Chukwueze azota al Real Madrid
Dos golazos del nigeriano y un buen Villarreal derrotan a un equipo blanco contragolpeador y sin tino que guarda la ropa para el duelo frente al Chelsea
El Madrid y el Villarreal hicieron lo que quisieron en el Bernabéu. El primero contragolpeó y el segundo sobó el balón. Al final, el que se impuso fue Samu Chukwueze, que jugó mucho y se destapó con dos golazos de bandera. En el primero sentó a Nacho y en el segundo dejó sin palabras a Courtois con un zurdazo combado sensacional. Fue una noche de excelentes fogonazos, porque el 2-1 de Vinicius también tuvo lo suyo de finura y tino. Grandes tantos que resumieron una noche de fútbol expansivo en la que el Madrid jugó y, sobre todo, guardó la ropa con el Chelsea en la mirilla. A las suplencias de...
El Madrid y el Villarreal hicieron lo que quisieron en el Bernabéu. El primero contragolpeó y el segundo sobó el balón. Al final, el que se impuso fue Samu Chukwueze, que jugó mucho y se destapó con dos golazos de bandera. En el primero sentó a Nacho y en el segundo dejó sin palabras a Courtois con un zurdazo combado sensacional. Fue una noche de excelentes fogonazos, porque el 2-1 de Vinicius también tuvo lo suyo de finura y tino. Grandes tantos que resumieron una noche de fútbol expansivo en la que el Madrid jugó y, sobre todo, guardó la ropa con el Chelsea en la mirilla. A las suplencias de Valverde, Kroos, Modric y Militão, Alaba y el brasileño se repartieron una parte cada uno, y Benzema se retiró a la hora. No descansó Vini, un no parar de rascar, pero al que, pese a su diana, le faltó algo de enfoque delante de Pepe Reina.
Con la Liga en Marte, una nueva jornada de entreguerras le sirvió a Carlo Ancelotti, además de para cumplir con el plan de rotaciones, para dar carrete a la veta de los cuatro atacantes de inicio: Benzema, Vinicius, Rodrygo y Asensio. Lo hizo hace una semana ante un raquítico Valladolid e insistió frente a un Villarreal con mucho más cuajo. El resultado fue dispar. El italiano renunció al equilibrio, aceptó un posible intercambio de golpes, pero la apuesta no le salió. “Fue complicado tener la motivación al 100% tras el Barcelona. Pocos estuvieron a un nivel alto”, admitió el italiano. Bingo para el Villarreal, que no pierde de vista la Champions.
La tregua en Chamartín duró 10 minutos. La noche arrancó perezosa, pero, de pronto, derivó en un divertido trajín de un lado a otro. Tocaba el Villarreal y corría el Madrid. Nadie engañó, cada uno se atuvo a su guion. De entrada, la trama le sentó mejor al Madrid. El plan de Quique Setién de subir líneas y plantarse en campo contrario abrió las praderas para las cuatro piezas ofensivas blancas.
La izquierda defendida por Foyth no había sido un terreno fértil para el Madrid en sus últimas experiencias, pero todo arrancó en ese rincón. Lo típico con los blancos, en realidad. El primer aviso resultó extraño, porque fue Vinicius quien bajó hasta la defensa para lanzar al contragolpe a Nacho, al que, como era previsible, le faltó finura. El segundo sí se ajustó a las normas: Tchouameni prolongó para Vinicius, que desenfocó al segundo palo. Y, en plena carga local, el tercero acabó dentro vía rebote.
Ya no es tan habitual ver a Asensio irrumpir por el centro tras tanto tiempo acostado en la izquierda, pero el dispositivo de cuatro atacantes lo sitúa ahí y el balear lo agradeció. Arrancó desde su campo, se marchó por potencia, prolongó para Vinicius que, en su intento de devolvérsela, la pelota acabó tocando de forma fatal en Pau Torres. Gol en propia puerta. Los de Setién continuaron a lo suyo, sin embargo, a su ataque le faltaba amenaza real. Mucho intento fútil. Fue el momento de Pepe Reina, 20 años en cada guante. En un minuto sacó dos claras, a Benzema y Rodrygo. Y a este segundo le faltó media uña para pillar un centro de Vini, que se la había birlado a Parejo, y más tino para concretar una contra.
Gran detalle de Vinicius
Se salvó el cuadro amarillo que, poco a poco, fue domando a los muchachos de Ancelotti con su única medicina, toque a toque. Amenazaron desde lejos con varios disparos de Lo Celso, Trigueros (sustituyó a Terrats a la media hora) y Chukwueze, pero solo pudieron abrirse camino con una sutileza. Lo Celso, el argentino que lloró el Mundial desde su casa por una lesión, filtró un pase en medio de una defensa algo contemplativa y Chukwueze se destapó con una maravilla. Amagó a Nacho para la derecha y lo mandó a la lona con un recorte delicioso hacia la izquierda antes de fulminar a un Courtois vendido. El premio a un amasamiento de pelota con intención y filo.
Un bocado gourmet en la igualada y otro para devolver la ventaja al Madrid. Vinicius regresó de la pausa con una espaldinha y, al instante, se fabricó un golazo. A la defensa visitante le faltó fuego para frenarlo y a él le sobró calidad para definir. Encaró a Chukwueze y Mandi, y a este segundo le terminó colando un caño antes de definir delante de Reina con las pulsaciones bajo cero. Tuvo el tercero al instante tras un robo de Ceballos, pero no afinó al primer palo, y otro intento a pase de Valverde.
De nuevo en ventaja el Madrid, otra vez desperdició ocasiones y otra vez que el Villarreal continuó dándole al molinillo de su toque, hasta que José Luis Morales, que acababa de comparecer en lugar de Lo Celso, cazó el empate. Asensio intentó un golazo en una volea, pero el que de verdad se lo apuntó fue Chukwueze con un tiro ajustado casi a la escuadra que dejó al personal atónito.
Cargó el Madrid, ya con Modric a escena y siempre con Vinicius dándole a la manivela. El último intento correspondió a Asensio, se marchó arriba y la noche terminó con Chukwueze adueñándose de la Castellana.
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