La derrota del Real Madrid en Milán deja en evidencia las carencias del equipo y la falta de liderazgos fuertes

El conjunto de Chus Mateo, campeón de la ACB y de la Copa del Rey el curso pasado, ha perdido en sus cinco citas a domicilio de la Euroliga

Sergio Llull (centro) pasa el balón a un compañero durante el partido ante UCAM Murcia.Marcial Guillén (EFE)

Los seguidores madridistas asisten estupefactos a la crisis de juego de su equipo, que cayó frente al Milan en el Bernabéu en la Champions futbolística, pero lo que no se esperaban es que los disgustos se extendieran también a la sección de baloncesto, y que en la misma semana se encadenaran dos fracasos ante equipos de la cosmopolita capital económica de Italia en las máximas competiciones continentales. No tienen lazos de sangre los dos equipos, pe...

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Los seguidores madridistas asisten estupefactos a la crisis de juego de su equipo, que cayó frente al Milan en el Bernabéu en la Champions futbolística, pero lo que no se esperaban es que los disgustos se extendieran también a la sección de baloncesto, y que en la misma semana se encadenaran dos fracasos ante equipos de la cosmopolita capital económica de Italia en las máximas competiciones continentales. No tienen lazos de sangre los dos equipos, pero el Armani y el Milan han dejado al desnudo a los dos grandes trasatlánticos blancos.

“No voy a estar nervioso ni poner ansiedad en un equipo que está trabajando bien el día a día”, decía Chus Mateo antes del último envite perdido. “Si nos caemos, nos levantamos y es lo que hacemos este año para poder competir en el momento oportuno”, aseguraba, pero los nervios afloraron, faltó energía y la conclusión fue que el Real Madrid encadena su peor comienzo desde la creación de la Euroliga en 2000, con un balance de tres victorias y cinco derrotas. “Probablemente, nuestra energía no estaba a tope hoy y desde el principio vimos que nuestras piernas no se movían con la misma velocidad que necesitábamos para afrontar este duelo”, apuntaba el entrenador madridista tras la quinta derrota a domicilio de la serie regular.

Después de una temporada en la que el Madrid lo ganó todo, salvo la final de la Euroliga, sus inicios en la presente campaña han sido titubeantes en todas las competiciones. En la Supercopa cayó ante Unicaja de Málaga; la Liga ACB la comenzó con una derrota frente al Leyma Coruña, recién ascendido, un choque que se podía explicar por el entusiasmo y el empuje del rival, de estreno en la máxima categoría. Pero en su siguiente salida, a Bilbao, también perdió y se empezaron a encender las alarmas que siguen en alerta después de la quinta derrota en la Euroliga en ocho partidos. Ha perdido en todas sus salidas (Bayern, Baskonia, Olympiacos, Maccabi y Milán), y solo las victorias en el WiZink Center lo mantienen en pie.

El hecho de que el Real Madrid perdiera a dos ilustres veteranos, Sergio Rodríguez —homenajeado en Milán por su antiguo equipo—, y Rudy Fernández, ambos retirados, pero que le daban personalidad al equipo, o las bajas de Yabusele, Causeur y sobre todo Poirier, el recambio de Tavares, han debilitado al grupo. Fueron jugadores que aportaron liderazgo y puntos en los últimos éxitos madridistas y cuyas ausencias han lastrado al equipo, como también la lesión en la fascia plantar de Andrés Feliz, que Mateo ha tratado de parchear como ha podido. Prácticamente, se ha quedado sin bases en las últimas semanas, con Campazzo para un roto y un descosido. El club ha realizado la mayor renovación de plantilla en la última década y eso también se nota en el día a día. Según comentan en fuentes cercanas al club, el Real Madrid está moviéndose en el mercado en busca de alguna solución inmediata para paliar sus carencias.

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