Lunin: “Sólo me gustaría un Ucrania-Rusia en un caso, si es en la final”
El portero del Real Madrid, esperanzado con el nuevo técnico, se quedó fuera de la selección final de Shevchenko después de una temporada en la que jugó un único partido
Andriy Lunin (Ucrania; 22 años) pasó de terminar la temporada casi en blanco con el Real Madrid —solo jugó un partido de Copa— a la concentración con su selección previa a la Eurocopa, y de ahí de vuelta a España, descartado por Shevchenko. “Cuando no estás jugando...”, lamenta a través de una videollamada. “Da mucha pena cuando no vas a la Eurocopa y estás muy cerca, pero cuando no estás jugando en todo el año no está mal descansar un poco...
Andriy Lunin (Ucrania; 22 años) pasó de terminar la temporada casi en blanco con el Real Madrid —solo jugó un partido de Copa— a la concentración con su selección previa a la Eurocopa, y de ahí de vuelta a España, descartado por Shevchenko. “Cuando no estás jugando...”, lamenta a través de una videollamada. “Da mucha pena cuando no vas a la Eurocopa y estás muy cerca, pero cuando no estás jugando en todo el año no está mal descansar un poco y prepararse mejor para el año que viene”. Antes de irse de vacaciones aún se ejercitó varios días en su casa de Madrid, sin volver ya a Valdebebas.
Lunin, descabalgado de una selección ucrania que este lunes se juega contra Austria el pase a los octavos de final de la Eurocopa (18.00, Cuatro), encuentra algo sanador en seguir exprimiéndose cuando pasan los meses y no tiene minutos. “Eso me ayuda. Cuando no juego, si no trabajo bastante no me siento bien. Me siento triste, me siento un poco mal, más cansado. No estoy disfrutando. Cuando van así las cosas, que no juego bastante, prefiero trabajar un poco más, un poco más duro, estar un poco más cansado. El trabajo me ayuda. Sin trabajo estaría peor”, dice. Pero no se rinde. Ha tenido alguna conversación con su club desde el final del curso, pero las decisiones llegarán después del descanso. “Hay que apagar la cabeza, y cuando vuelva seguimos. Pero cuando cambia el entrenador, cambian bastantes cosas. Tienes más ilusión, tienes otro desafío. Viene otro míster y tienes que mostrarle lo que vales. Yo me preparo para un año duro, para pelear, mostrar y esperar mi oportunidad”, dice tras la dimisión de Zidane.
Del francés recuerda también el trabajo, más que alguna conversación en la que tratara de confortarle por lo poco que jugaba: “No somos niños para ayudarnos cuando no jugamos”, dice. “Pero sí hablamos un par de veces, y me dio consejos. No puede contarme muchas cosas de la portería, porque tengo un entrenador de porteros muy bueno. Pero fue uno de los mejores centrocampistas el mundo. Yo me quedaba un par de veces a la semana intentando mejorar el juego con los pies, y él lo vio y me dio un par de consejos: qué tengo que hacer, cómo tengo que mejorar la técnica. En su despacho hablamos de la manera de jugar, cómo él ve el estilo de juego del equipo, cómo él ve cómo tiene que jugar el portero, los movimientos, un poco de táctica”.
Como muchos guardametas, Lunin de pequeño era delantero: “A los niños les gusta más meter goles que caerte, hacer paradas, hacerte daño... A todos les gusta marcar goles. Ser héroe es más bonito. Pero poco a poco... No me gustaba correr mucho, me cansaba rápido. El tema de correr no es para mí, así que me convertí en portero poco a poco”. Y si alguna vez tiene dudas sobre la elección, se le pasan en la pretemporada. “Los primeros dos o tres días, cuando todo el equipo hace carrera, 30 ó 40 minutos, yo sufro, y estoy convencido de que la portería es lo mío. Prefiero hacer dos horas de trabajo, mil ejercicios de cinco segundos, que 30 minutos a trote”.
No me gustaba correr mucho, así que me convertí en portero
Lunin no solo es concienzudo en el trabajo físico. También es metódico con el estudio de sus actuaciones y las de otros: “Analizo para mí. Sé qué me gusta, qué no me gusta, qué quiero hacer mejor, qué quiero mantener, en qué soy malísimo. Cuando estoy jugando, puedo ver mi partido dos o tres veces. Cuando no estoy jugando, veo fútbol y analizo las situaciones que tienen los porteros. Veo bastantes vídeos en YouTube con los entrenamientos de porteros diferentes, de México, de la escuela española, de Alemania, de Ucrania. Me gustan esas cosas”. De esas escuelas son también sus referentes: “De Gea, Iker Casillas, Buffon y un poco Neuer y Ter Stegen”.
Pero su ilusión era Ucrania: “La selección es con lo que estás soñando desde pequeño. Cuando llegas eres un privilegiado, lo sientes como un honor. Es como una cima de tus sueños. Representas a tu país. Juegas por esos 45 millones de personas, porque te están apoyando, te están criticando. Representas a mucha gente. Es espectacular”, dice, y una sonrisa le ilumina la cara. No tiene dudas con la polémica camiseta de su selección, con un mapa que incluye Crimea, la península que Rusia se anexionó de manera ilegal en 2014: “Bueno, está bonito. La ropa no está mal”, y sonríe de nuevo. ¿Y si se cruzan? “Me gustaría jugar contra Rusia solo en un caso, si es en la final”, dice.
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