Illarramendi se va de la Real Sociedad, para dejar paso a los jóvenes
Según el capitán donostiarra: “Sentía que mi ciclo había acabado y las nuevas generaciones vienen pisando fuerte”
Después de quince años en la Real Sociedad, con el paréntesis de dos temporadas en el Real Madrid, Asier Illarramendi (Mutriku, 33 años), se aparta a un lado y seguirá en el fútbol, pero jugando en algún equipo lejos de San Sebastián. Lo hace después de reflexionar durante varios meses sobre su futuro, y sin tener en cuenta que, probablemente, la Real jugará la Champions la próxima temporada. Según su presidente, Jokin Aperribay, lo hace desde la lealtad a los colores: “Siempre me has hablado del futuro de l...
Después de quince años en la Real Sociedad, con el paréntesis de dos temporadas en el Real Madrid, Asier Illarramendi (Mutriku, 33 años), se aparta a un lado y seguirá en el fútbol, pero jugando en algún equipo lejos de San Sebastián. Lo hace después de reflexionar durante varios meses sobre su futuro, y sin tener en cuenta que, probablemente, la Real jugará la Champions la próxima temporada. Según su presidente, Jokin Aperribay, lo hace desde la lealtad a los colores: “Siempre me has hablado del futuro de la Real, de dejar paso a los más jóvenes, de que había llegado tu momento”, apuntaba el dirigente en la despedida. “Siempre me has hablado desde la generosidad y no desde el individualismo”.
Emocionado, antes de que sus compañeros le mantearan sobre el césped de Anoeta, el futbolista desveló que, “no ha sido una decisión fácil porque le he dado muchas vueltas”. Confiesa Illarra que, “al final he pensado que era lo mejor para la Real y para mí separar nuestros caminos. Me da pena abandonar la que ha sido mi casa toda la vida, pero estoy orgulloso y contento con mi trayectoria aquí”.
Asier, según Aperribay, la joya de la generación de 1990, asegura que, “no hay palabras para describir a este equipo. Son amigos, mi familia. Es imposible estar en un sitio mejor. Es un gran equipo de amigos. Compartimos alegrías y sufrimiento. La Real no es un equipo más porque es una familia”, y apostilla: “Me voy tranquilo porque sé que en los próximos años eso seguirá igual. Lo principal aquí es ser personas me voy en paz”.
Illarramendi debutó con la Real Sociedad en Segunda División, el 19 de junio de 2010. El uruguayo Martín Lasarte le dio la alternativa en el primer equipo. Perdió frente al Elche (4-1), pero los donostiarras ya habían festejado el ascenso a Primera División. La temporada siguiente acarició la máxima categoría en el Madrigal, en la jornada vigésima. Todavía era jugador del filial, pero disputó tres partidos con el primer equipo. En la campaña 2011/12, el francés Philippe Montanier le dio mando en plaza. Fue titular hasta que una lesión de menisco le apartó del equipo durante tres meses. Su frescura en el mediocentro realista empezaba a darle otro aire al equipo. Con su regreso la siguiente temporada, la Real recuperó el tono. Fue esencial para la clasificación del conjunto donostiarra para la Champions.
Para entonces, el nombre de Asier Illarramendi ya empezaba a cotizar en el mercado de fichajes, así que después de una brillante participación en el Europeo Sub-21 con España, el Real Madrid desembolsó 30 millones de euros para contratarlo. En el Bernabéu nunca terminó de adaptarse, y dos temporadas después, la Real pagó 18 millones de euros por su regreso. Ocho años más tarde, tras levantar una Copa del Rey y con varias lesiones importantes en su camino, Illarramendi, que había perdido protagonismo ante la irrupción de futbolistas como Zubimendi, y tras un largo periodo de reflexión, decidió anunciar su marcha. Imanol Alguacil, su entrenador, fue uno de los primeros en conocer la noticia: “Se lo dije el domingo después de ganar en Barcelona”, confiesa Illarra. “Quería hablar con él. Tenía derecho a saberlo. Siempre me he llevado fenomenal y quería compartir con él la decisión”. El jugador apunta: “Me dijo que le daba pena perderme. Me dio las gracias y la vida sigue hacia adelante. La Real está en buenas manos con él”.
Se marcha, “tranquilo, con la sensación de haber dado todo lo que tenía. Ahora tomo un nuevo camino porque sentía que mi ciclo aquí había acabado y debía dejar paso a las nuevas generaciones que vienen pisando fuerte”. El 4 de junio, frente al Sevilla, se despedirá de la afición txuriurdin.
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