Jon Rahm gana LIV Golf, la Liga saudí, en su primera temporada

El vasco vence en el torneo de Chicago para sellar el triunfo en el curso y conquistar el anillo de campeón y un bonus de 18 millones de dólares

Rahm, con el trofeo de campeón de la Liga saudí.Montana Pritchard (LIV Golf/AP)

Ese último putt de Jon Rahm en Chicago abría el cofre del tesoro. El golfista vasco abrochaba este domingo en Estados Unidos su segunda victoria en LIV Golf, la Liga saudí, después de la conseguida en julio en Rocester, y con ese triunfo en la última parada individual de la temporada sellaba además el primer puesto en la clasificación final del curso, se enfundaba el anillo de campeón (a lo NBA) como el mejor de la clase en la campaña de su estreno en LIV, y de paso engordaba la cuenta bancaria con 22 millones de dólares: cuatro por el liderazgo en Chicago y un bonus de 18 por terminar en la cima de la revolucionaria Liga saudí (las ganancias desde enero superan los 35 millones, además del sueldo fijo por cambiar de bando). Rahm venció con 11 golpes bajo el par (solo un bogey en 54 hoyos), tres de ventaja sobre el chileno Joaquín Niemann y sobre Sergio García, precisamente quienes ocuparon el segundo y tercer puesto en la clasificación anual de LIV.

Rahm se coronó a los 29 años como el número uno gracias a una regularidad asombrosa y sin comparación entre sus rivales, la misma presencia continua en la élite que exhibía en el circuito americano, PGA Tour, antes de su estruendoso fichaje por LIV el pasado 7 de diciembre. El español ha entrado entre los 10 primeros clasificados en las 12 citas en las que ha participado (en Houston se retiró a mitad del torneo por una infección en un pie): dos victorias, un segundo puesto, tres terceros, un cuarto, un quinto, dos octavos y dos décimos. Inalcanzable para Niemann, que comenzó el curso con dos victorias en tres paradas (Mayakoba y Yedah) y para un Sergio García que a los 44 años ha firmado una estupenda campaña. Rahm sucede así en el trono a los estadounidenses Dustin Johnson y Talor Gooch, triunfadores en 2022 y 2023, y colecciona un anillo de oro, diamantes blancos y negros, y esmeraldas verdes, que incluye un código QR para revivir en vídeo el momento de su victoria. “El anillo ahora mismo no me cabe. Es demasiado grande para mi meñique y demasiado pequeño para los otros dedos. Tengo dedos de salchicha”, bromeó Rahm.

El triunfo alivia ligeramente el dolor por lo sucedido el 4 de agosto en el campo de Le Golf National, en París. Rahm acariciaba el oro olímpico con cuatro golpes de ventajas con ocho hoyos por jugarse, líder sin discusión y dueño de un juego muy fiable en toda la competición. La gloria era suya después de perderse por covid la cita de Tokio y de toda la polémica por su fichaje por LIV. Y de repente, el colapso, el hundimiento, un bogey detrás de otro para ceder esa renta y no solo dejar escapar el oro que brillaba delante de él, sino cualquier medalla, quinto de una clasificación con Scottie Scheffler, Tommy Fleetwood y Hideki Matsuyama en el podio. “Lo tenía en las manos y me voy con las manos vacías. Me va a costar más que en otras épocas sobreponerme a lo que ha pasado”, afirmó entonces un jugador devastado, a punto de romperse, irreconocible porque no hubo rastro del competidor que en los malos momentos sabe levantarse. Su rendimiento en los grandes tampoco ha sido el mejor de su trayectoria: 45º en el Masters, fuera del corte en el PGA, baja en el US Open por lesión y séptimo en el Open Británico.

“Tomé la decisión de unirme a LIV confiando en que podía tener un impacto y lidiar con las emociones de esa decisión y tratando de ganar. Ha sido un camino, no diría lleno de baches, pero sí ventoso. Es una experiencia diferente a la de otro circuito. El golf lo he disfrutado mucho, poder ir a muchos lugares de Asia y Australia ha sido único. Esta Liga ha tenido bastante mala reputación sin que la gente la haya experimentado. Se han apresurado demasiado a juzgar”, comentó el golfista español al hacer balance del curso en LIV.

Curadas las cicatrices, aunque no cerradas, Rahm se ha coronado como el mejor en la Liga saudí y esta semana buscará también el laurel colectivo con su equipo, Legion XIII (con Tyrrell Hatton, Kieran Vincent y Caleb Surratt) en el torneo final de Dallas que pondrá el broche a la temporada de LIV. Antes espera el nacimiento de su tercer hijo, la primera niña. El vasco volverá luego a ser la gran atracción en el Acciona Open de España (del 26 al 29 de septiembre), el campeonato que ha conquistado ya en 2018, 2019 y 2022, y se ha inscrito también en el Alfred Dunhill Links Championship (3-6 octubre) y el Estrella Damm Andalucía Masters (17-20 octubre). Son los tres torneos en que necesita participar para completar, junto a su concurso en los pasados Juegos, el cupo de cuatro competiciones en 2024 exigible para estar en la Ryder Cup de 2025 en Nueva York.

Rahm aterrizará en el Open de España vía judicial, pues ha presentado una apelación para no pagar las multas económicas que le impone el circuito europeo por enrolarse en la Liga saudí. El vasco ha recurrido ante un juez de Londres y los castigos quedan congelados cautelarmente a la espera de una resolución que puede demorarse varios meses y mientras siguen las negociaciones entres los dos grandes circuitos y LIV para unir fuerzas y dejar de lado la guerra. “No tengo intención de pagar”, comentó Rahm antes de este torneo de Chicago; “no voy a jugar el Open de España por la gloria ni nada de eso. Lo hago porque creo que es mi deber y también quiero jugar en Sotogrande (Andalucía Masters). No jugar esos torneos no sólo me perjudicaría a mí, sino también al golf español”, añadió. A Madrid llegará como el número uno de LIV Golf.

Clasificación del torneo de LIV Golf en Chicago.

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