Asientos VIP para fondos de Qatar y Emiratos, el nuevo modelo de negocio que el FC Barcelona importa de la NFL y la NBA

Denominado PSL (Personal Seat License), este sistema consiste en la venta de 475 asientos VIP a 30 años por 100 millones

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, en rueda de prensa.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, acaba de anunciar la oficialización de la venta de 475 asientos VIP a 30 años por 100 millones a fondos de Qatar y Emiratos, un modelo de negocio conocido como PSL (Personal Seat License).

Según la entidad azulgrana, “los beneficios generados por la explotación permitirán empezar a saldar la deuda” por la construcción del nuevo estadio Spotify Camp Nou, además de ser clave “para el retorno al cumplimiento de la normativa de fair play financiero de LaLiga”.

Ventajas del modelo Personal Seat License (PSL)

El PSL está basado en las experiencias económicas de entidades deportivas estadounidenses, tanto de la NFL como de la NBA. Como señala el club catalán, “los inversores adquieren un asiento VIP y, posteriormente, se encargan, si así lo consideran, de comercializarlo o hacer uso de él personalmente”.

De esta forma, el Barcelona considera que se “reduce el riesgo en el proceso de comercialización de este tipo de asientos”, ya que “los ingresos están asegurados durante todo el período de explotación”.

Quiénes compran los asientos VIP

La empresa presidida por Laporta sostiene que los compradores son “dos inversores distintos procedentes de Oriente Próximo, una región con un gran mercado para este tipo de productos, y por un plazo máximo de 30 años”, pero no desvela el nombre de los mismos atendiendo a cuestiones de confidencialidad contractual.

El club insiste además en que los grupos inversores “tras haber sido sometidos a la preceptiva revisión, han recibido un informe positivo por parte del Área de Compliance del Club, así como un informe favorable de la Comisión Económica”. Y aclara también que la venta de los PSL “no perjudica en ningún caso a los ingresos procedentes de abonos tradicionales del estadio” ni tampoco constituyen “un ingreso anticipado a futuro de los mismos”, sino de “nuevos ingresos procedentes de activos/derechos de nueva creación”.

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