Camavinga da el susto y Ancelotti anuncia la titularidad de Rüdiger contra el City
El Real Madrid asegura que las pruebas realizadas este domingo concluyen que el esguince en la rodilla izquierda del francés es “muy leve”. El alemán se gana un puesto en el once tras su marcaje a Haaland en la ida
Una noche de barbecho terminó en una jornada de preocupación para el Madrid por la salud de una de sus piezas más preciadas. Un estacazo de Juan Iglesias a Eduardo Camavinga en el pie izquierdo en el tramo final acabó con el francés sustituido y con hielo en la rodilla izquierda al notar “un giro raro” en esa zona, apuntaron fuentes del club. La exploración inicial diagnosticó un esguince en la rodilla y la resonancia de este domingo redujo la lesión a “muy leve”, según aseguraron desde Valdbe...
Una noche de barbecho terminó en una jornada de preocupación para el Madrid por la salud de una de sus piezas más preciadas. Un estacazo de Juan Iglesias a Eduardo Camavinga en el pie izquierdo en el tramo final acabó con el francés sustituido y con hielo en la rodilla izquierda al notar “un giro raro” en esa zona, apuntaron fuentes del club. La exploración inicial diagnosticó un esguince en la rodilla y la resonancia de este domingo redujo la lesión a “muy leve”, según aseguraron desde Valdbebebas. Salvo imprevistos, en el equipo blanco cuentan con el francés este miércoles para la vuelta de las semifinales de la Champions contra el City.
Menos de una hora después del final del partido y en medio de la alarma general, Ancelotti trató de restar importancia al percance. “Lo importante es la estabilidad de la rodilla, y la tiene. Le molesta un poco en la parte interior, pero no es nada. Se recuperará pronto. Mañana [por el domingo] descansará y el lunes entrenará”, señaló el italiano, que había ordenado el cambio de Odriozola por Asensio en el minuto 84, pero las molestias del galo le obligaron a deshacerlo para sacar del campo a Camavinga. A la conclusión, el francés volvió al césped para pedir explicaciones a Iglesias por la acción. La salud de Camavinga introdujo un elemento de inquietud a cuatro días de la cita de Mánchester. Ubicado como lateral izquierdo, o en el mediocentro, el ex del Rennes se ha convertido en un innegociable en los planes del técnico italiano.
Antes de este sábado, para el miércoles la duda en la defensa se encontraba en la pareja de centrales, cuestión que resolvió Ancelotti al confirmar la titularidad de Antonio Rüdiger, que el pasado martes ató en corto a Haaland en el Bernabéu. Siempre que Militão y Alaba habían estado sanos, ellos dos habían sido de la partida. Ahora, la confirmación del alemán en el once abre la incógnita sobre el papel de los otros dos, si cae uno de ellos o todos tienen cabida con el austriaco en el lateral zurdo. En todo caso, la elección del germano para el Etihad supone un refrendo importante después de una primera campaña en el Bernabéu que, hasta el duelo de ida, había dejado cierto regusto de insuficiencia respecto a la versión que se había visto de él con la camiseta del Chelsea.
El Bernabéu pasa de Hazard
La velada en la Castellana había empezado con la novedad de Eden Hazard, de inicio cuatro meses después. Esta temporada, había sido titular tres veces, y a cual peor. Se estrenó en septiembre contra el Mallorca (4-1), en lugar del lesionado Benzema, y el Madrid no resolvió hasta que Ancelotti lo relevó y puso ahí a Rodrygo. El italiano dijo que eso no cambiaba nada, pero la realidad es que no volvió a jugar en el campeonato hasta abril, cuando su equipo ya ganaba 4-0 al Valladolid. En Champions, Carletto se animó a colocarlo de inicio en Varsovia contra el Shakhtar (1-1), pero en cuanto se vio en desventaja lo devolvió a toriles. Y ante el Cacereño (0-1) en Copa vio la oportunidad de darle carrete, y también lo sustituyó aún con empate tras otra actuación fantasma.
A nadie le sorprendió que la cuarta titularidad lo dejara en el mismo socavón en el que estaba ante la indiferencia del personal, que ya dejó de hacer cuentas con él. Silencio cuando lo anunciaron por megafonía, más silencio durante la hora que permaneció en el césped y leves pitidos cuando se marchó el futbolista más caro de la historia del Madrid (115 millones). Tiene 32 años, le resta un curso de contrato y ya ha avisado que no está entre sus intenciones moverse.
Lo primero que hace el Madrid es girar la cabeza a la izquierda y mandar balones a ese costado, pero esta vez ahí estaba Hazard. La diferencia sideral entre él y Vinicius quedó evidente en dos balones que le llegaron al belga nada más empezar. En el primero, ni siquiera pudo arrancar. Y en el segundo, casi tampoco. El habitual tornado de la banda zurda no llegaba ni a remolino. Media hora más tarde y en medio del sopor general, Ceballos le envió un buen pase profundo, pero le volvieron a faltar potencia y recursos para encarar y ganar la línea de fondo. Si se iba al centro para combinar, donde estaba Asensio, sí se intuía en el siete cierto atisbo de más comodidad, aunque sin efectos.
A la hora, Vinicius, Kroos y Modric sacaron al Madrid del tedio, y arreglaron una victoria de transición con un gol de Asensio, que le sirvió al balear para igualar su mejor marca anotadora (12) y seguir rascando en un momento en que aspira a renovar en las mejores condiciones posibles.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.