El final de Nacho en el Madrid: las últimas dudas, la paciencia de Florentino y la noche que se fue Kroos
El canterano explica en la concentración de España que hacía meses que se había decidido a irse, pero que las negociaciones se alargaron más de lo que esperaba
Las imágenes de la conmovedora despedida de Toni Kroos hace algo más un mes sumaron algún matiz sentimental este jueves, a más de 1.200 kilómetros del Bernabéu, cuando Nacho Fernández se sentó en la sala de prensa de las instalaciones del SV Aasen en Donaueschingen, donde trabaja la selección española durante la Eurocopa. En algunas de las fotografías de aquella noche del 25 de mayo se ve al capitán del Real Madrid lanzando al aire a Kroos, en el último manteo. “Cuando Toni se estaba despidiendo, yo ya sabía que iba a acabar mi carrera en el club”, contó. “Eran momentos difíciles para mí, porque me daba pena no poder despedirme así, pero en ese momento no tenía para firmar el contrato que yo quería. Hasta hace unos días. Me hubiera encantado despedirme del Bernabéu como lo hizo Kroos”.
Nacho cerró la semana pasada un acuerdo con el Al-Qadisiyah saudí que entrena Míchel, después de haber mantenido negociaciones muy avanzadas con el Al-Ittihad en el que juega Karim Benzema. El proceso se ha alargado más de lo que él deseaba, hasta llegar a provocarle cierta incomodidad. “Me habría gustado venir a la selección sin que se hablara de mi futuro”. Empantanado en las negociaciones, encontró el apoyo del Madrid, que le mantuvo abierta la puerta, y del seleccionador en la concentración de España: “Me ha apoyado en todo momento. No era fácil para mí estos días estar en la selección con tantas cosas en la cabeza”.
Lo del Madrid, al que había comunicado “hace unos meses” que se iría, era una red de seguridad: “Me dijo que si en algún momento quería cambiar de opinión, si me echaba para atrás en alguna operación que a mí no me convenciera, que ahí iba a tener mi casa”, dijo. “Estoy muy agradecido con el presidente del Real Madrid, que para mí es un padre”. Aparte de los molestos meandros de las negociaciones, el propio desarrollo del curso, que terminó con él en lo alto de La Cibeles con el trofeo de la Champions, su sexta Copa de Europa, amenazó con modificar sus intenciones: “Cuando las cosas se dan tan bien como en esta temporada, cuando todo es tan bonito… Cuando ganas, cuando juegas, cuando en una temporada pierdes solo dos partidos, te entran dudas. Claro que te entran dudas. ¿Por qué no aguantar una temporada más?”, dijo.
Pero mantuvo sus intenciones. Después de más de media vida en un club al que llegó con 11 años y del que se va con 34, aquello era casi un salto al vacío: “Es lo más difícil que me ha pasado en mi vida sin ninguna duda”. Pero se trataba de algo que llevaba mucho tiempo rumiando. “Incluso la temporada anterior tenía unas ligeras dudas”, confesó. “Esas dudas que han ido creciendo día a día en mi interior no han sido por ningún motivo. En el club siempre me he sentido querido. Lógicamente, ha habido momentos difíciles en la temporada, como no jugar un partido que crees que tienes que jugar, o que no das el nivel en otro…”.
Sus explicaciones apuntaban a cierto agotamiento. “Lo decido porque necesito vivir una nueva experiencia, con mi familia. Se me va a poner la vida patas arriba, pero es lo que necesito. Llevo toda mi vida en el club, que sabéis la exigencia que tiene. Aunque ganemos tienes que estar al 100% en el día a día, no vale otra cosa que no sea estar al máximo nivel cada día y en cada momento”, dijo. “Es una decisión tomada desde lo más sentido de mi interior. Estoy tranquilo. No hay un porqué, pero es lo que yo siento. Cuando yo siento las cosas, creo que en mi vida he tomado siempre buenas decisiones. Estoy preparado para todo lo que venga y muy ilusionado por el sitio al que voy”.
También porque su nuevo destino saudí hace que sea muy difícil que tenga que enfrentarse al que ya es su exequipo: “Ni me veía, ni quiero, que estos del Madrid son muy buenos… no me apetece sufrirlos”, bromeó. “Siempre tuve claro que si no terminaba mi carrera en el Real Madrid, nunca me quería enfrentar a ellos”.
Hubo toques de nostalgia en el relato de Nacho, pero también un poso de serenidad: “No tengo ahora ninguna duda. Lo hago con total confianza, con total tranquilidad”, explicó. “He sido la persona más feliz, el canterano más feliz del Real Madrid”. El final no pudo ser tan redondo como el de Toni Kroos, esa noche en la que le impulsó al cielo sabiendo ya que se iba, pero a él se lo pareció: “Cuando era niño siempre quería que fuera un final feliz, y creo que ni soñado me hubiera salido tan bonito”.
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