Juancho Hernangómez encuentra su sitio en el Panathinaikos
El ala-pívot español vive el mejor momento de su carrera y explota en el equipo griego, que este jueves recibe al Madrid en la Euroliga
El gato del presidente dio la noticia. El máximo dirigente del Panathinaikos, Dimitrios Giannokopoulos, subió a principios de enero un vídeo a Instagram en el que se graba buscando a su felino por las habitaciones de casa. Cuando lo encuentra, hecho un ovillo y dormido en un sofá de cuero frente a un televisor, el hombre interpela al animal: “Free, levántate, Juancho ha firmado por dos años más”. Giannokopoulos hace las cosas a su manera, y así anunció él mismo la renovación hasta 2027 del...
El gato del presidente dio la noticia. El máximo dirigente del Panathinaikos, Dimitrios Giannokopoulos, subió a principios de enero un vídeo a Instagram en el que se graba buscando a su felino por las habitaciones de casa. Cuando lo encuentra, hecho un ovillo y dormido en un sofá de cuero frente a un televisor, el hombre interpela al animal: “Free, levántate, Juancho ha firmado por dos años más”. Giannokopoulos hace las cosas a su manera, y así anunció él mismo la renovación hasta 2027 del ala-pívot español Juancho Hernangómez, fichado en 2023 tras su paso por la NBA y que se ha convertido en una de las grandes referencias del equipo de Atenas. El Panathinaikos recibe este jueves al Real Madrid en la Euroliga (20.45, Movistar), reedición de la pasada final de la Copa de Europa que los verdes conquistaron en Berlín ante los blancos, y Giannokopoulos acaricia al gato Free. Le ha funcionado el plan.
Juancho cerró hace dos veranos una etapa de siete años y seis camisetas en la Liga estadounidense. En Toronto jugó el último de sus 339 partidos en la NBA, fin de trayecto tras viajar de Denver a Minnesota, Boston, San Antonio y Utah. Igual que para su hermano mayor, era el momento de regresar a Europa. Willy se vistió de azulgrana y Juancho, en el radar de Barça y Madrid, aceptó la oferta del Panathinaikos. Siempre desprendió cierto aire de rebeldía y de ahí que tomara ese camino en lugar de regresar a casa: quería probarse fuera de la zona de confort. Una hinchada entregada le recibió al aterrizar en Atenas como a una gran estrella. El último curso en la NBA había apagado el brillo que se ganó con España en el Eurobasket de 2022, MVP de la final ante Francia con 27 puntos y siete triples. Pero en Grecia el baloncesto es religión y Juancho fue aclamado como un mesías.
La aventura empezó mal. El técnico, Ergin Ataman, le tiró de las orejas en público más de una vez. “Tiene problemas después de tanto tiempo en la NBA, con menos responsabilidad. Debe ser fuerte en la agresiva defensa de la Euroliga”, le soltó ante la prensa en sus primeros meses. “Hemos tenido una muy mala actuación en ataque, en especial de un jugador que conocéis bien. Son grandes nombres, pero no dan el nivel”, le apuntó tras una derrota en el Palau en la que falló 13 de sus 14 tiros de campo. Atenas parecía entonces otra estación de paso, pero algo ha hecho clic este curso. Juancho es otro. A los 29 años, vive el mejor momento de su carrera y al fin explota la versatilidad de su tallaje para jugar por dentro (2,06m) y su muñeca para picar por fuera.
“Es su mejor temporada. A nivel de trabajo está a un nivel increíble de consistencia en el tiro, de rebote, y aporta muchísimo en defensa. Se ha hecho un sitio y ha alcanzado un nivel extraordinario”, le elogió este miércoles el entrenador del Madrid, Chus Mateo. Juancho suma nueve partidos seguidos en la Euroliga por encima del 10 de valoración, la mejor racha en toda su carrera, y ha elevado sus prestaciones hasta los 10 puntos, 6,4 rebotes y 14,4 de valoración por partido esta campaña en Europa (por los 4,3, 3,5 y 5,8 de la anterior). Su participación ha subido de los 16 a los 26 minutos por encuentro (solo Nunn y el ahora lesionado Lessort han jugado más), y entre enero y febrero ha registrado sus topes europeos en cuanto a valoración (25 ante el Zalgiris), puntos (16 a la Virtus), rebotes (13 al Armani Milán), robos (tres al Asvel) y asistencias (cuatro ante el Armani). Entre medias, 11 puntos y 17 rebotes en la victoria del Panathinaikos ante el Olympiacos en la final de la Copa griega. Curiosamente, en un sitio tan volcánico ha encontrado la paz.
“El entrenador tiene mucha confianza en mí y estoy jugando mucho, que es lo que quería”, explica Juancho. Hoy ha dejado de ser visto como el jugador que interpretaba a un baloncestista callejero, Bo Cruz, en la película Garra, junto a Adam Sandler. Y mientras Willy se hace invisible en el Barça, él brilla con luz propia.