El ‘sistema Bellingham’ del Real Madrid y la lección que Ancelotti aprendió con Zidane
El técnico italiano varía el esquema del equipo para colocar al inglés en la punta del rombo y aprovechar mejor sus cualidades
Cuando empezó esta pretemporada, Ancelotti recurrió de nuevo a la vieja historia de su iluminación con Baggio y Zidane, los dos futbolistas que transformaron su carrera como entrenador. La plantilla del Real Madrid parecía algo contrahecha, al menos en lo que al nueve, aún vacante, se refiere. El equipo perdió a Karim Benzema, instalado en Arabia Saudí, y a Mariano, recambio que terminó fuera del grupo de futbolistas útiles. Y solo llegó Joselu, viejo canterano con una carrera reci...
Cuando empezó esta pretemporada, Ancelotti recurrió de nuevo a la vieja historia de su iluminación con Baggio y Zidane, los dos futbolistas que transformaron su carrera como entrenador. La plantilla del Real Madrid parecía algo contrahecha, al menos en lo que al nueve, aún vacante, se refiere. El equipo perdió a Karim Benzema, instalado en Arabia Saudí, y a Mariano, recambio que terminó fuera del grupo de futbolistas útiles. Y solo llegó Joselu, viejo canterano con una carrera recién florecida como goleador de la selección a los 33 años. Ancelotti apenas levantó la ceja.
La mayor parte del gasto del verano, 103 millones más unos 30 en variables, se la había llevado Jude Bellingham, un centrocampista prodigioso de 20 años. El inglés tiene gol, pero no es un nueve. El problema de Ancelotti parecía irresoluble: cómo suplir a Benzema sin nada parecido a Benzema. Y cómo aprovechar a Bellingham en una plantilla que jugaba de memoria en un 4-3-3. El italiano recordó con serenidad una de sus historias más populares: “Cuando empecé a entrenar tenía una idea clara y no me adaptaba a los jugadores. Tuve una experiencia en el Parma, donde Baggio quería jugar de mediapunta, y no cambié el sistema. Se fue a otro equipo. Y me equivoqué. En la Juventus, con Zidane, empecé a entender que es mejor adaptarse a los jugadores”, dijo. “Este año puede que juguemos un sistema distinto. Lo vamos a intentar en la gira, que es un buen momento”.
Buena parte de las jornadas de entrenamiento en las instalaciones de UCLA ha estado dedicada a preparar el nuevo esquema, que el equipo probó en su primer partido de la pretemporada, el lunes de madrugada contra el Milan en el Rose Bowl (3-2 para el Madrid, con un doblete de Valverde y el último gol de Vinicius). Se trata de un 4-4-2 con los centrocampistas en rombo y el inglés en la punta superior, detrás de los dos delanteros (Brahim y Joselu en la primera parte, y Vinicius y Rodrygo en la segunda).
Al terminar, Ancelotti explicó por qué había escogido ese dibujo: “La mejor posición para él es de 10, porque le da más posibilidades y está más cerca de la portería”, dijo. “Por su capacidad para llegar al área sin el balón, Bellingham es la mejor opción ahí”, siguió. “Se mueve muy bien sin balón y es distinto de los otros medios que tenemos. Tiene esta cualidad de buscar el espacio libre”.
El dibujo resaltó las virtudes del inglés, que en la primera parte fue quien más incidencia tuvo en el ataque, en particular cuando tocó con Brahim, una sociedad que comenzó a fraguarse ya los primeros días de trabajo en Valdebebas. Contra el Milan, en 64 minutos, Bellingham fue el tercero que más balones tocó, solo por detrás de Valverde, que jugó todo el partido, y de Kroos, que solo participó en el primer tiempo.
También dejó otra muestra de su valor en esa zona caliente entre líneas detrás de los delanteros. Fue el mejor regateador del encuentro: lo intentó cinco veces y cuatro con éxito, más que nadie. Más incluso que Vinicius, que solo en los segundos 45 minutos intentó ocho regates y se escapó tres veces.
“A mí me ha gustado”, dijo Ancelotti sobre la prueba de dibujo. “Es verdad que hay cosas que tenemos que modificar un poco. Nos ha costado la salida desde atrás. Hemos intentado jugar un poco más por dentro que por fuera para aprovechar el juego entre líneas”.
Ese juego por dentro tiene relación directa con el dibujo y deriva en ciertas debilidades defensivas: “Con el rombo tenemos mucha presión central y un poco menos de presión lateral. Ahí tenemos que mejorar”, explicó Ancelotti. “A nivel defensivo, en mi opinión personal, no es el mejor sistema, pero tengo que adaptar a las características de los jugadores”. El italiano está convencido de que se defiende mejor con un 4-4-2 clásico, como pensaba en el Parma que no tuvo a Baggio. Y en la Juve. Pero ganó más con Zidane de 10, como espera poder ganar con Bellingham.
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