Williams-Yamal, en el nombre del padre
El jugador del Athletic se convierte en el protector del futbolista del Barcelona en el vestuario, una sociedad que explota España en la Eurocopa, ya clasificada para los octavos de final en Alemania
“No te olvides de que soy tu padre”, le suele recordar Nico Williams (Pamplona, 21 años) a Lamine Yamal (Barcelona, 16 años), durante la expedición de España en Donaueschingen. No es una bronca, pero podría serlo. Es una advertencia tan burlona como protectora, en definitiva cariñosa, entre los dos jugadores más jóvenes de la Roja e...
“No te olvides de que soy tu padre”, le suele recordar Nico Williams (Pamplona, 21 años) a Lamine Yamal (Barcelona, 16 años), durante la expedición de España en Donaueschingen. No es una bronca, pero podría serlo. Es una advertencia tan burlona como protectora, en definitiva cariñosa, entre los dos jugadores más jóvenes de la Roja en Alemania. “No, tu padre soy yo. Y los soy en todo lo que hago”, le replica Lamine Yamal. Siempre juntos, Nico y Lamine se retan al FIFA en la concentración con la misma complicidad con la que se buscan en el campo. Una conexión que nació desde el primer día que coincidieron en la Ciudad de Fútbol de Las Rozas: allí estaba Nico para apadrinar a Lamine, allí estaba Lamine para desafiar a Nico.
El pasado marzo, durante la concentración de la Roja en la Ciudad de Fútbol de las Rozas antes de los duelos frente a Colombia y Brasil, Nico se puso al cuidado de las nuevas perlas del Barcelona, Lamine Yamal y Pau Cubarsí. Sin embargo, en su día libre tenía planes en Madrid. Pero sonó su teléfono: “Pau se queda estudiando que tiene exámenes, pero tienes que llevarte a Lamine contigo que quiere hacer algo”. Williams aceptó. En la RFEF entienden que no hay mejor mentor para Lamine que el menor de los hermanos Williams, sobre todo después de que el catalán tuviera una falta de disciplina en una estadía con la sub-19 (junto a otros compañeros) que le valió una sanción en el Barça. “Es un buen ejemplo. Lamine copia todo lo que hace Nico”, recuerdan desde el campo base de España en Donaueschingen.
Un ejemplo que agradecen en el Barça. Para proteger a Lamine de las malas costumbres, la entidad azulgrana entendió que lo ideal para su formación era que se mudara a la residencia. “Mejor alimentación y rutinas”, explican desde la Ciudad Deportiva Joan Gamper. Protegido en Sant Joan Despí, en la RFEF aparece el método Williams. Nico se levanta, se prepara y va en busca de Lamine Yamal. Toca la puerta de la habitación del azulgrana e insiste: “Vamos, no hay que llegar tarde”. Un comportamiento que repite con cada rutina u obligación que tienen los jugadores de la Roja. Un comportamiento instructivo para Lamine. Un comportamiento que aprendió de su hermano Iñaki.
“Para mí es un referente”, describe Nico a Iñaki; “es todo para mí. Nos ha ayudado a mis padres y a mí para que podamos comer, para que pudiera ir a clase, que me pudiera vestir”. Ocho años mayor, Iñaki siempre ha estado pendiente de Nico. Desde pasarlo a buscar por el colegio con el bocadillo preparado, hasta instruirlo en el comportamiento a seguir en un deportista de élite. Todo, eso sí, entre risas. “¿De dónde has sacado esas zapatillas? Son muy feas. ¿Cuándo te vas a quitar esos espaguetis que llevas en la cabeza? Tienes muy mal gusto”, le acostumbra a soltar Iñaki a Nico. Humor, sí. También responsabilidad. “Muchas veces le he tenido que echar la bronca. Mis padres, por trabajo, no podían estar mucho en casa y yo tenía que cuidar de Nico. Y era exigente. Es verdad que cada vez va haciendo más las cosas como un hombre y se comporta con cabeza”, describe Iñaki sobre su relación con Nico.
Esa evolución en su comportamiento, maduro y centrado, ha llegado a la Roja. El hermano menor de Iñaki se ha convertido en el hermano mayor de Lamine. Un paso adelante en el vestuario que ha potenciado su rendimiento en el campo. “Fue mi mejor partido con España”, destacó Nico tras la categórica victoria de la Roja ante Italia, que selló su pase a los octavos de final. Una actuación que esperaba. Cuentan desde el entorno de Nico que el delantero andaba mosca tras el primer partido de la selección frente a Croacia. De hecho, hasta sospechaba que podía perder su lugar en el once. “No jugué con alegría”, les contaba. Perdidos los nervios del estreno, les advirtió: “Voy a darlo todo”. En el staff de De la Fuente percibieron el hambre de Nico.
Si ante Croacia destacó Lamine, frente a Italia Nico tomó el mando en el ataque. “En la primera jugada ya me di cuenta de que era mi partido”, le contó Nico a su entorno. Williams suma seis regates exitosos en la Euro. Solo lo supera Lamine, siete.
Nico entiende que es el padre de Lamine porque lo protege. Lamine, en cambio, cree que es el padre de Nico porque lo supera en todo. La acepción clásica de la palabra padre para Williams, la acepción en el slang de los jóvenes para Yamal. De padre a padre, Nico y Lamine se adueñan de las risas en el vestuario y del juego en el campo. Lo agradece la Roja.
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