Fútbol femenino en Europa: resultados a base de invertir

Inglaterra lidera el crecimiento, mientras que Alemania y Francia se han estancado

Partido de fútbol femenino entre el Manchester City y el Everton.James Gill - Danehouse (Getty Images)

Las mujeres tenían prohibido gran parte del siglo XX jugar a fútbol en lugares como Inglaterra o Alemania. Países en los que, durante décadas, el fútbol jugado por mujeres se vio obligado a sumirse en silencio. Naciones, también, que han liderado y apostado por su desarrollo de la mano de Francia, Noruega o Suecia. Algunas de sus ligas han perdido fuelle, mientras otras, como la Women’s Super League de Inglaterra, solo crece: los ingresos de sus clubes aumentaron...

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Las mujeres tenían prohibido gran parte del siglo XX jugar a fútbol en lugares como Inglaterra o Alemania. Países en los que, durante décadas, el fútbol jugado por mujeres se vio obligado a sumirse en silencio. Naciones, también, que han liderado y apostado por su desarrollo de la mano de Francia, Noruega o Suecia. Algunas de sus ligas han perdido fuelle, mientras otras, como la Women’s Super League de Inglaterra, solo crece: los ingresos de sus clubes aumentaron un 60%, de 23 millones de euros a 37 millones en 2022, y el promedio de asistencia pasó de casi 2.000 espectadores a más de 5.500, según un estudio de Deloitte. El motivo: la apuesta por las retransmisiones, la marca de las leonas y el impacto de la Eurocopa de 2022.

El crecimiento sigue los pasos que la UEFA pronostica. Según el informe The Business Case for Women’s Football, los clubes y ligas de fútbol femenino alcanzarán los 686 millones de euros en 2033, y la fan base pasará de 144 millones de seguidores a más de 328 millones. España, por su parte, profesionalizó el fútbol femenino en 2021 y cuenta con el mejor club según la UEFA: el FC Barcelona, que prevé ingresar 17,5 millones esta temporada tras los 7,7 del año pasado. Aun así, La Liga F cerró el año pasado con unas pérdidas de casi 20 millones de euros según el balance del CSD. No ingresará, tampoco, los cuatro millones de su patrocinador, Finetwork, al alegar que no tenían ningún contrato. El conflicto se encuentra actualmente en proceso judicial. Y el campeonato, de momento, se encuentra paralizado por una huelga con la esperanza de mejorar de las condiciones de su convenio colectivo. Entre ellas, el salario mínimo de 16.000 euros anuales.

En Inglaterra, el camino ha sido muy diferente. Cuando Natalia Pablos, exjugadora del Rayo Vallecano, llegó al Bristol Academy en 2013 y posteriormente al Arsenal, todo era diferente. Nada parecido a sus 13 años en la liga española: “Me hicieron sentir futbolista profesional”. Le pagaban la casa, el coche y podía comer en el club. Algo impensable durante su época en el Rayo. Lo que más le sorprendió, sin embargo, fue la cultura de gimnasio, y los contratos con bonus por goles o títulos.

A la liga inglesa el acuerdo de patrocinio con la financiera Barclays le permite embolsarse entre 10 y 12 millones de euros por temporada. Pero sin duda la apuesta por la retransmisión de los partidos tomó otra realidad con el mayor acuerdo de la historia del femenino: Sky Sports y la BBC tomaron los derechos por 9 millones de euros al año. Y desde 2017, la asistencia a los partidos de esta liga ha aumentado un 174%. A pesar de esto, solo el Arsenal ha logrado conquistar la Champions.

Un escenario muy distinto del de Alemania. La Frauen Bundesliga es la liga más laureada en la copa europea, con nueve títulos para cuatro equipos diferentes. Según un estudio publicado por la DFB y Two Circles, el 48% de los aficionados alemanes siguen el femenino y el masculino. Se espera, además, que los ingresos —ahora de 20 millones de euros— crezcan hasta los 130 millones en 2033, y que el alcance televisivo pase de 150.000 espectadores a 750.000, por lo que DAZN apostó por los derechos de retransmisión, que aportarán cada temporada 5,17 millones de euros.

Francia, por el contrario, parece haberse perdido el giro de la profesionalización. Ni siquiera el impacto de la Copa del Mundo de 2019 pudo mejorar la situación de relativo anonimato. Mientras la Copa de Inglaterra reunió la temporada pasada un récord de 77.390 personas y la alemana a 44.808, la francesa tan solo logró 6.217. Solo tres clubes tienen medios para ofrecer un estatus profesional a sus jugadoras: el Olympique de Lyon, el Paris Saint-Germain y, en menor grado, el Montpellier.

En la mitad de los equipos de la Division 1 Fémenine, el salario mensual bruto puede llegar a ser inferior a los 2.000 euros. Ada Hegerberg, balón de oro y jugadora del Olympique de Lyon, instó a la Federación Francesa a invertir más en el campeonato nacional, y Hervé Renard, entrenador de la selección femenina, lamentó la calidad de las retransmisiones televisivas, que dijo eran de tercera o cuarta categoría.

Para Natalia Pablos, ex del Rayo, Francia y Alemania se han quedado atrás de los avances de Inglaterra. Mientras, España circula por un camino intermedio. “España ha avanzado mucho, sobre todo por el nivel de las jugadoras y la inversión de grandes clubes. Pero falta que la federación vaya de la mano de los equipos”, concluye la exfutbolista.

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