Fred, pegamento para Tite
Después del fiasco en el último mundial, el técnico de Brasil busca a un volante que ayude a Casemiro en la contención
Tite no olvida a Bélgica. El técnico del Brasil llevaba una trayectoria prácticamente inmaculada hasta que se estrelló frente a la selección de Roberto Martínez en Rusia 2018. Después de 26 partidos, 20 victorias y una sola derrota en un amistoso frente a Argentina, la Canarinha se despidió en los cuartos de final frente a los Diablos Rojos en el último mundial. Y Tite no se lo perdonó. Tras haber sid...
Tite no olvida a Bélgica. El técnico del Brasil llevaba una trayectoria prácticamente inmaculada hasta que se estrelló frente a la selección de Roberto Martínez en Rusia 2018. Después de 26 partidos, 20 victorias y una sola derrota en un amistoso frente a Argentina, la Canarinha se despidió en los cuartos de final frente a los Diablos Rojos en el último mundial. Y Tite no se lo perdonó. Tras haber sido fiel a sus convicciones, siempre con dos volantes metalúrgicos como Renato Augusto y Paulinho, fórmula exitosa que había exportado de su Corinthians, se traicionó en Rusia. Cambió a Coutinho por Renato Augusto y la Canarinha perdió fiereza. Cuando quiso recular, ya era demasiado tarde. Tite mira al pasado para escribir el futuro y nada mejor que la Copa América para buscar al compañero de Casemiro en la medular. Necesita otro tipo duro para dar equilibrio a un equipo con tendencia a romperse, por ahora no ha encontrado a ninguno mejor que Fred.
A Tite le retumban las palabras de Carlos Alberto Parreira, campeón del mundo en 1994: “En el centro del campo es mejor un futbolista que juegue todos los partidos seis puntos a otro que un día juegue 10 y al otro cuatro”. Parreira, en Estados Unidos, alineó a Mauro Silva, Dunga y Mazinho. “Tite está preocupado por el equilibrio en el equipo. Sabe que no puede jugar solo con Casemiro en la contención. Está buscando a su compañero. Fred es muy fiable”, aseguran desde el entorno del preparador de la Canarinha.
Fred ha sido titular en cuatro de los cinco partidos de Brasil en la Copa América. Y cumplió con Tite: se convirtió en la rueda de auxilio de Casemiro. El jugador del Real Madrid lidera la tabla de recuperaciones de balones (64), lo sigue el del Manchester United (46). Las estadísticas de Fred se completan con siete entradas ganadas (cuarto en la lista) por los 447 balones tocados (sexto). Falla poco, como quiere el técnico: 65 pelotas perdidas por las 79 de Casemiro.
A un año y medio del Mundial de Qatar, Fred apunta a consolidarse en la base de Tite. Todo, sin embargo, parece costarle al volante del United. Cuando comenzaba su carrera en la Canarinha, sufrió una sanción por dopaje. “Obviamente, no me dopé. Infelizmente, fue encontrada una sustancia prohibida en mi cuerpo y fui sancionado. Es muy difícil que te priven de ejercer tu profesión, de hacer lo que más te gusta y en un momento tan bueno de mi carrera”, se defendía el futbolista brasileño. Regateó la sanción, también la guerra del Donbass. “Es muy difícil vivir en un país en guerra, no sabes lo que puede pasar”, aseguraba. Pero el Shakhtar Donetsk es un pedazo de Brasil en Ucrania. Un contexto que suavizó su angustia en Ucrania.
Desde que el magnate Rinat Ajmetov, el hombre más rico de Ucrania y fanático de la Canarinha, se adueñó del Shakhtar, más de 30 brasileños se mudaron a Donetsk. El club está preparado para matar la nostalgia: choferes y cocineros brasileños. Willian (Chelsea y Arsenal), Douglas Costa (Juventus y Bayern) y Fernandinho (Manchester City) son algunos de los hijos del Shakhtar. Por supuesto, también Fred.
En 2018, pasó al United a cambio de 59 millones de euros. Pero Fred, de nuevo, no la tuvo fácil. Nada nuevo. “Me tuve que adaptar, en el Shakhtar me dedicaba a atacar y en el Manchester a defender”, explica. Entonces, superada la transición, después de jugar 37 partidos (34 de titular), Fred se convirtió en lo que Tite necesitaba: el compañero de ideal de Casemiro. “Corro una media de 12 kilómetros por partido”, explica el volante del United. Tite quiere equilibrio y, por ahora, no encuentra nada mejor que el pegamento de Fred.