Patri Guijarro, autora de dos goles en la final de la Champions: “Alexia me ha pasado su energía”
La MVP de la final mira a la capitana, que participó unos minutos
La semana previa a la final de la Champions, Alexia Putellas estaba distendida, feliz, sin rastro (esas cicatrices acostumbran a ser invivibles) del vía crucis que sufrió toda la temporada, alejada del césped cerca de 10 meses como consecuencia del crack que le hizo la rodilla izquierda el último julio, en la previa de la Eurocopa de Londres. La capitana caminaba por Barcelona con un grupo de amigas dispuesta a matar esas horas que se hacen eternas en la ...
La semana previa a la final de la Champions, Alexia Putellas estaba distendida, feliz, sin rastro (esas cicatrices acostumbran a ser invivibles) del vía crucis que sufrió toda la temporada, alejada del césped cerca de 10 meses como consecuencia del crack que le hizo la rodilla izquierda el último julio, en la previa de la Eurocopa de Londres. La capitana caminaba por Barcelona con un grupo de amigas dispuesta a matar esas horas que se hacen eternas en la víspera de un partido decisivo como la final de la Liga de Campeones, cuando se encuentra con un conocido y su hija. No borra la sonrisa. Coge a la niña y le pregunta: “¿Sabes quién soy?”. “Alexia”, responde ella misma. Y le pide: “El sábado quiero que mires la final y que grites todos los goles”. Estaba en paz. Sabía que había exprimido su cuerpo para romper todos los plazos establecidos y que su nombre apareciera en la convocatoria de Eindhoven. Quería, eso sí, volver a levantar la Champions, esta vez como primera capitana del Barcelona.
“No sé si voy a jugar todo el partido, media hora o un minuto. Me gustaría estar, pero lo importante es el equipo”, remataba Alexia, antes de seguir su rumbo junto a sus amigas. En la Ciudad Deportiva del Barcelona, definían la actitud de Putellas los días previos a la final. “Pensar que Alexia va a condicionar para jugar es no conocer a Alexia. Es una jugadora de equipo”, aseguraba un miembro del staff azulgrana. El regreso de la capitana a las convocatorias condicionaba todas las comparecencias de Jonatan Giráldez. El día de su alta médica, por ejemplo, antes del duelo de vuelta ante el Chelsea, el nombre de Putellas se repetía tanto que hasta había algunas en el vestuario que protestaban por el exceso de atención sobre la 11. Alexia lo sabía. Entonces, optó por rebajar el protagonismo. “Estoy al 100% físicamente, pero la decisión la tiene Jonatan”, recordó Putellas en la previa del duelo ante el Wolfsburgo.
En Eindhoven, sin embargo, el plan de Giráldez no funcionaba ante el Wolfsburgo. Y el técnico miró a su capitana. “Teníamos algunas ideas para meterla. Podía cambiar la dinámica. Queríamos mantenerla calentando por ver la reacción. Y viendo cómo rindieron las jugadoras al arrancar la segunda parte, había que darles continuidad. Hice los cambios más por obligación que por necesidad. Felizmente, Alexia pudo participar, que era importante para todos”, contó el preparador azulgrana. Cuando Putellas reemplazó a Aitana en el minuto 89, Pina cogió rápido el brazalete que llevaba Paños y corrió para entregárselo a la 11. Era el primer partido de la temporada para Putellas en Europa. Según Guijarro, Alexia ya estaba desde antes con ellas en el campo. “Alexia me ha pasado su energía para marcar los dos goles”, contó la 12, MVP de la final. No fueron casuales las palabras de Patri, su rol esta temporada fue justamente la de ocupar la posición de Putellas.
Pero Guijarro en Eindhoven llevó algo más que el peso de reemplazar a la única futbolista en levantar dos veces el Balón de Oro. Inició, además, la remontada en Países Bajos. Una cuenta pendiente de las azulgrana, que acostumbraban a caerse cuando los partidos se les torcían. “Creo que hemos aprendido del año pasado a este”, dijo Guijarro, en referencia a la final del año pasado contra el Lyon en Turín, cuando el Barça se derrumbó anímicamente tras encajar tres goles en los primeros 30 minutos. “Teníamos que empezar más serias. Pero creo que el equipo estaba haciendo ocasiones. No entraban, pero en el descanso, con los detalles del entrenador y creyéndonoslo...”, expuso Patri.
El preparador del Barcelona explicó cómo planeó el segundo tiempo, tras llegar al vestuario con el marcador 0-2. “A veces no hace falta cambiar jugadoras, sino modificar pequeños detalles. Decidimos rotar a Salma con Mariona para recibir mejor el balón en el centro del campo”, expuso. “Pero”, añadió el preparador del Barça, que en 2021, cuando el equipo azulgrana alzó su primera Champions, ejercía de segundo entrenador; “creo que la primera parte estábamos jugando bien al fútbol y creando las ocasiones como las debíamos crear. Faltaba agresividad. Era un resultado injusto. Teníamos que ser un poco más agresivas sin pelota. Después, ha aparecido el carácter y la personalidad. Es en los momentos complicados cuando hay que sacarlo”.
El técnico, sin embargo, no quiere hablar de cambio de ciclo con el Olympique de Lyon. El cuadro francés sumó el año pasado en Turín, justamente ante el Barcelona, su octava Champions. “Eso lo debéis decir vosotros”, apuntó a la prensa. Y pidió más esfuerzo del club para que el Barça sigue en el centro de Europa: “Creo que la inversión y la calidad de las jugadoras es clave para estar compitiendo en los partidos que tenemos que estar cada año”.
Un nuevo récord de la Champions: 33.417 espectadores
Cuando en 2019 el Barcelona alcanzó su primera final de Champions ante el Olympique de Lyon, 19.487 espectadores presenciaron el partido en las gradas del Groupama Arena de Budapest. La capacidad del campo, sin embargo, era de 23.400. Fue, en ese momento y en ese contexto, cuando la UEFA seleccionó el Philips Stadion para albergar la final de 2023, que puede albergar a 35.000 personas. No esperaba el máximo organismo del fútbol europeo el boom del fútbol femenino, con récords de asistencia en todos los países, en la diana el Barcelona que convocó en dos ocasiones a más de 90.000 seguidores en el Camp Nou.
En 2021, cuando el Barcelona ganó su primera final en Gotemburgo, todavía acechaba la pandemia. Y en Suecia las azulgranas celebraron frente a un esquelético estadio. La hinchada tuvo su revancha en Turín 2022. Cerca de 15.000 aficionados azulgrana se trasladaron a Italia para ver la final en la casa de la Juventus. Sin embargo, el Lyon borró al Barça. Las muchachas de Giráldez le dieron una oportunidad más a sus seguidores este sábado en Eindhoven. El problema es que, por la capacidad del estadio, solo 8.000 aficionados pudieron conseguir entradas para el Philips Stadion. “Cambia mucho cuando tienes a la afición cerca o no”, valoró Alexia Putellas.
En total, 33.147 personas presenciaron el éxito del Barcelona, récord de público en Países Bajos. “Los aficionados se lo merecen”, subrayó Joan Laporta, presidente de la entidad azulgrana. “La remontada ha sido porque las jugadoras y el entrenador han creído hasta el final. He oído que la charla ha sido muy intensa, que creyesen y sintiesen los colores”, añadió el máximo directivo azulgrana.
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