El Rally Dakar en Arabia Saudí busca nuevos alicientes y mayor espectáculo en 2025

El rally más duro del planeta presenta su sexta edición en el país árabe: hasta cinco etapas con recorridos distintos para coches y motos y una salida masiva para el último día

Carlos Sainz en competición, durante el Rally Dakar 2024.HAMAD I MOHAMMED (REUTERS)

El rally Dakar es una de las pruebas más icónicas del mundo del deporte, pero no por ello deja de reinventarse. La edición de 2025, la sexta que se disputará en Arabia Saudí, entre el 3 y el 17 de enero, introduce varias novedades con la vista puesta en la competitividad y el espectáculo. Los avances constantes en la industria del motor hacen que el listón de la carrera suba cada vez más entre el selecto grupo que compite por la gloria en las principale...

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El rally Dakar es una de las pruebas más icónicas del mundo del deporte, pero no por ello deja de reinventarse. La edición de 2025, la sexta que se disputará en Arabia Saudí, entre el 3 y el 17 de enero, introduce varias novedades con la vista puesta en la competitividad y el espectáculo. Los avances constantes en la industria del motor hacen que el listón de la carrera suba cada vez más entre el selecto grupo que compite por la gloria en las principales categorías, y obliga a su director a buscar soluciones creativas para incluir a aquellos participantes que cuentan con menos recursos, que son precisamente la mayoría.

La solución a esta dicotomía se resuelve con cinco etapas con recorridos distintos para coches y motos, una novedad que logra tres objetivos de una tacada. “Van a poder salir juntas ambas categorías, y así permitimos que los amateurs, que son los últimos en arrancar, no lleguen tan de noche”, explica David Castera, director del Dakar, en conversación con varios medios españoles. “Otra consecuencia es que los coches deberán navegar mucho más, ya que no tendrán las huellas de las motos para guiarse. Esto mejorará también la seguridad para las motos, que no tendrán que comerse el polvo ni tener problemas con los vehículos más rápidos”, añade el máximo responsable de la prueba.

El recorrido de la 47ª edición del rally más duro del planeta arrancará en Bisha, al suroeste del país, y terminará en la que ha sido la principal atracción de las últimas ediciones, el desierto de Rub Al Khali, en la esquina sureste del territorio. La jornada final incluirá una salida masiva como en los tiempos del lago rosa, una de las medidas sugeridas por los pilotos para aumentar el espectáculo. En concreto, Cristina Gutiérrez, que se estrena con un prototipo puntero con la francesa Dacia, fue quien animó a Castera a recuperar esta tradición del pasado. “Estoy contento de ver a Cristina a este nivel, con un coche que puede ganar. También están Sarah Price y Laia Sainz. Ya lo vimos en el pasado, por ejemplo, con Michèle Mouton en el WRC: las mujeres tienen capacidad para ganar, y vamos a empujar y estar detrás de ellas para ayudarlas en esta aventura”, celebra el expiloto y copiloto francés, de 53 años.

Formatos de éxito recientes, como la ‘48h Chrono’ y la etapa maratón, se mantendrán dentro del recorrido, del que todavía deben pulirse algunos detalles. “Terminar en Shubaytah no es fácil, pero queremos darle este toque, me gusta la idea de estar en medio del desierto, con un vivac más modesto, sin tantas comodidades, siguiendo el espíritu original del rally”, comenta Castera. El director avanza que ninguna de las especiales estará por debajo de los 350 kilómetros de distancia, incluida la maratón de vivac a vivac, sin enlaces ni posibilidad de hacer trampas durante el régimen de parque cerrado para los vehículos.

El principal responsable del diseño de la ruta, que escucha siempre la opinión de los pilotos, afirma que han encontrado un buen equilibrio en cuanto a nivel de dificultad del rally. Los corredores se muestran también satisfechos. “Que sea difícil es una cosa, pero mientras sea justo y no una partida de póker…”, le decía Carlos Sainz, que buscará con Ford su quinto Dakar a los 62 años, durante una llamada reciente. El nuevo recorrido es producto de más de dos meses de trabajo sobre el terreno y la mesa de dibujo, consultando mapas y otros elementos cartográficos, haciendo un sinfín de cálculos. La precisión del libro de ruta, el santo grial de los competidores, ha permitido también elevar el nivel de la prueba hasta nuevas cotas. “Ahora somos siete personas trabajando en el ‘roadbook’, y no nos equivocamos”, destaca Castera.

Sobre la continuidad en Arabia Saudí, que ha dotado de unos recursos financieros y estabilidad sin precedentes al Dakar, el director reconoce las ganas de ampliar la prueba a otros países vecinos. “Si lo hacemos, será para crecer y mejorar el deporte”, apunta. No puede decir nada más, aunque trabajan desde hace años en ello sin éxito. Los petrodólares saudíes son indispensables, pero conllevan también ciertas restricciones. Los paisajes variados y exóticos, y los escasos núcleos poblacionales, permiten por ahora seguir dando una vuelta de tuerca a la carrera sin salir del reino arábigo.

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