Porteros de España, verano revuelto
Unai Simón es el único portero de la selección que tiene más o menos asegurado el puesto en su club
Reforzado por el segundo puesto en la última Premier, Mikel Arteta no ha dejado de exigir fichajes. Lejos de conformarse con que la secretaría técnica le contrate jugadores, el entrenador español del Arsenal ha reclamado aquellos futbolistas que —exclusivamente bajo su criterio— él considera imprescindibles. Impresionado por la autoridad que el técnico proyecta en los medios de comunicación, fuentes próximas a la dirección indican que el dueño del club, el estadounidens...
Reforzado por el segundo puesto en la última Premier, Mikel Arteta no ha dejado de exigir fichajes. Lejos de conformarse con que la secretaría técnica le contrate jugadores, el entrenador español del Arsenal ha reclamado aquellos futbolistas que —exclusivamente bajo su criterio— él considera imprescindibles. Impresionado por la autoridad que el técnico proyecta en los medios de comunicación, fuentes próximas a la dirección indican que el dueño del club, el estadounidense Stan Kroenke, le ha concedido todos los deseos. El club, que invirtió 300 millones de euros entre 2020 y 2022, lleva gastados casi 250 millones desde junio. Y la cuenta sigue abierta. El último reclamo de Arteta es la contratación de David Raya, el portero del Brentford, especializado en lanzar contragolpes.
La petición ha sembrado de perplejidad a la hinchada y a la directiva del Arsenal —que contempla al titular, el inglés Aaron Ramsdale, de 25 años, como una estrella emergente y una figura indiscutible identificada como gunner— al tiempo que ha puesto en alerta al Brentford. Sea cual sea la estrategia que persiga Arteta, la operación no será barata. El entrenador del Brentford, el danés Thomas Frank, aventuró una tasación, este lunes: “Yo creo que David vale 40 millones [de libras]. Fue uno de los mejores porteros de la última temporada”.
Fichar por el Arsenal supondría una promoción para David Raya, pero también encierra un riesgo. La mudanza puede enclaustrarle en un banquillo con 27 años, cuando se cumplirá el primer aniversario de su convocatoria con la selección española, camino del Mundial de Qatar, adonde acudió como tercer guardameta. La situación del catalán tiene un denominador común con todos los porteros que se disputan la titularidad en el equipo de España a excepción de Unai Simón. Mientras que el meta vasco es fijo en el Athletic, y no deja de insistir en que solo dejará el club si lo echan, sus colegas más cualificados en La Roja viven un verano de incertidumbre.
David Raya, David de Gea, Kepa Arrizabalaga y Robert Sánchez, apuestas de Luis Enrique y Luis de la Fuente desde 2020, son hombres en busca de estabilidad —el bien más preciado por un arquero— cuando no de empleo.
Las perspectivas de David Raya pasan por competir con Ramsdale, nuevo ídolo del Arsenal; después de 12 temporadas bajo los palos del United, David de Gea lleva un mes despedido y en el paro; a Robert Sánchez lo han apartado del equipo por negarse a ser suplente en el Brighton; y Kepa Arrizabalaga espera que de un momento a otro el Chelsea interrumpa su condición de ineludible fichándole al levantisco Robert Sánchez, tal y como informa The Guardian.
Robert Sánchez es un caso. Se curtió en el Forest Green y el Rochdale de la League One antes de consolidarse en el Brighton en la primera categoría del fútbol inglés, en 2020. Cumplidos 25 años y 48 partidos seguidos como titular en la Premier, y después de una Eurocopa y un Mundial con España, el pasado 4 de marzo, tras perpetrar una serie de pifias en la salida de la presión, su entrenador, Roberto de Zerbi, le sentó en el banquillo contra el West Ham. En su lugar puso a Jason Steele, un inglés de 31 años que, según De Zerbi, tiene más juicio para iniciar las jugadas con los pies. “En este momento Steele está más cerca de mi idea, mi estilo, que precisa de porteros que jueguen con los pies”, dijo De Zerbi. “Robert está mejorando, pero Jason merece jugar”.
El 13 de mayo, después de caer ante el Everton (1-4) con Steele en la portería y en vísperas de visitar el campo del Arsenal, el español se negó a ir convocado si no jugaba de titular. “Hablamos con Robert antes del partido”, explicó De Zerbi. “Él lo decidió todo. Lo quiere así. Ni yo ni el club quisimos que esto sucediera”.
“Número diez”
Desde entonces, Robert Sánchez vive al margen de la plantilla. El Brighton no le incluyó en la lista de la pretemporada en Estados Unidos y el Chelsea se ha interesado por ficharle. El equipo que dirige Mauricio Pochettino busca un sustituto de Edouard Mendy, traspasado al Al-Ahly saudí después de tres temporadas como primer portero. Por fin, Kepa gozaba este verano de la condición de indiscutible. Su confort puede durar poco si le ponen a entrenar con Robert Sánchez.
Pochettino procura la competencia interna. Arteta la persigue con tanta obstinación que bordea el límite: podría hacer pensar a sus futbolistas que no se fía de ellos. Al cumplidor Thomas Partey y al experto Jorginho los desafía fichándoles a Declan Rice por 120 millones de euros; a Gabriel Jesús, líder espiritual del grupo, le hostiga con Havertz por 70; le sobraban centrales y contrata uno más, Jurrien Timber; y donde hay un portero adorado por la grada intenta colocar a David Raya, de quien Jürgen Klopp dijo que “podría llevar la camiseta número diez” por lo bien que lanza las contras con balones largos.
El paisaje se revuelve para los porteros de España.
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