La doble vida de Joselu: descendido, tres goles en cinco remates con España y a punto de volver al Madrid

El todavía delantero del Espanyol ha encontrado un refugio en la selección con una efectividad asombrosa con la que dio el pase a la final de la Liga de las Naciones contra Croacia

Joselu celebra su gol a Italia en la semifinal de la Liga de las Naciones.JOHN THYS (AFP)

Muy poco antes de volver a conseguir el prodigio de un gol muy necesario nada más salir en el minuto 84, Joselu Mato aguardaba en la banda a que llegara Álvaro Morata. Lo retiraban después de una noche de brega sin premio, pero al cruzarse con su viejo amigo, que lo sustituía, le dio un abrazo cariñoso, de confianza, y el todavía delantero del Espanyol corrió hacia otra oportunidad que hace unos meses ni imaginaba, aún con el eco del último consejo de Luis de la Fuente: “Cuando tengas duda, mete gol”, según contó el seleccionador.

Cuando tres minutos más tarde marcó y ...

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Muy poco antes de volver a conseguir el prodigio de un gol muy necesario nada más salir en el minuto 84, Joselu Mato aguardaba en la banda a que llegara Álvaro Morata. Lo retiraban después de una noche de brega sin premio, pero al cruzarse con su viejo amigo, que lo sustituía, le dio un abrazo cariñoso, de confianza, y el todavía delantero del Espanyol corrió hacia otra oportunidad que hace unos meses ni imaginaba, aún con el eco del último consejo de Luis de la Fuente: “Cuando tengas duda, mete gol”, según contó el seleccionador.

Cuando tres minutos más tarde marcó y metió a España en la final de la Liga de las Naciones de este domingo contra Croacia (20.45, La1), Joselu no había dudado. Quizá fue el único del estadio seguro de que el tanto valía, como recordó este viernes, feliz: “En el rechace, veo que un jugador de Italia se queda rezagado. Yo sabía que cuando Rodri había tirado, yo no estaba en fuera de juego. Estaba súper convencido”. El mediocentro del City no lo vio igual y tardó en dejarse llevar con la celebración: “Tenía mis dudas, estaba muy solo”, dijo después del encuentro.

La selección española, y en particular los minutos límite de los partidos, cuando busca el gol con ansia y desesperación, sintoniza a Joselu en una frecuencia casi sobrenatural: un iluminado. En su debut el 25 de marzo contra Noruega en Málaga, ya casi con 33 años, entró en el 81 también por Morata, con 1-0 y perspectivas inciertas. Marcó en el 84 y en el 85. El jueves contra Italia, salió en el 84 y marcó en el 87. Tres remates, tres goles. Contra Escocia fue titular, jugó 66 minutos y tiró dos veces, una de ellas al larguero.

“No es fácil cuando entras en los últimos minutos estar tan metido en el partido, pero sabía que en la dinámica que estábamos generábamos bastante y podía darse que me cayera algún gol por ahí”, recordó este viernes con una reflexión sobre su preparación mental. Joselu ha tenido que hacer ese esfuerzo de cabeza no solo en los momentos en los que ha salido al filo, a deshacer un entuerto. Todo esto, la llegada tardía a la selección, el rendimiento inmediato, le ha llegado mientras con el Espanyol navegaba una temporada en que intentaba evitar el naufragio.

En marzo, la situación aún tenía remedio, pero cuando llegó a Las Rozas para la segunda concentración, el descenso a Segunda ya se había certificado: “Ha sido un año muy complicado, con un proyecto que a priori parecía muy interesante. Al final no hemos podido cumplir los objetivos como club”, dijo este viernes. “He intentado cambiar el chip lo más rápido posible”, para sintonizar de nuevo la frecuencia de la selección.

En ese cambio, y también para sostenerse en los peores ratos, Joselu ha señalado como fundamental a su familia. En marzo, viajaron de Barcelona a Málaga para un posible pero incierto debut, que se produjo in extremis y resultó apoteósico. Al terminar se fue detrás del banquillo de la selección a besar a su esposa y bajó a sus dos hijos a conocer la hierba sobre la que se había estrenado. “¿Quién ha marcado dos goles hoy?”, les decía. “¡Túuu!”, contestaba el mayor.

Ese viernes, con el móvil saturado de wasaps de desconocidos y el buzón de la cuenta de Instagram bloqueado, volvió a señalar a los suyos: “La familia es todo. Cuando pasan cosas buenas, siempre se arrima a ti un montón de gente, pero los que en realidad están siempre cuando las cosas están mal son ellos. Han sido un apoyo muy importante para mí, y han hecho un esfuerzo muy grande para estar aquí conmigo”.

Juegos en la hierba

En el estadio del Twente, después de otra noche breve pero inolvidable, encontró más dificultades para juguetear sobre el césped con los niños: “Mi hijo quería saltar a jugar al campo, y los holandeses no nos dejaban... Creo que son momentos maravillosos y únicos en la vida. Los estoy disfrutando un poco tarde, pero como si fuese un niño”.

Joselu compartió delantera con Morata en el Castilla, debutó con el Real Madrid en el Bernabéu en mayo de 2011 y le marcó un gol al Almería a pase de Cristiano Ronaldo. Anotó en el minuto 87, tres minutos después de entrar. Como con la selección. Esa tarde sustituyó a Karim Benzema, que ha dejado el club justo antes de que él regrese, después de un rodeo larguísimo. Según fuentes conocedoras de la operación, la llegada de Joselu al Madrid está cerrada, y se espera a que pase la final de la Liga de las Naciones para anunciarla. Su contrato con el Espanyol contiene una cláusula que se activa en caso de descenso, y que permite su cesión, sin coste, a un club que se haga cargo del 100% de su ficha.

Después de su última temporada juntos en el Castilla, Morata se quedó en la primera plantilla y Joselu comenzó en el Hoffenheim un largo periplo por 10 equipos de la Bundesliga, la Premier League y la Liga: “He sido un currante, sí que es verdad. He tocado las tres mejores Ligas que hay en el mundo. He disfrutado, he aprendido mucho de cada una. Creo que hoy en día la edad es solo un número”.

Antes de regresar con 33 al Madrid, se ha reencontrado con Morata, en la banda antes de sus prodigios instantáneos, y antes en la amistad: “Con Álvaro he tenido relación desde que hemos jugado juntos. No la hemos dejado nunca de tener. Hablamos mucho. Le tengo un cariño inmenso. Es un pedazo de profesional, un compañero 10, uno de los capitanes de la selección, es un jugador al que respeto y admiro mucho por la carrera que ha tenido. Él se alegrará por mí por lo que pasó ayer, como yo me alegro por él cuando hace gol o conquista algún título”.

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