El músculo francés recupera el trono del Seis Naciones
El XV del Gallo responde a la ausencia de Dupont, su líder, con una demostración colectiva ante una Escocia peleona y gana su segundo torneo en cuatro ediciones (35-16)
La campanada escocesa empieza a cuajarse en París cuando Francia, que depende de sí misma para llevarse el Seis Naciones, decanta la balanza. Con uno menos, Fickou da un manotazo a Russell para que Ntamack recoja el oval en campo propio y empiece un contragolpe que culmina Bielle-Biarrey con su octavo ensayo del torneo, el récord en una sola edición. Tres generaciones para paliar la lesión de su general, Antoine Dupont, siete días atrás. Sin el mejor jugador del mundo, emergió el bloque de la liga más poderosa de Europa y ganó 35-16. Un título, el primero desde 2022, que traslada a las vitrinas la dominación gala del último lustro.
No necesitó grandes alardes Francia para exhibir su amplio catálogo. La presión de sus delanteros, desde el gigante Atonio echándose encima de su par escocés para sacarle del campo al maul posterior, la plataforma que daba una patada sencilla a Ramos para estrenar el marcador. Una vez formado, el trenecito era un dolor de muelas para Escocia, que tuvo que entregar una amarilla, la de Jamie Ritchie, para cortar la sangría. Aguantaron la primera oleada en inferioridad, pero faltaron efectivos para cortar la entrada de los dos centros: el veterano Fickou asistía a Moefana, que se arrastraba bajo palos para el ensayo y ponía el 10-0.
El balón tampoco daba soluciones a Escocia ante un rival que presionaba lejos de su guarida y ofrecía su versión granítica en ella. Pero Francia abrió una puerta con un torpe cabezazo de Mauvaka a White, ya placado, que valió la amarilla. Diez minutos de alivio que Russell convirtió en ensayo con un contrapié hacia el interior ante una defensa adelantada que leyó Graham para colarse. La igualdad numérica fue efímera, pues Gros ocupó la silla caliente tras una sucesión de cuatro faltas en segundos para frenar la internada visitante. El XV del Gallo mantuvo la ventaja al descanso tras anular el vídeo el ensayo de Jordan porque Kinghorn, autor del contragolpe, había pisado la cal: 16-13 y susto en el cuerpo.
Fue un lance clave, máxime porque la primera acción del segundo acto desembocó en el ensayo de Bielle-Biarrey: del 16-20 al 23-13. Escocia estaba juguetona, pero Francia impuso la siderurgia introduciendo de golpe a toda su segunda unidad de delanteros para descoser a la defensa rival con otro maul que liberaba a Ramos, el zaguero que ya vale para todo, hacia el ensayo de la tranquilidad. Tocada en su alma y en sus piernas, Escocia ya no pudo discutir un marcador que había olvidado sus méritos.
Francia tenía que ganar porque Inglaterra había cumplido su parte con una paliza histórica a Gales en Cardiff (14-68), el mayor margen entre ambas selecciones en 142 años de Seis Naciones. Fue un ejercicio de acoso y derribo de su delantera, incontenible para la porosa línea galesa, que encajó 10 ensayos, encadenó su decimoséptima derrota consecutiva y repite cuchara de madera —el castigo por perder todos los partidos— por segundo año. Fue, de largo, el mejor despliegue ofensivo de la era Steve Borthwick y dejó sin opciones a Irlanda, que aspiraba a ser la primera selección en ganar tres títulos seguidos y se tuvo que conformar con una pírrica victoria en Roma (17-22) en la despedida de su leyenda Peter O’Mahony.