Mirotic desmonta al Valencia desde el perímetro

Absorber el balón, mirar, saltar y lanzar desde tres. Mirotic hizo de la rutina, la gloria, también el éxito ante el Valencia. Encestó siete de diez lanzamientos desde el perímetro —su mejor marca histórica— y selló el triunfo azulgrana en el primer duelo de cuartos de la Liga Endesa con 27 puntos. Lejos, en cualquier caso, de su récord de anotación, también ante el Valencia en 2019, con 33 puntos. Y lejos, claro, de que esta cucharita de miel le...

Absorber el balón, mirar, saltar y lanzar desde tres. Mirotic hizo de la rutina, la gloria, también el éxito ante el Valencia. Encestó siete de diez lanzamientos desde el perímetro —su mejor marca histórica— y selló el triunfo azulgrana en el primer duelo de cuartos de la Liga Endesa con 27 puntos. Lejos, en cualquier caso, de su récord de anotación, también ante el Valencia en 2019, con 33 puntos. Y lejos, claro, de que esta cucharita de miel le saque la espina del depresivo gatillazo de la Euroliga.

Entendió Mumbrú que el envite no le invitaba a atacar el poste bajo ni a las torres Sanli-Vesely; que para hacer daño al Barça lo mejor era hacerle correr y mover rápido la pelota, también disparar desde fuera sin remisión. Por eso dejó sin cambiar al pívot Jasiel Rivero para que le relevara Harper, electricidad en la carrera y para cargar el brazo, un francotirador que tenía clara la instrucción, pues balón que cogía balón que lanzaba. Y empezó de dulce, dos de dos triples y el Barça con los hombros caídos, pero no el orgullo, porque los batacazos del curso han sido sonoros, el Unicaja en la Copa y el Madrid en las semifinales europeas.

Desde los pasillos del Palau admiten que las bofetadas han dejado marca, que se había planeado el año para acabar en combustión. Pero no ha sido así y se tambalean los cimientos porque no se sabe si seguirá Jasikevicius —tenía una cláusula unilateral para renovar en caso de ganar la Final Four— y se pretende rebajar el generoso salario de Mirotic —10 millones—, que desde hace tiempo que se hace el longuis. Precisamente, los dos señalados en la Euroliga: el técnico no supo contener a Tavares ni idear otra alternativa; y el líder azulgrana se quedó en tres puntos raquíticos. Así, los playoffs de la ACB lo son todo para el Barça, que acabó la fase regular como líder, con ocho triunfos de carrerilla.

Por lo que el estirón inicial del Valencia duró poco, molesto el Barcelona ante una nueva amenaza de pisar la temida pasarela del barco pirata. Corrió el Barça y lo hizo con sentido, dirigido por las espléndidas zancadas de Satoransky y también por la visión periférica de Laprovittola, al fin con Mirotic entonado porque replicó a Harper con otros dos triples y con lo que hiciera falta. Firmó cinco de seis lanzamientos de tres y 19 puntos al descanso, un castigo que la defensa en zona —se le atragantó al Barça— y Jones, siempre capaz de lo mejor y de lo peor (rupturas de tobillos y cinturas, también pérdidas), enmendaron para que el Valencia se mantuviera de pie al entreacto (40-37), para que Jasikevicius gesticulara y evidenciara otro de sus enfados morrocotudos.

Harper empezó igual la segunda parte, un triple desde su casa, otros cuatro tiros libres seguidos y una asistencia para el mate de Alexander. Suficiente para voltear el marcador (45-46). ¿Solución? Bola a Mirotic y otro show. Dos triples más sin fallo, un robo con canasta y gas azulgrana porque Abrines también encontró la inspiración desde la periferia para marcharse de 11 puntos. Al fin se hacía buena la única teoría fiable del Barça en este curso porque cuenta sus partidos en la Liga Endesa por victorias, 18 hasta el momento.

Le costó al equipo azulgrana reactivarse en el último cuarto, tres minutos de sequía y Radebaugh penalizando con más triples. Se quedó en amago porque el Valencia, de manos de mantequilla, siguió acumulando pérdidas (16 en total) para que el Barça replicara con Satoransky y con carreras a lo Speedy Gonzales. Puntos sencillos. Lo complicado ya lo había hecho Mirotic, esta vez definitivo como se le exige. El segundo asalto, el viernes en Valencia.

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