Así es el ‘staff’ de la selección española, el senado de la democracia de Luis de la Fuente
El equipo de confianza del técnico explica la importancia de su liderazgo abierto y participativo en la construcción del grupo que aborda la Eurocopa
Hay un momento de pánico en el que Luis de la Fuente y su equipo de trabajo localizan el punto en el que entendieron que lo que trataban de construir en la selección española funcionaba. Sucedió el pasado 7 de septiembre en Tbilisi. Dos horas antes del entrenamiento previo al Georgia-España, sonó el teléfono del seleccionador: “Me llaman y me dicen: ‘Míster, tengo que decirte algo. Nos hemos olvidado las botas’. ¿Cómo?”, recordaba hace unos días en Las Rozas rodeado de su staff. “Calma. ¿Hay solución?. ‘Sí, claro’, me dijeron. Pues tranquilo. Ya lo vestiremos de la manera que sea. Dijimos: no ...
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Hay un momento de pánico en el que Luis de la Fuente y su equipo de trabajo localizan el punto en el que entendieron que lo que trataban de construir en la selección española funcionaba. Sucedió el pasado 7 de septiembre en Tbilisi. Dos horas antes del entrenamiento previo al Georgia-España, sonó el teléfono del seleccionador: “Me llaman y me dicen: ‘Míster, tengo que decirte algo. Nos hemos olvidado las botas’. ¿Cómo?”, recordaba hace unos días en Las Rozas rodeado de su staff. “Calma. ¿Hay solución?. ‘Sí, claro’, me dijeron. Pues tranquilo. Ya lo vestiremos de la manera que sea. Dijimos: no os preocupéis que mañana vamos a jugar, y habrá botas”.
“¿También nos va a pasar esto?”, pensó Miguel Ángel España, el preparador de porteros. “¿Por qué era noticia la Federación en ese momento?”, dice Juanjo González, técnico auxiliar. “Porque veníamos con líos. Y lo primero que pasa al llegar a Georgia es otro lío. No puede ser…”. La FIFA acababa de inhabilitar a Luis Rubiales como presidente, dos semanas después de que besara a Jenni Hermoso durante la entrega a la selección femenina del trofeo del Mundial de Australia y Nueva Zelanda. En Tbilisi, mientras se aguardaba a que un vuelo privado entregara las botas, se llegó incluso a cuestionar la continuidad del seleccionador: “La víspera me preguntan: ‘¿Te estás jugando el puesto?”, recuerda De la Fuente.
El partido era decisivo para la clasificación para esta Eurocopa en la que la selección se estrena el sábado contra Croacia en Berlín (18.00, La1). “Si no ganas a Georgia, se te podía complicar”, dice España. “Y pasa esto de las botas, y luego ganas. Y cómo ganas. Probablemente el mejor partido”. Arrollaron con un 1-7, después de un entrenamiento previo en zapatillas en el que los futbolistas desdramatizaron el error de las botas, como recuerda España: “Estuvieron apoyando y dando cariño a las personas que podían ser responsables”.
Javier López Vallejo, el psicólogo, cree el momento de pánico tuvo un efecto positivo: “Ayuda a generar un sentimiento de pertenencia, tener un grupo donde más allá de los valores deportivos están los valores personales, como una familia”.
Pablo Amo, el segundo entrenador, de 46 años, cree que ese efecto parte de la manera en la que De la Fuente ha elaborado su equipo: “Ayuda que todos venimos de las inferiores, tenemos un tipo de mensaje muy potente, adaptado a la selección”. Han pasado años cruzándose en distintos cometidos, después de haber coincidido antes en algún vestuario, como cuenta Amo: “Jugué con Juanjo en el Sporting y con López Vallejo en el Recre y en el Zaragoza. Son nexos que ayudan”.
Esas conexiones y el talante del seleccionador contribuyen a que fluyan la información y las ideas, como explica el analista, Pablo Peña: “Somos un cuerpo técnico bastante abierto. Nadie se siente cohibido jamás para dar una opinión. No hay un freno, por la profesionalidad que tenemos y por la confianza que nos demuestra Luis”. Varios miembros del staff coinciden en definir a De la Fuente como “un líder democrático” que escucha todas las opiniones, incluso las de quien no parezca directamente relacionado con un asunto concreto. “Con mayor o menor incidencia, hacemos todos de todo”, dice Peña.
