Leo Messi gana su octavo Balón de Oro: “Tuve muchos golpes con la selección, pero nunca bajé los brazos”

El 10, refugiado en la MLS, se despide de la élite del fútbol y conquista la gala de France Football tras ganar el Mundial con Argentina

Lionel Messi, con su octavo Balón de Oro en París.Foto: MOHAMMED BADRA (EFE) | Vídeo: EPV
Madrid -

Fue la primera vez que la MLS se quedó con el Balón de Oro. Fue también la primera vez que un futbolista masculino (sí lo hizo Megan Rapinoe en 2019), que juega fuera de Europa, ganó el galardón de la revista France Football. Y fue la primera vez que, gracias a una gesta con Argentina, Lionel Messi levantó el más prestigioso de todos los premios individuale...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Fue la primera vez que la MLS se quedó con el Balón de Oro. Fue también la primera vez que un futbolista masculino (sí lo hizo Megan Rapinoe en 2019), que juega fuera de Europa, ganó el galardón de la revista France Football. Y fue la primera vez que, gracias a una gesta con Argentina, Lionel Messi levantó el más prestigioso de todos los premios individuales. Sin embargo, la noche de los estrenos, tuvo sabor a despedida. “Ya está, se terminó”, le gritó Messi, desde el césped del Estadio Lusail, después de ganar el Mundial 2022, a su familia, que lo miraba desde el palco. Unos meses más tarde, el 10 dejó el PSG para refugiarse en el Inter de Miami. Pero antes de dejarle definitivamente el trono a Erling Haaland (23 años, campeón de la Champions), a Kylian Mbappé (24, subcampeón del mundo) y a Jude Bellingham (20, nuevo líder del Madrid), el fútbol moderno le rindió el homenaje, seguramente el último, a su hijo predilecto. “No me quiero olvidar de Haaland ni de Mbappé, que tuvieron un año espectacular, y en los próximos años ganarán este premio”, dijo el 10. Fue el octavo, más que nadie, tres por delante de su archirrival Cristiano, cinco por encima de Johan Cruyff y Michel Platini.

Vestido en un traje gris que parecía prestado y peinado sin peinar, Messi se consolidó como el mejor del mundo en 2009. Fue la última ceremonia que France Football retransmitió desde el plató de TF1 (televisión francesa). Lejos de la absoluta falta de glamour de cuando a Luis Suárez lo galardonaron en el césped del Camp Nou —”Cuando me dieron el Balón de Oro no me invitaron ni a merendar”, le comentó a este periódico—, pero sin acercarse ni por asomo a la hollywoodiense versión 2023, con alfombra roja y hasta retransmitida en el canal de Twitch de Ibai Llanos, en la que el argentino sorprendió con un discreto esmoquin negro de Dolce & Gabbana. El 10 acostumbraba a ser atrevido. Fue en 2012, en Zurich, cuando Messi se animó a arriesgar con su atuendo: una americana a lunares. “No sé, me la ofrecieron y me gustó”, le contó a uno de sus amigos en el hotel de antes de la gala. “El pelo, la barba, la fisionomía… Es un Leo completamente diferente. Su mujer ha tenido mucho que ver en su cambio estético. Antonela lo ha hecho más lindo”, explican desde el entorno del 10 del Inter de Miami.

“Cualquier gala no deja de ser un evento asociado a una marca. Y una marca necesita una comunidad de seguidores. Es cierto que el hecho de que Leo gane hace que todo lo mediático crezca. Reafirma que es el número 1. Un imán para las marcas: suben las acciones. Messi es un personaje global. Si, por ejemplo, hubiese ganado un jugador más local, como puede ser el caso de De Bruyne, las portadas de los diarios serían inferiores, tiene muchos menos seguidores”, explica un especialista en marketing deportivo. Messi suma 490 millones de followers en Instagram. Solo Cristiano, 609, lo supera. De Bruyne suma 24,3. “Las redes sociales hacen que todo llegue más rápido. En la época de Luis Suárez no había ni fax. ¿Cómo se iba a hablar? France Football ha logrado generar un hype impresionante. Y este año, con Messi, lo más importante para ellos es que se instala en el mercado americano. Antes lo estaban, pero mañana todos los medios en Estados Unidos hablarán de Messi y del primer Balón de Oro para la MLS, que logra, por fin, ponerse en el foco mundial”, rematan las mismas fuentes.

