Vitor Roque apunta al gran horizonte

El completísimo y joven delantero del Athletico Paranaense desata en Brasil la unanimidad sobre su potencial para convertirse en uno de los referentes de la selección

Vitor Roque, con la selección de Brasil sub20, el pasado febrero en un partido contra Uruguay.Photo Guillermo Legaria/Getty Images (Getty Images)

Dentro del conglomerado de atributos que pueden definir el potencial futuro de un delantero adolescente, la productividad rematadora es sólo la punta del iceberg. También el principal factor que suele disparar su valorización. Las aptitudes goleadoras de Vitor Roque (Timoteo, Minas Gerais, 2005) empiezan a explotar en el escenario sudamericano: 10 goles en 19 partidos en 2023. Pero son tan sólo el componente más visible de un conjunto armónico de cualidades pendientes de evolución para situar al delantero mineiro e...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Dentro del conglomerado de atributos que pueden definir el potencial futuro de un delantero adolescente, la productividad rematadora es sólo la punta del iceberg. También el principal factor que suele disparar su valorización. Las aptitudes goleadoras de Vitor Roque (Timoteo, Minas Gerais, 2005) empiezan a explotar en el escenario sudamericano: 10 goles en 19 partidos en 2023. Pero son tan sólo el componente más visible de un conjunto armónico de cualidades pendientes de evolución para situar al delantero mineiro en la escala de la excelencia.

En Brasil hay unanimidad en que puede alcanzarla. Con el foco en los mundiales de 2026 y 2030, la Confederación Brasileira de Futebol, a través de Branco, aquel lateral de zurdazo furibundo que disputó 3 mundiales y hoy es el coordinador de las selecciones de base, decidió ponerle nombres al futuro inmediato. Hace un año Branco divulgó a través del Centro de Investigación y Análisis de la CBF un listado de 18 jóvenes brasileños que deben alcanzar una elevada cota de rendimiento en ese periodo. En la nómina figuran futbolistas que ya destacan en la Premier League, como Martinelli del Arsenal, promesas ya captadas por la aristocracia europea como Endrick, del Palmeiras, que aterrizará en el Real Madrid el próximo verano cuando cumpla la mayoría de edad, y un atractivo escuadrón que parece descartar la cocción lenta y ya ha entrado en ebullición en la élite del fútbol brasileño.

A ese grupo pertenece Vitor Roque, de 18 años, fichado por el FC Barcelona tras menos de dos años en el fútbol profesional en una operación cuyas variables podrían culminar en uno de los traspasos más importantes en la historia del fútbol brasileño. Monitorizado desde hace años por el Barça y otros clubes europeos, Vitor Roque ha mostrado una competencia evolutiva sobresaliente. En línea paralela, los responsables de guiar su carrera (sus padres y el empresario André Cury) no dudaron en tomar decisiones drásticas y acelerar procesos para dar zancadas largas hasta llegar a un traspaso de altos vuelos a Europa.

Sus cambios de equipo desde crío así lo evidencian. Con 14 años era el futbolista más destacado de las categorías formativas del América Mineiro. Un club acostumbrado a que algunos productos de su fértil cantera, como el legendario Tostao, acaben siendo reclutados por el Cruzeiro o el Atlético Mineiro, las dos enormes potencias de la ciudad de Belo Horizonte. En febrero de 2019, Roque no apareció en la presentación del América en categoría sub15. Semanas después lo haría en la del Cruzeiro. El América denunció asedio inadecuado a un futbolista menor de edad ante el Ministerio Público de Trabajo. No podía firmar un vínculo profesional hasta los 16 años. El Cruzeiro había acordado con el padre del jugador un contrato de prestación de servicios como ojeador. Cuando el caso amenazaba con judicializarse, ambos clubes pactaron que el América se quedaba con un porcentaje del 35% sobre los derechos del jugador.

