Deserción camino de Doha en el Mundial de Natación

La cita, a seis meses de los Juegos Olímpicos, ha desencadenado retiradas de estrellas como David Popovici, Adam Peaty o Ariarne Titmus

Jessica Gaudreault, del equipo de Canadá, posa con Doha a sus espaldas.CLODAGH KILCOYNE (REUTERS)

Entre el caos de cancelaciones que generó la pandemia y la codicia que alienta la industria del deporte de manera exponencial, World Swimming, la nueva federación internacional de natación, improvisó un calendario extravagante. El resultado fueron los Mundiales en Budapest en 2022, los Mundiales en Fukuoka en 2023, y los Mundiales que empiezan hoy en Doha (hasta el 18 de febrero en Teledeporte y RTVE Play), marcados por el absentismo general.

Nunca estos campeonatos se organizaron en años sucesivos y mucho menos...

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Entre el caos de cancelaciones que generó la pandemia y la codicia que alienta la industria del deporte de manera exponencial, World Swimming, la nueva federación internacional de natación, improvisó un calendario extravagante. El resultado fueron los Mundiales en Budapest en 2022, los Mundiales en Fukuoka en 2023, y los Mundiales que empiezan hoy en Doha (hasta el 18 de febrero en Teledeporte y RTVE Play), marcados por el absentismo general.

Nunca estos campeonatos se organizaron en años sucesivos y mucho menos en año olímpico. La proximidad de los Juegos de París (26 de julio-11 de agosto) han desencadenado la previsible deserción. Muchos de los mejores nadadores del planeta prefieren borrarse. David Popovici, el plusmarquista de 100 y 200 libre fue el primero en programar su preparación olímpica al margen de la cita de Doha, y prefirió inscribirse en el Europeo de piscina corta, una prueba menor que le sirve para ponerse a punto sin exponerse. Algo parecido hicieron Adam Peaty, Duncan Scott, Summer McIntosh, Katie Ledecky, Regan Smith, Bob Finke, Ryan Smith o Ariarne Titmus, todos declarados opositores a la fecha de Doha. Es lo lógico en un deporte, la natación en línea, en el que los picos de forma solo se consiguen después de un laborioso encaje de bolillos a lo largo de procesos biológicos que lleva meses completar. Puestos a alcanzar el máximo potencial en julio, los meses del invierno resultan cruciales para acumular energía, no para consumirla en carreras exhaustivas.

La cita de Doha servirá de torneo de clasificación olímpica para la natación artística, que en el caso de España tiene mucho trabajo que refinar en pruebas de equipo. Respecto a la natación en línea, que comienza el próximo sábado 10, la naturaleza extraña del Mundial se refleja en la ficha de la delegación española: 16 nadadores y 16 asistentes, entre funcionarios y entrenadores.

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