“Bellingham podría ser Zidane en espacios reducidos y Gerrard en espacios abiertos”
René Maric, que trabajó con el inglés en el curso 21/22 como segundo entrenador del Dortmund, cree que al último fichaje del Madrid aún le quedan cualidades por mostrar
Cuando Jude Bellingham llegó al Borussia Dortmund en el verano de 2020, con 17 años recién cumplidos, las expectativas de los analistas eran enormes, como recuerda René Maric, entonces segundo entrenador del Borussia Mönchengladbach: “Había leído sus informes y toda Alemania estaba loca con él, pero cuando le vi jugar por primera vez 90 minutos en la Bundesliga me quedé profundamente impresionado”, recuerda. El impacto no provino solo de su capacidad técnica o de su nivel de desarrollo físico, muy adelantado para su edad: “Fue su actitud. No parecía desconcertado por la oportunidad. Al contrar...
Cuando Jude Bellingham llegó al Borussia Dortmund en el verano de 2020, con 17 años recién cumplidos, las expectativas de los analistas eran enormes, como recuerda René Maric, entonces segundo entrenador del Borussia Mönchengladbach: “Había leído sus informes y toda Alemania estaba loca con él, pero cuando le vi jugar por primera vez 90 minutos en la Bundesliga me quedé profundamente impresionado”, recuerda. El impacto no provino solo de su capacidad técnica o de su nivel de desarrollo físico, muy adelantado para su edad: “Fue su actitud. No parecía desconcertado por la oportunidad. Al contrario. La estaba exprimiendo, y ya transmitía una sensación de ‘El bueno de verdad soy yo. Quiero ganar y competir al más alto nivel”.
La temporada siguiente, Maric tuvo la oportunidad de seguir desde muy cerca la evolución del jugador cuya contratación cerró el miércoles el Real Madrid por 103 millones de euros más hasta otros 30 en variables. El técnico austriaco se mudó como segundo de Marco Rose al banquillo del Dortmund para el segundo curso del inglés en Alemania.
Después de lo que había visto por televisión, y en los partidos en los que se habían enfrentado, Bellingham volvió a sorprender a Maric en la distancia corta: “No me esperaba esa mezcla de implacabilidad en todos los aspectos y de inteligencia dentro y fuera del campo. No solo es maduro; es educado, inteligente y reflexivo. En los entrenamientos no solo hacía lo correcto, sino que tiene una habilidad asombrosa para traducir las instrucciones en acciones, y no solo dar con las respuestas acertadas, sino también para plantear las preguntas adecuadas. Creo que por eso ha evolucionado tan rápido hasta un nivel tan alto: con su talento, necesita menos tiempo para entenderse a sí mismo, y también para entender el juego y tener impacto en él”.
Ya sobre la hierba, en las sesiones de trabajo, Maric vio un futbolista listo ya para funcionar como la pieza esencial de un equipo que entonces disfrutaba de Erling Haaland para terminar las jugadas: “Cuando le entrenas, inmediatamente piensas en cómo construir alrededor de él y en lo que podría aportar en distintas posiciones”.
En su segunda temporada alemana, Bellingham ya fue el futbolista que más minutos jugó en el Dortmund, 3.797, bastante más que Haaland, por ejemplo, que fue el octavo con 2.387. Solo tenía 18 años, pero como recuerda Maric, “a veces parecía alguien que ya ha tenido una carrera, mientras sigue siendo un chico con una actitud despreocupada, y a la vez obsesionado con su ambición, su carrera, y con ganar”.
Su última imagen con la camiseta del Dortmund refleja esa voracidad. Se les había escapado el título de la Bundesliga en casa en la última jornada, a la que llegaron dependiendo de sí mismos. Tenían que ganar al Mainz, y empataron (2-2). Bellingham no jugó por unas molestias en la rodilla derecha. Al acabar, con el Bayern celebrando el trofeo en Múnich, el centrocampista inglés paseaba cabizbajo por el campo. Iba seguido por una cámara de televisión, hasta que la apartó con un leve manotazo. Se le había escapado una liga en su última tarde en el Signal Iduna Park.
Maric, que se preocupa mucho por el desarrollo de sus futbolistas, cree que la madurez de Bellingham al comprender lo que requiere su profesión le ha llevado tan pronto al nivel al que se encuentra ahora: “Algunos grandes talentos han fracasado porque no llegaron a aprender a asumir la responsabilidad con ellos mismos: la actitud en los entrenamientos, con el cuerpo técnico, con los aficionados, los medios, comportarse como profesionales, cuidar de su cuerpo y su vida. Jude está tan avanzado que ya está entrando en la siguiente fase, algo que muchos no son capaces de alcanzar: asumir la responsabilidad de otros y responsabilizarse por ellos, dentro y fuera del campo”.
Al trabajar tantas horas muy de cerca con Bellingham, Maric conoce también qué se puede esperar del futbolista estos años sobre el terreno de juego, aspectos que ya mostraba en el trabajo diario: “Creo que su regate, el tiro, los goles y los cambios de juego se veían más en los entrenamientos que en el campo, pero empiezan a aparecer cada vez más a menudo”. En su penúltima temporada en el Dortmund marcó seis goles en todas las competiciones, mientras que en la que acaba de terminar anotó 14. “Son sus fortalezas y está aprendiendo a colocarse cada vez más en ese tipo de situaciones”, explica. “Esta temporada tuvo un papel más ofensivo que en la anterior y el equipo necesitaba que hiciera eso. Así es él: quiere influir en el juego y gracias a sus habilidades puede hacerlo en cualquier parte del campo”.
Bellingham se despidió de Alemania como mejor jugador de la Bundesliga, sin haber cumplido 20 años (lo hará el 29 de junio), pero Maric cree que aún tiene margen para progresar: “Puede mejorar en detalles de su posicionamiento y en cómo se gira, en la toma de decisiones en los pases, en ser más paciente consigo mismo y con la situación, para influir mejor en lugar de más rápido”.
Le ve un horizonte muy ilusionante: “Si quiere que exagere, la mejor versión posible de Jude podría ser como un Zidane en espacios reducidos y como un Gerrard en espacios abiertos”. La temporada pasada Bellingham deslumbró en las zonas calientes: fue el centrocampista más regateador de las cinco grandes ligas europeas y uno de los que más pases envió al área y más veces tocó la pelota ahí dentro. “¿Alcanzará esa mezcla? Es imposible decirlo, pero obviamente es muy difícil. Entonces sería único”.
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