Los hermanos Ingebrigtsen denuncian “violencia física y amenazas” por parte de su padre

Jakob, Filip y Henrik fueron entrenados por su progenitor durante su infancia y en sus carreras profesionales: “Todavía sentimos el miedo”

El campeón olímpico de 1.500 metros Jakob Ingebrigtsen y sus hermanos Filip y Henrik han acusado a su padre y antiguo entrenador, Gjert Ingebrigtsen, de violencia física y comportamiento abusivo, según publica el diario noruego VG. Gjert Ingebrigtsen ha negado las acusaciones.

Las desavenencias familiares han sido objeto de especulación desde que Gjert anunció en 2022 que dejaba el cargo de entrenador, poco después de que Jakob consiguiera el oro olímpico en Tokio. Gjert había entrenado a Jakob, de 23 años, Fi...

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El campeón olímpico de 1.500 metros Jakob Ingebrigtsen y sus hermanos Filip y Henrik han acusado a su padre y antiguo entrenador, Gjert Ingebrigtsen, de violencia física y comportamiento abusivo, según publica el diario noruego VG. Gjert Ingebrigtsen ha negado las acusaciones.

Las desavenencias familiares han sido objeto de especulación desde que Gjert anunció en 2022 que dejaba el cargo de entrenador, poco después de que Jakob consiguiera el oro olímpico en Tokio. Gjert había entrenado a Jakob, de 23 años, Filip, de 30, y Henrik, de 32, durante toda su infancia y la mayor parte de sus carreras. “Cuando rompimos con Gjert, pensamos que podríamos manejar la situación de forma ordenada, sin mencionar las circunstancias subyacentes”, escribieron los tres hermanos en el periódico noruego. “Ahora nos damos cuenta de que eso no es posible. Este asunto ha tenido consecuencias tan graves que sentimos la responsabilidad de contarlo. Hemos crecido con un padre que ha sido muy agresivo y controlador, y que ha utilizado la violencia física y las amenazas en su educación. Todavía sentimos el malestar y el miedo que ha estado en nosotros desde la infancia”.

“De alguna manera lo hemos aceptado. Hemos vivido con ello y en la edad adulta hemos seguido adelante. Al menos eso creíamos. En retrospectiva, nos damos cuenta de que era ingenuo. Pero hace dos años, la misma agresión y castigo físico golpeó de nuevo. Fue la gota que colmó el vaso”, explican los hermanos. Y añaden: “La situación que hemos pasado en la familia era inaguantable, deberíamos haber parado antes. La presión que hemos sentido ha sido inhumana. Nos quedamos sin energía y la alegría de practicar deporte se fue”. Gjert Ingebrigtsen, por su parte, se pronunció a través de su abogado: “Las declaraciones que hacen son infundadas. Nunca he utilizado la violencia contra mis hijos. Que tengo debilidades como padre, y que he sido demasiado entrenador, es algo de lo que también me he dado cuenta, aunque demasiado tarde”.

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