El monstruo español Álvaro Folgueiras despunta en la NCAA
El ala-pívot, de 19 años y formado en la cantera del Unicaja, es escogido el mejor jugador del año de la Horizon League, una de las 32 conferencias de la liga universitaria norteamericana
Álvaro Folgueiras (Málaga, 19 años) y su familia decidieron que el baloncesto pasaba por Estados Unidos. Por eso hace dos cursos comunicaron al Unicaja que no seguiría en el club, que se marcharía a cursar el último año de instituto a Florida para después dar el salto a la NCAA. La apuesta ha dado sus frutos, ahora ala-pívot de la Universidad Robert Morris y escogido el Jugador del Año de la Horizon League, una de las 32 conferencias que integran la División I de la NCAA. Folgueiras ha sido además incluido en el mejor quinteto de la conferencia con 14,3 puntos —56,4% en tiros de campo—, 9,3 rebotes, 3,0 asistencias, 1,5 robos de balón y 1,1 tapones por partido. “Álvaro es un monstruo en pista... Es tan buen pasador como anotador. ¿Quieres que él tire a canasta o que pase? Siempre toma la decisión acertada”, explica su entrenador Andrew Toole sobre el español.
Álvaro siempre tuvo una pelota naranja entre las manos, fichado por CB El Palo desde bien niño. Allí pronto explicaría su carácter competitivo y su facilidad para encestar. “Jugaba con mi hijo y su hermano mayor en alguna pachanga por el club y, a pesar de que tenía cuatro años menos, con lo que eso supone, peleaba como ninguno y competía como el que más”, señala Juanma Rodríguez, director deportivo del Unicaja, que se lo llevó al club en edad de infantiles. “Destacaba sobre el resto por su instinto y talento, además de que siempre se preocupaba en hacer equipo, un líder dentro y fuera de la pista”, reconoce Chiqui Gil, que lo dirigió en cadetes; “tenía una gran capacidad para competir, era un apasionado del baloncesto y era de los que escuchaba, por lo que mejoraba en el día a día”. Así lo cree Rodríguez, que lo ascendió con 15 años al filial para jugar en la Liga EBA: “Era un jugador especial. Quizá era un poco salvaje en lo táctico, pero tenía una competitividad top, brutal, y podía medirse contra quien fuera”. Lo confirma el presidente Antonio López-Nieto: “Sí, era distinto. No tenía muchos conceptos, pero su nivel de competición y ganas, también su talento, le guardaba un sitio en el Unicaja”.
Pero no fue así porque se marchó a Estados Unidos, a la DME Academy de Florida, donde completaría su último año de instituto. El reclamo para dar el salto a la NCAA era evidente, como indica la academia: “Con dos canchas completas de la NBA, cinco canchas de baloncesto para jóvenes, un laboratorio de tiro, dos salas de pesas, un centro de spa y recuperación, y un centro audiovisual para análisis de vídeo, DME tiene una instalación de entrenamiento que compite con la mayoría de los programas universitarios”. Pasado el curso, fichó por la Universidad Robert Morris, donde fraguó un primer año discreto (5,3 puntos, 4,5 rebotes y 1,3 asistencias por partido) y ha explotado en este, también proclamado subcampeón del mundo sub-17 con España tras caer en la final con Estados Unidos.
Capaz de firmar 12 dobles-dobles, 23 partidos con dobles dígitos en anotación y 15 partidos con dobles dígitos en rebotes, Álvaro Folgueiras ha sido el mejor de la competición —ocupa, además, el puesto 14 entre los mejores reboteadores (289) de la NCAA y el 12 en rebotes defensivos por partido (7,0)—, el primero en la historia de los Colonials —como se conoce al equipo universitario— en ser nombrado Jugador del Año en la Horizon League y recibir los honores de ser incluido en el All-League First Team.