El verdadero equipo de Asturias
Eneko Carrillo Caminos reconstruye la historia del CLAS, equipo ciclista que logró unir a toda una comunidad
A pesar de las nubes y la lluvia, el viernes 14 de mayo de 1993 miles de escolares amanecieron felices en Asturias. Ese día se celebraba la etapa de la Vuelta a España que llevaría al pelotón desde Gijón a la cima del monte Naranco, en Oviedo. Entre medias, 153 kilómetros con pasos por los altos de la Cobertoria o del Padrún. Había dos motivos principales para la felicidad de la chavalería. El primero —no nos vamos a engañar— era que esa tarde saldrían a mediodía del colegio por los cortes de carretera que implicaba la organización de la carrera. El segundo era que aquel día un ciclista suizo ...
A pesar de las nubes y la lluvia, el viernes 14 de mayo de 1993 miles de escolares amanecieron felices en Asturias. Ese día se celebraba la etapa de la Vuelta a España que llevaría al pelotón desde Gijón a la cima del monte Naranco, en Oviedo. Entre medias, 153 kilómetros con pasos por los altos de la Cobertoria o del Padrún. Había dos motivos principales para la felicidad de la chavalería. El primero —no nos vamos a engañar— era que esa tarde saldrían a mediodía del colegio por los cortes de carretera que implicaba la organización de la carrera. El segundo era que aquel día un ciclista suizo que se llamaba Tony Rominger salía con el maillot amarillo. Pero no era tan importante la zamarra de líder como la que llevaba debajo: Rominger era el líder del CLAS-Cajastur, un equipo ciclista que se había convertido en emblema de la región y que se elevó sobre el eterno debate de si el equipo de Asturias era el Sporting de Gijón o el Real Oviedo. El CLAS —acrónimo de Central Lechera Asturiana— unió a la sociedad. Y aquella tarde lluviosa de primavera en la que Rominger alcanzó la meta en primer lugar y asestó un golpe casi definitivo a la clasificación general fue el punto álgido del sentido de pertenencia que generó el equipo. Miles de personas jalearon al suizo en su ascenso final y se volvieron a casa con un imborrable recuerdo emocional.
El periodista Eneko Carrillo Caminos ha escrito Identidad CLAS (Hoja de Lata), un fantástico libro sobre ciclismo y memoria colectiva que reconstruye con rigor y fuentes directas la peculiar historia de un equipo que nació para que los hijos de los trabajadores de la Central pudieran hacer deporte y que incorporó a los colores de su maillot los colores blanco —el de la leche—, rojo, azul y verde —los colores de los cartones de entera, semidesnatada y desnatada, respectivamente—. Aquellos niños y aquel equipo fueron creciendo. Dos Vueltas a España, un segundo puesto en el Tour… y una conexión y un arraigo en la sociedad que no se ha vuelto a ver en la región.