La apuesta del Cruzeiro confirmó las expectativas. Un club gigantesco y de enorme tradición que penaba la mala gestión de su anterior directiva hasta que fue rescatado por Ronaldo Nazario, que adquirió su mayoría accionarial a finales de 2021. Vitor Roque había debutado con el primer equipo en la segunda división brasileña en octubre de ese año, con Vanderlei Luxemburgo como técnico. Tenía 16 años y 7 meses. Edad similar a la del estreno de mitos del club como Tostao o el propio Ronaldo. Entró como extremo en la segunda parte de un partido ante el Botafogo. 18 minutos después fue sustituido. El alto ritmo, la presión emocional y un desgaste en esfuerzos explosivos mal gestionados aconsejaron el cambio. Luxemburgo tenía claro que los nervios del debut no eran un obstáculo insalvable. El club puso al jugador en manos de un reputado entrenador mental que ayudó mucho al joven delantero para adentrarse en las complejas aguas del profesionalismo. Meses después Ronaldo lo tenía claro: “Va a volar muy alto” dijo en 2022 cuando Vitor Roque se convertía en la revelación del campeonato Mineiro. Ganó mucho espacio en el once con el técnico uruguayo Paulo Pezzolano que luego dirigiría al Valladolid: “Pinta para crack. Es muy poderoso y con una calidad tremenda. Un extremo atípico, que también sabe jugar de nueve”. Tras 16 partidos y 6 goles con el primer equipo, la sorpresa saltó una madrugada de abril de 2022. El club estaba negociando una renovación del contrato de Vitor Roque cuando el Athletico Paranaense, uno de los clubes brasileños mejor gestionados en los últimos años, pagó su cláusula de rescisión: 4,7 millones de euros. “Todo se gestó en la oscuridad de la noche” dijo Ronaldo, que exoneraba al jugador de responsabilidad en la operación mientras se quejaba de la conducta de sus representantes.

En el conjunto paranaense la eclosión de Vitor Roque fue inmediata: Se ganó la titularidad en pocos partidos. Se convirtió en el jugador más joven en marcar con el club en el Brasileirao y en la Copa Libertadores, llegando hasta la final que perdería en octubre ante el Flamengo y entrando en el once ideal del torneo. Luiz Felipe Scolari, el veterano técnico campeón del mundo que dirigía al equipo rojinegro destacaba su crecimiento: “Lo que sea que le pidamos, lo hace, pero su mejor posición es la de nueve. Sabe jugar en esa zona, es capaz de encontrar espacios constantemente y participa bien en otros aspectos del juego. Es el tipo de delantero al que no hubiera querido marcar yo cuando jugaba. Por su estructura física, técnica y mental, parece tener 22 años en vez de 17. Es muy difícil de marcar: protege bien el balón, es rápido y sale fuera del área para asociarse”. Punta explosivo, de movilidad permanente, muy vertical y con gran capacidad para atacar espacios, aprovecha su bajo centro de gravedad (mide 1′72) y su potentísimo tren inferior para acelerar de manera devastadora. “Tiene seis marchas. Ya tiene biotipo de deportista maduro, además de sus virtudes técnicas. Eso impresiona.” dijo el seleccionador Tite en 2022, cuando fue avisado por Ramón Menezes, técnico de la selección sub 20, de la enorme versatilidad que mostraba Vitor Roque.

Precisamente el campeonato Sudamericano de esa categoría disputado a principios de 2023 en Colombia fue un enorme escaparate. Brasil ganó el torneo y Vitor Roque fue el máximo goleador junto con su compatriota Andrey Santos (fichado por el Chelsea) con seis tantos. El Athletico no le permitió disputar el mundial sub 20 la pasada primavera, pero a esas alturas Europa no necesitaba ver mucho más. Cada vez muestra una mejor comprensión del juego. Instinto posicional, fuerza de disparo con su pierna derecha y una precisión mejorada en el remate. Además, posee cualidades accesorias de alto voltaje: Inteligente juego entre líneas fuera del área, gran seguridad en los controles orientados con las dos piernas, una enorme capacidad para proteger la pelota con la marca encima y la intuitiva toma de distancia con los marcadores antes de atacar la portería. Trabaja de manera agresiva en la presión y gana muchos duelos físicos. Algunas de sus pocas carencias radican en el juego aéreo y en su capacidad de asociación en el área cuando tiene compañeros cerca. Nada que su generosidad en el esfuerzo y una marcada cultura de trabajo duro adoptada desde pequeño pueda convertir en un obstáculo futuro. En marzo ya debutó con la selección absoluta. Ahora espera mantener su línea ascendente, una vez alcanzada esa jerarquía que anima a los grandes clubes europeos a invertir en las mejores promesas brasileñas no por lo que valen hoy, sino por lo que se vislumbra que pueden llegar a valer mañana.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Más información

Archivado En