Messi cambió de liga y de look, pero no su fútbol. Su primer Balón de Oro lo consiguió abrazado al histórico equipo de Pep Guardiola, ganador del triplete en la temporada 2008-2009. El último, 14 años después, después de conquistar el título más deseado y el más dilatado de su carrera: el Mundial. “Comparar a la selección argentina de 2022 con el Barcelona de 2009, que es el mejor equipo de la historia, es mucho. Pero está muy cerquita por todo lo que viene demostrando”. Así definió el 10, según él, sus dos grandes equipos. Y añadió: “Como dijo Aitana, tuve la suerte de estar en el mejor equipo de la historia y eso hizo que ganara muchos premios individuales. Tuve muchos golpes con la selección, pero nunca bajé los brazos”, sostuvo Leo.

Messi, con sus tres hijos, tras recibir el premio.STEPHANIE LECOCQ (REUTERS)

No olvida al Barcelona

No olvida Messi al Barcelona, mucho menos su triste despedida. “Obviamente, me encantaría poder despedirme de la gente de otra manera. Creo que quedó una sensación rara cuando me fui y creo que no está bueno con todo lo que compartimos y vivimos juntos, con todo lo que nos dimos mutuamente. No terminar de una manera como la que teníamos que hacerlo... Sigo al Barça, como lo hice siempre y lo voy a seguir haciendo. Es el club al que amo y voy a amar toda mi vida. Creo que me merezco despedir de esa gente con la que tantas alegrías y tristezas que hemos vivido toda mi carrera. El hecho de haber estado tantos años allí y tener buenos compañeros hizo que ganase tanto. Ojalá poder algún día colaborar y dar lo mejor para ellos como siempre lo hice”, explicó.

Messi vivió durante años atormentado. Sus éxitos en Barcelona se convertían en fracasos con Argentina. Pero insistió. Insistió tanto hasta que se dio cuenta de que necesitaba dejar la discreción de la Masia para abrazar el populismo que adoran los seguidores de la Albiceleste. “La Copa está armada para Brasil”, se quejó después de caer eliminado en la semifinal de América en 2019 en Belo Horizonte, justamente frente a la Canarinha. Ese fue uno de los dos partidos que Argentina perdió de los últimos 54. El otro, en el estreno de Qatar 2022, ante Arabia Saudí. En el camino, Argentina ganó la Copa América 2021, la Finalísima 2022 y el Mundial. Siempre, por supuesto, con Messi líder. Sin embargo, nunca con tanto protagonismo del 10 como en Doha. ”Este Balón de Oro es un gran regalo para toda Argentina”, recordó Leo.

Lo que empezó en 2009 con el sextete del Barça de Guardiola, terminó en 2023 tras el Mundial de Argentina. “Lo de Leo no ocurrirá nunca más. Analizar a los genios es muy difícil. Para lograr lo mismo que sus rivales, él no necesitaba correr 10.000 metros, con 7.000 tenía suficiente. Su fútbol es menos traumático, eso también. Y eso más todos los avances en la medicina deportiva, en la que también incluyo a la nutrición, hacen que Leo haya podido estirar su carrera tanto tiempo”, cuenta Juanjo Brau, histórico fisio de Messi.

”Quiero hacerle una mención a Diego. No hay mejor lugar para desearle un feliz cumpleaños, rodeado de gente que le gusta el fútbol”, dijo Messi. Y cerró: “No me acostumbro todavía a esto de las galas, el primero fue hace dos mil años. No sé cuánto me queda de carrera, pero quiero seguir disfrutando”. Todo el anfiteatro lo despidió de pie. Hubo una sensación melancólica en París, una dulce despedida de Europa a su jugador más premiado (ocho Balones de Oro), al más ganador (44 títulos, después de ganar la Ligue 1 y la Copa en el PSG, más Leagues Cup con el Inter de Miami), como si el fútbol de élite parafraseara a Roberto Fontanarrosa y le pidiera a Messi, de rosarino a rosarino: “No te vayas, campeón”.

Lionel Messi, en presencia de David Beckham, se dirige a los asistentes a la gala, tras ganar su octavo Balón de Oro.MOHAMMED BADRA (EFE)

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Sobre la firma

Más información

Archivado En