El Roig Arena de Valencia acogerá la Copa del Rey de baloncesto en 2026 y 2027

Valencia compra la Copa del Rey de baloncesto por dos años seguidos. El Roig Arena, el mastodóntico pabellón de baloncesto que se levanta junto a la antigua Fonteta, casa del Valencia Basket, será la sede del torneo copero en las ediciones de 2026 y 2027, la primera ocasión desde los años cuarenta en que la competición fija la misma sede para dos temporadas consecutivas. El acuerdo, presentado oficialmente este martes en el Palau de la Generalitat, supone el pago a la ACB de un canon anual cercano a los cuatro millones de euros, el doble de lo abonado habitualmente en otras ediciones. Como afirmó la propia Liga en el anuncio del acuerdo, se abre “una nueva era”.

Juan Roig, presidente de Mercadona y gran mecenas y dueño del Valencia Basket, ha financiado íntegramente de su bolsillo la construcción de una instalación de 280 millones de presupuesto, 47.000 metros cuadrados y una capacidad de 20.000 personas para espectáculos musicales y de 15.000 para los encuentros de baloncesto. Con semejante escenario, el acuerdo entre la ACB y la Generalitat ha desembocado en esta doble concesión. Sobre la mesa estuvo la opción de una vinculación multianual de más larga duración, pero el pacto se ha reducido a dos ediciones.

El acuerdo fija la Copa en un punto del mapa hasta que en 2028 cambie supuestamente de sede y varía uno de los grandes atractivos de un torneo que es sinónimo de éxito por la gran movilización de las aficiones y el gancho de un formato que concentra siete partidos en cuatro días: la condición de competición itinerante que viaja de ciudad y ciudad de un año a otro. Ahora la apuesta económica de Valencia y el imán del Roig Arena han alterado la tradición. Está previsto que el nuevo pabellón esté operativo el próximo septiembre y que comience a acoger los encuentros del Valencia Basket y sea además el escenario de conciertos. El reto es celebrar también un futuro encuentro de la temporada regular de la NBA, al estilo de París.

Las obras se ultiman actualmente al lado del pabellón Font de Sant Lluís, una instalación municipal para 8.000 espectadores, y de las pistas de entrenamiento y formación de L’Alqueria del Basket. Ya en la pasada Copa de Gran Canaria, conquistada por el Unicaja Málaga, las camisetas del Valencia lucían un nuevo lema: de Cultura del Esfuerzo a Roig Arena. “Es una deuda histórica con Valencia desde que la Fonteta acogió los playoffs de la Liga como evento burbuja en 2020 por la covid”, ha explicado Antonio Martín, presidente de la ACB, en la presentación del acuerdo.

Solo en una ocasión hasta ahora la Copa ha repetido sede en dos ediciones seguidas, y fue en la prehistoria de la competición: Barcelona en 1945 y 1946, cuando era la Copa del Generalísimo. Desde que la ACB asumió la organización del campeonato en la temporada 1983-84, en lugar de la Federación, la Copa ha visitado 16 ciudades diferentes (Zaragoza, Badalona, Barcelona, Santa Cruz de Tenerife, Valladolid, La Coruña, Las Palmas, Granada, Sevilla, Murcia, León, Valencia, Vitoria, Málaga, Madrid y Bilbao), y ese ha sido uno de los ingredientes fundamentales de su gran éxito y atractivo, un formato copiado incluso por la NBA. En los 20 últimos años el mapa copero cuenta con algunas paradas clásicas, como Madrid, escenario en cinco ocasiones, Málaga (cuatro) y Vitoria y Las Palmas (tres), pero siempre con las maletas de un curso a otro.

Valencia, que acogió por última vez el torneo en 2003, copia el modelo de la Supercopa de España, que en las dos ediciones pasadas se ha disputado en Murcia tras el acuerdo con el gobierno local (en Europa también la Euroliga negoció otorgar la sede de la Final Four por más de un año a Abu Dabi, opción finalmente descartada, por 25 millones de dólares por edición). Ahora el Roig Arena toma el relevo copero de Las Palmas de Gran Canaria. El Cabildo abonó 1,75 millones de euros a la ACB como canon. Valencia dobla la apuesta.