El Barça de Xavi y su vuelta a empezar en Riad
La Supercopa ha marcado la carrera del técnico desde su regreso al Camp Nou
No hay ninguna competición que haya marcado más la carrera de Xavi como entrenador y la vida del Barça últimamente que la Supercopa. El técnico descartó sustituir a Valverde cuando fue destituido después de la derrota en semifinales contra el Atlético en 2020. Aunque también perdió en 2022, entonces contra el Madrid, el 2-3 de la prórroga proyectó la figura de Xavi en el banquillo del Camp Nou. El triunfo del entrenador y del equipo ...
No hay ninguna competición que haya marcado más la carrera de Xavi como entrenador y la vida del Barça últimamente que la Supercopa. El técnico descartó sustituir a Valverde cuando fue destituido después de la derrota en semifinales contra el Atlético en 2020. Aunque también perdió en 2022, entonces contra el Madrid, el 2-3 de la prórroga proyectó la figura de Xavi en el banquillo del Camp Nou. El triunfo del entrenador y del equipo llegaron un año después contra el mismo adversario con una victoria que despertó el juego y el apetito barcelonista hasta ganar también la Liga. Una temporada más tarde, sin embargo, muy pocas cosas se han consolidado de aquel Barça.
Los azulgrana necesitan volver a empezar desde el mismo punto de partida en un momento de máximo apuro también para un club que no logra capitalizarse ni estabilizarse, sino que vive pendiente del marcador y, por supuesto, del resultado de la Supercopa, que de inicio le mide en semifinales a Osasuna (20.00, Movistar). Rezagado en la Liga, distanciado siete puntos del Madrid y Girona, el Barcelona se encomienda a los torneos cortos, acostumbrado como está a vivir al día, condicionado por las lesiones de jugadores como Gavi y Pedri y muy especialmente por la falta de identidad futbolística, agravada por el apagón de Lewandowski y la operación sufrida por Ter Stegen.
El delantero como Pichichi y el portero en calidad de Zamora fueron las figuras capitales de un Barça vertebrado a partir de una línea de cuatro centrocampistas dispuestos en forma de cuadrado que el año pasado conquistaron Riad. Hoy lleva ya más goles encajados que en toda la Liga pasada y su caudal ofensivo ha remitido tanto que ha tenido que incorporar sobre la marcha a un delantero de 18 años como Vitor Roque. La falta de contundencia en las áreas es tan manifiesta como la pérdida de intensidad y creatividad en el campo, así como la aparición de los nervios en el banquillo que ocupa Xavi. La calidad y también la indolencia de João Félix simbolizan de alguna manera la situación del Barcelona.
El portugués nunca fue un jugador pedido por el técnico y su incorporación delata la política deportiva azulgrana en la que el juego limpio financiero y los intereses de los agentes tienen mucha incidencia por la crítica situación del Barça. El club necesita ahora mismo 40 millones —los que ha dejado de poner Libero correspondientes a la compra del 10% de Barça Visión— para ponerse al día con la Liga. Y en junio vence la inscripción de Iñigo Martínez y Vitor Roque. La fórmula de las palancas parece agotada y puede que a Laporta no le quede más remedio que recurrir nuevamente a los avales personales —el montante hasta ahora asciende a 18,5 millones— como ya pasó con Koundé, João Félix y João Cancelo.
La rueda del dinero no gira cuando no hay victorias y por tanto la presión aumenta sobre el equipo de Xavi. El entrenador, sin embargo, confía en sus futbolistas: “Estamos reencontrando el juego; acaso nos falta regularidad. Hay que buscar ese click”, argumentó Xavi en Riad. “El equipo juega mucho mejor, pero falta continuidad”, insistió. “Hemos dado la talla en la mayoría de partidos importantes. Hay que evitar los errores y hacer regalos que se pagan en los torneos del KO”, acabó Xavi.
Las sensaciones no concuerdan demasiado con unos datos que aseguran que los azulgrana suman ya 20 partidos sin ganar por una diferencia de más de un gol: 13 de sus 16 victorias han sido por la mínima mientras que ha concedido cinco empates y cuatro derrotas, una en la Liga contra el Madrid, en Montjuïc. Aquel 1-2, resuelto muy al final por Bellingham, tuvo serias secuelas para el Barça a efectos de equipo y también de desmovilización social después del inicio de las obras del Camp Nou.
Las dudas han aumentado desde entonces y el proyecto deportivo vuelve a estar cuestionado en determinados sectores al igual que ya lo estaba cuando Laporta volvió a la presidencia en 2021. Al equipo de Xavi le toca por tanto volver a empezar para recordar y recuperar el camino desde la Supercopa.
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