Joaquín se despide y el Valencia respira
Emocionante adiós del mito bético, que iguala a Zubizarreta con 622 partidos como jugador con más choques en LaLiga
”Gracias Capitán. Joaquín Sánchez, un mito con arte”. Así rezaba una enorme pancarta en la grada de fondo del Benito Villamarín en homenaje a su capitán, que se retiró del fútbol el día que jugaba su partido número 622 en Primera. De esta forma, igualó el registro de Andoni Zubizarreta como el futbolista con más encuentros de LaLiga. Un total de 23 temporadas como profesional y 946 partidos oficiales son las cifras de una carrera impresionante. Se va Joaquín, con cas...
”Gracias Capitán. Joaquín Sánchez, un mito con arte”. Así rezaba una enorme pancarta en la grada de fondo del Benito Villamarín en homenaje a su capitán, que se retiró del fútbol el día que jugaba su partido número 622 en Primera. De esta forma, igualó el registro de Andoni Zubizarreta como el futbolista con más encuentros de LaLiga. Un total de 23 temporadas como profesional y 946 partidos oficiales son las cifras de una carrera impresionante. Se va Joaquín, con casi 42 años, pero se queda el Valencia, un grande del fútbol español, que llegó con mucho miedo al Benito Villamarín, aunque conocedor de que solo una carambola le colocaba en Segunda División. Un equipo con jugadores jóvenes interesantes y mucha historia detrás. Ese peso de la camiseta es el que le ha podido salvar de la debacle. Y el empate en un festivo estadio verdiblanco.
En Sevilla, en la parte bética, todo giró alrededor de Joaquín. En sus lágrimas al saltar al terreno de juego, en cómo cada balón que tocó se jaleaba en una grada entregada a su héroe, el único en la historia del Betis en ganar dos Copas del Rey, con 14 campañas como verdiblanco desde que debutara en Segunda División aquel 3 de septiembre de 2000. En el minuto 59, la Sevilla futbolística se paró. Entre lágrimas y con el abrazo de todos sus compañeros y rivales, Joaquín decía adiós, besaba el césped y se marchaba al banquillo. Los 54.087 espectadores que asistieron al Villamarín provocaron un pequeño terremoto en la Sevilla bética, esa que tiene su corazón en el barrio de Heliópolis. El último partido de Joaquín, fue, posiblemente, el más duro. 23 años de carrera se esfumaban entre lágrimas.
Un acto emocionante en un partido emocionante. Sobre todo para el Valencia, pues el Betis tenía todos los deberes hechos, clasificado para la Liga Europa. Un Valencia que se vio sorprendido al minuto de juego por un gol del Betis al contragolpe, de Ayoze a pase de Miranda. Desde ese momento, intentó el empate, pero no tuvo eficacia, como ocurrió en los remates de Javi Guerra y Lino.
Eso sí, los resultados al descanso se le iban poniendo en contra, pero mientras el Cádiz no perdiera en Elche estaba a salvo. El Valencia decidió no tener que estar pendiente de otros marcadores, que hervían en una tarde de tintes casi épicos. Nico le robó un balón a Rodri y asistió al joven Diego López, que batió a Bravo.
Los nervios le jugaron una mala pasada a Musah, que vio la roja por una dura entrada a Edgar. El Valencia jugó en inferioridad numérica un largo tramo final, propiciado también por un alargue de 12 minutos. Pero ya no se jugaba a nada. El foco local estaba en Joaquín mientras el Valencia se salvaba por su empate y por los otros resultados, que condenaban al Valladolid.
“Ha sido mejor que lo que soñé”
“Ha sido más bonito que lo que soñé. Ha sido un sueño hecho realidad en una noche inolvidable”, afirmó Joaquín nada más acabar el partido. La leyenda bética dio una vuelta de honor a la conclusión del choque ante el Valencia, uno de los equipos en los que militó también y al que le tiene un gran cariño. Luego, en el centro del campo, fue manteado por todos sus compañeros. Una fiesta inolvidable en su adiós, que tendrá continuidad el próximo martes con su partido homenaje, en el que participarán excompañeros, amigos y futbolistas de Primera. “Son muchas las emociones. No me he podido controlar. He llorado mucho. Parece que el momento no iba a llegar nunca, pero he intentado ser feliz. Son muchas cosas, la grada coreando mi nombre, mi familia en la grada. Estoy feliz, me he podido despedir de mi afición con los míos. Al descanso, con la ovación que me dieron, las piernas no me iban. Me quedo sin palabras”, aclaró el capitán del Betis, que se retiró 23 años después de debutar como profesional.
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