdida en las áreas, y el equipo ya perdía antes de cumplirse el cuarto de hora cuando marcó Munir. La defensa se aflojó como acostumbra al poco de empezar el encuentro cuando los zagueros no se sabían muy bien como situar con la entrada de Christensen. Koundé volvió al lateral y, mientras tanto, Sandro y Munir, dos futbolistas precisamente con pasado azulgrana, se bastaron para sorprender al errático Peña. La UD Las Palmas se inspira al fin y al cabo en la versión original del Barça, la misma que tiene el estilo y el fútbol de posesión como bandera que tan bien conoce García Pimienta.
El técnico del equipo canario militó 28 años en La Masia y sabe muy bien cómo quiere que juegue su equipo, un ejemplo de equilibrio en la cancha y en las estadísticas, y también ha descifrado la manera de jugar contra el Barça. A partir de la sobriedad de su portero Álvaro Valles, el segundo menos batido del campeonato, la UD Las Palmas sabe cuidar muy bien la pelota y alcanza fácilmente las posiciones de remate ante los rivales que no saben contener como el Barcelona. Sandro se convirtió en un martillo, siempre bien perfilado para el remate, punto final de las rápidas transiciones del equipo de García Pimienta.
El Barça replegaba muy tarde y mal, siempre expuesto por las reiterativas pérdidas del balón, y era incapaz de acabar una jugada ante Valles. No se contó un solo tiro a portería de los azulgrana cuando la contienda llegó al descanso mientras que la UD Las Palmas sumaba hasta cinco frente al nervioso Peña. Las caras y gestos de frustración barcelonista contrastaban con la inexpresividad de su juego, siempre descoordinado y víctima de las prisas por chutar, por marcar y por ganar, por querer resolver en un minuto un problema de meses, por dar fe de vida ante un rival que está considerado como una de las revelaciones de la Liga.
A falta de rigor, los barcelonistas se entregaron al desorden y desde el atropellamiento alcanzaron el empate después de una confusa jugada que aclaró Sergi Roberto con un pase preciso para el remate colocado de Ferran Torres. La efectividad azulgrana descentró por momentos a un contario que con anterioridad había perdonado o no había tenido puntería ante Peña. Había más intensidad, presión y precisión en el Barcelona. Las embestidas colectivas se sucedían y reculaba cada vez más la UD Las Palmas. Ya no se trataba de jugar bien sino de insistir con el intervencionismo de los tres centrocampistas: De Jong, Gündogan y especialmente Sergi Roberto. No había noticias por el contrario del que fue Pichichi Lewandowski.
Xavi acabó por quitar al polaco del campo juntamente con Raphinha y dio entrada a João Félix y Lamine Yamal ante el mutismo de la UD Las Palmas. El equipo canario se apagaba por agotamiento a pesar de los cambios de García Pimienta. Las concesiones defensivas barcelonistas, sin embargo, no garantizaban el remonte para satisfacción de la hinchada del Estadio Gran Canaria. Un cabezazo franco de Marmol a la salida de un córner no cogió portería por muy poco antes de que debutara y no acertara en el tiro Vitor Roque. El gol de la remontada fue obras de Gündogan en la prolongación del partido después de un penalti protestado por la UD Las Palmas. El 1-2 permite ganar tiempo en busca del fútbol perdido con la excusa de que el equipo tiene orgullo, dignidad y actitud por más que esté a siete puntos del liderato de la Liga que comparten Madrid y Girona.
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