Albania pone contra las cuerdas a Croacia
Un gol encajado en el tiempo añadido premia al equipo de Sylvinho y castiga al de Dalic
Apremiadas por el marcador, derrotadas en su estreno en la Eurocopa, Croacia y Albania libraron un partido desgarrador en su inédita cita en Hamburgo. Las dos se negaron a perder y no supieron cómo ganar un encuentro cuyo empate deja muy dañada a Croacia a la espera de su último partido contra Italia. La profundidad de plantilla, personificada en Budimir, no le alcanzó para cantar victoria después de remontar un gol inicial de Albania. El equipo de Sylvinho se rebeló para no repetir el choque contra Italia, día en que también se adelantó muy pronto en el marcador, y alcanzó el 2-2 en el tiempo añadido, después de un ejercicio de coraje y solidaridad futbolística acorde con el entusiasmo de la hinchada desplegada en Alemania.
Todavía aturdida por el 3-0 encajado ante España, Croacia se perdió durante un buen rato por la cancha del Volksparkstadion. El equipo no respondió a los cambios de Dalic y fue un simple espectador del entusiasmo de Albania. Modric no encontraba la línea de pase, Perisic tampoco profundizaba y aquella defensa tan admirada en la fase de clasificación concedió un gol más —el cuarto en el torneo— al poco de comenzar el partido, cuando Laçi cabeceó sin oposición un centro desde la derecha de Asani. La jugada avaló el fútbol solidario e intenso de los albaneses y denunció la parsimonia de Croacia. La cadena de errores de los balcánicos, tan lentos como diseminados, culminó con el desacierto de Livakovic.
El portero se mostró demasiado blando ante Laçi y por el contrario sostuvo a su selección después de intervenir decisivamente en dos remates muy francos, uno de Asllani en una acción iniciada con una pérdida de Modric y el segundo de Manaj, un delantero que ha hecho fortuna en Turquía después de su paso por el Granada, el Albacete y el Barça B. Los movimientos de Manaj desorganizaron a la zaga de Croacia y generaron las mejores ocasiones para el plantel de Sylvinho. Albania se cerró en su cancha desde el 1-0 y de vez en cuando tiró algún contraataque que tuvo más veneno que la ofensiva del plantel de Modric. El fútbol croata era demasiado lento, torpe por dentro y previsible por fuera, sin opciones para el último pase y el disparo frente a Strakosha.
El portero llegó al descanso sin haber recibido un tiro entre los tres palos, inédito prácticamente hasta el minuto 49, cuando los cambios reactivaron a Croacia y Sucic exigió a Strakosha. Dalic no paró de mover el banquillo, mandó adelantar las líneas, la posesión dejó de ser inocua y las aperturas a los costados empezaron a ser más dañinas para el sistema de contención de Albania. La entrada en el campo de Budimir, el ariete de Osasuna, resultó decisiva porque Croacia le dio la vuelta al marcador en un abrir y cerrar de ojos con los tantos de Kramaric y el 2-1 en propia puerta de Gjasula. Abierto el encuentro, el oficio en el área de Budimir marcó las diferencias hasta que el amor propio de Gjasula rescató a la irreductible Albania.
El volante enganchó un balón ganado por Hoxha y volvió a dejar el partido tal y como estaba —empatado— cuando entró al campo, desafortunado en el 1-2 y excelente en el tiro del el 2-2 que sorprendió a Livakovic. Los croatas se encomendaron a su portero desde que dieron el partido por ganado antes de tiempo con dos jugadas que penalizaban en exceso el esfuerzo y la fe de Albania. No se estabilizan los croatas, desquiciados por la efectividad de los españoles y pendientes de su cita ante Italia, al tiempo que no se rinde Albania, enganchada como una lapa a la Eurocopa antes de enfrentar a España. Alcanzaba con ver la imagen final del abatido Modric para calibrar el impacto de un resultado que amenaza con poner el punto final a una etapa dorada del fútbol en Croacia.
Excelentes en los dos últimos Mundiales, subcampeones en Rusia y semifinalistas en Qatar, el equipo de Dalic no sabe cómo jugar la Eurocopa.
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