Svetislav Pesic: “Yo no quería ser entrenador”
El veterano técnico, de 76 años, repasa su carrera a las puertas de ingresar en el Salón de la Fama del baloncesto español
Svetislav Pesic (Pirot, Yugoslavia; 76 años) ingresa este jueves en el Salón de la Fama del baloncesto español, organizado por la Federación Española y el diario As, por la puerta grande. El veterano entrenador es una enciclopedia de la canasta. Ganó la Copa de Europa como jugador del Bosna Sarajevo en 1979 poco antes de comenzar una inesperada y larga carrera en los banquillos. En la pizarra fue oro mundial con Yugoslavia en 2002, ganador al año siguiente de la primera Euroliga del Barcelona y también ha sido seleccionador de Alemania y Serbia y técnico del Girona y el Valencia.
Pregunta. ¿Cómo empezó a entrenar?
Respuesta. Yo no quería ser entrenador. Cuando acabé mi carrera como jugador pretendía seguir en el mundo del baloncesto. Había estudiado Economía y quería utilizar ese conocimiento y mi experiencia como jugador de alto nivel. Así pasé a ser el primer director general del Bosna Sarajevo, la primera vez que existía ese cargo en el baloncesto yugoslavo. Cuando el entrenador, Bogdan Tanjevic, se fue, lo sustituyó primero su asistente, pero no podía soportar la presión por los resultados. El presidente me dijo: ‘Hasta que encuentres un entrenador, tú eres el entrenador’. No encontré un técnico del nivel que necesitaba el Bosna Sarajevo, no era como hoy. Después la federación me pidió que me hiciera cargo en las categorías inferiores de la generación de Divac, Kukoc y Radja. Así empecé a entrenar. Y ya han pasado 45 años.
P. ¿Esa generación yugoslava fue irrepetible?
R. Sí, la mejor generación que ha visto el baloncesto. Grandísimos jugadores nacidos en 1967 y 1968. Lo ganábamos todo. Como cadetes no perdimos ningún partido oficial. Fuimos campeones de Europa júnior. Casi todos tuvieron una gran carrera profesional, muchos en la NBA. Son historia. Que no pudieran seguir jugando juntos por culpa de la guerra es una tragedia. Me pregunto qué hubiera pasado si el equipo yugoslavo completo hubiera jugado contra Estados Unidos en la final de los Juegos de Barcelona 92. Entonces Croacia perdió contra el Dream Team. Ya no existía Yugoslavia y grandes jugadores de otras repúblicas se quedaron fuera. En esos Juegos yo era el seleccionador de Alemania y jugamos el primer partido contra la España de Epi. Les ganamos. Fue una gran sorpresa para quien no entendía de baloncesto.
P. ¿Cómo es su relación con las generaciones jóvenes de hoy?
R. Yo he dirigido a tres generaciones. La primera, Divac, Kukoc, Radja. La segunda, cuando ganamos el Mundial de 2002, con Bodiroga, Stojakovic. La tercera, con la selección de Serbia, con Jokic. Claro que los tiempos han cambiado mucho. Los jugadores tienen ahora otras prioridades, pero mi sensación es que no hay grandes diferencias entre estas tres generaciones en cuanto a la actitud, la responsabilidad, la mentalidad ganadora. Eso no ha cambiado. Los mejores de cada generación han tenido esta forma de pensar y han invertido mucho en su carrera como jugadores. Lo que es muy diferente es el baloncesto. Pero aún así, las grandes estrellas necesitan a los entrenadores. Algunos piensan que Divac, Bodiroga y Jokic, como son grandes jugadores, no necesitan al entrenador. Es lo contrario. Ellos necesitan el apoyo y la comunicación del entrenador.
P. ¿La disciplina es la misma?
R. Ahora es mejor porque los jugadores tienen una actitud más profesional. Los mejores no juegan por dinero, sino porque disfrutan, porque el baloncesto es su vida. Hoy todo alrededor de los jugadores es más profesional: organización, competiciones, entrenadores, médicos…
P. ¿Qué no soporta en un jugador?
R. Que no trabaje. ¿A quién le gusta un jugador que solo habla? Un gran jugador está preparado para asumir la responsabilidad, no está preguntando por qué entrenamos dos veces al día, por qué no volamos en chárter… Hay jugadores que siempre lloran. Los mejores, los que tienen una mentalidad ganadora, controlan el vestuario. Cada jugador es diferente y lo más importante es la comunicación. Muchos vienen de otros países, otras culturas, idiomas, y se necesita hablar, comunicar. Los entrenadores también tienen que aprender la mentalidad de los jugadores que vienen de fuera. Esto es posible si el entrenador habla con el jugador. La comunicación no significa que el entrenador habla y el jugador escucha. Al revés, el jugador habla y el entrenador escucha. El entrenador debe dar confianza al jugador.
P. ¿Cómo es entrenar a Jokic?
R. Todos dicen si es el mejor del mundo. ¿Qué le diferencia? Es el mejor jugador de equipo que hay. Llega el primero a entrenar y se va a casa el último. Es un fenómeno como persona y como jugador que hace todo para el equipo. Esto es lo que distingue a las grandes estrellas. Jokic entiende el juego y sabe jugar para otros. Cada año es mejor. Ahora ha mejorado en transición de ataque y defensa. Puede correr, no como antes. Su físico es mejor.
P. ¿El baloncesto europeo está al nivel de la NBA?
R. Todavía el mejor baloncesto está en la NBA. Allí juegan los mejores del mundo individualmente. El juego en ataque en la NBA es más simple porque los espacios son más grandes.
P. ¿Cómo recuerda su etapa en el Barça?
R. Cuando llegué en 2002, el objetivo era ganar la Euroliga, y ganamos la Euroliga, la ACB y la Copa. Cuando volví en 2018 el Barça era el penúltimo en Europa. Esa es la gran diferencia. Tengo un gran cariño por el Barcelona, es mi primer equipo, soy socio y cada vez que puedo voy al Palau. Hablo con los entrenadores y tengo muy buena relación con Joan Peñarroya.
P. ¿Cómo ve a la selección española de baloncesto en este momento de cambio?
R. Necesita tiempo y paciencia para llegar al nivel de antes. Una cosa positiva es que las selecciones sub-16, sub-18 y sub-20 son de las mejores de Europa. Eso significa que hay talento. España tiene el mismo problema que otros países, el talento se va a las universidades americanas. Muchos se van porque no tienen buena posición en sus equipos, como en la ACB. Hay demasiados extranjeros. Es la mejor Liga después de la NBA pero su futuro pasa por tener más jugadores españoles. Ahora el mejor base de Europa es De Larrea. Esos talentos necesitan jugar y que no se vayan a América. Es mejor que se queden.