Buenas personas
Pero también saben que con el buen rollo no alcanza, como explica el seleccionador: “El jugador quiere que le ayudes a ganar, y le ayudamos a ganar con toda la información que le damos para preparar los partidos. Ayuda lo que siempre digo de las buenas personas, es el valor añadido, pero al final se trata de preparar los partidos para ganar y ganar”, dice. “Y estos son los mejores preparando los partidos y en la forma de explicarlo”.
Ahí entran los cometidos específicos, más allá de esa especie de comunidad de ideas. Juanjo González, de 50 años, que lleva en la federación desde 2014, y que ahora es el tercer técnico, se ocupa en las previas de los partidos de las jugadas a balón parado. Pablo Peña, de 39 años, que llegó en 2008 para crear el departamento de análisis y ha trabajado en cuatro Mundiales, es clave para trasladar los mensajes: “Doy soporte a todos los compañeros a nivel audiovisual”, explica. “Lo que hago es potenciar lo que ellos van a enseñar a los jugadores, explicar cosas extremadamente específicas y que los jugadores lo entiendan como queremos que lo entiendan”.
Miguel Ángel España, de 51 años, subraya la importancia de este proceso: “Luis lo ha dicho: muchas veces nuestro mejor entrenamiento es el vídeo de tres minutos que enseñamos a los jugadores. Nosotros no tenemos tiempo para grandes cargas de trabajo, porque fisiológicamente no hay tiempo”.
Lo sabe bien el preparador físico, Carlos Cruz, de 37 años, que en el corto espacio que tiene a los futbolistas bajo su mando no cuenta con demasiado margen: “Es dar continuidad a su trabajo, a lo que vienen haciendo, e intentar cambiar lo menos posible. Y menos en fases finales como la de ahora”, explica. “Lo importante es que el jugador esté recuperado para competir bien. No tienes margen de mejora, pero sí tienes que hacer lo suficiente para que el jugador esté preparado”.
Tampoco tiene demasiado margen con los porteros España, el más veterano en la federación, a la que llegó en 2006: “Nuestra única obsesión es generar al jugador lo antes posible los automatismos de nuestro modelo de juego ofensivo y defensivo: el aspecto táctico. A Unai Simón no voy a mejorarle el blocaje en nueve días”.
Los trabajos de todo el grupo los coordina Amo, que ayuda a De la Fuente desde el Europeo sub 21 de 2021: “Ahí conectamos muy bien, sobre todo por esa interacción en la responsabilidad, por cómo me escuchaba y el papel que me daba en las charlas”, dice. “Yo estoy aquí para intentar que funcione todo bien y coordinar al cuerpo técnico, y que a Luis le llegue la información lo más filtrada y darle más seguridad”.
A eso también contribuye López Vallejo, de 48 años: “Hay una frase que dice mucho Luis, y es que no podemos mirar todos al mismo lado”, dice el psicólogo. “Soy el encargado de mirar más desde atrás, desde arriba”. Más que como terapeuta individual, oficia como una especie de intérprete de las corrientes emocionales del grupo, como explica González: “Nos ayuda a encaminar las cosas adonde queremos llevarlas, ya sea una charla táctica, una de motivación… Nos dice: hoy toca una cosa o toca otra”.
Además, López Vallejo tiene un espacio especial para el seleccionador: “Intento ayudar a Luis dándole estabilidad emocional. Un entrenador tiene que tomar muchas decisiones en muy poco tiempo sin toda la información y bajo mucha presión. Intento darle el equilibrio emocional para que tome las mejores decisiones y que se arrepienta lo menos posible”.
Como no se arrepiente de los futbolistas que ha escogido: “Buscas que en estas situaciones difíciles, que en el fútbol son más que las buenas, que la gente ayude, que reme en la misma dirección. Si no, empiezan a poner malas caras, y eso resta”, dice el seleccionador. Como en la Tbilisi sin botas. “Ese día fue muy bueno”.
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