El Barcelona se achica con los grandes
Los azulgrana, condicionados por unos fichajes todavía en rodaje, dominan la Liga con solvencia y flaquean por contra en los partidos exigentes contra los mejores equipos de Europa
El equipo que va camino de ganar la Liga con una puntuación a ritmo de récord salió goleado de la Copa después de que ya hubiera sido eliminado de la Champions y de la Liga Europa. Así es el retrato de la vida del Barça. El día a día de los azulgrana no ha encontrado respuesta del campeón continental y español que es el Madrid. El equipo de Ancelotti, abatido también por los azulg...
El equipo que va camino de ganar la Liga con una puntuación a ritmo de récord salió goleado de la Copa después de que ya hubiera sido eliminado de la Champions y de la Liga Europa. Así es el retrato de la vida del Barça. El día a día de los azulgrana no ha encontrado respuesta del campeón continental y español que es el Madrid. El equipo de Ancelotti, abatido también por los azulgrana en la Supercopa, marcó las diferencias en cambio en la semifinal copera, anticipo de una final, que a fin de cuentas es el territorio dominado por el Madrid. El quinto y último clásico de la temporada sitúa a cada equipo en el territorio que más le conviene, que en el caso barcelonista es el de la Liga.
El Barcelona es tan solvente en el torneo español contra equipos de la clase media-baja como inferior en los encuentros de mayor exigencia frente a rivales que forman parte de la élite de Europa. Hay un dato muy expresivo al respecto: los azulgrana solo han perdido dos partidos en el Camp Nou: 0-3 contra el Bayern de Múnich y 0-4 contra el Real Madrid. También resulta sintomático que el equipo que solo ha encajado nueve goles en la Liga, dos únicamente en su estadio —uno de penalti y el segundo en propia puerta—, tomara dos de media en los seis encuentros de la fase previa de la Liga de Campeones frente al Viktoria Plzen (3), Inter (4) y Bayern de Múnich (5). Tampoco le fue mejor en la Liga Europa contra el Manchester United (2-2 y 2-1) y en la Supercopa de España también contó tres goles en contra (2-2 ante el Betis y 1-3 con el Madrid), mientras que en la Copa ha recibido siete en cuatro encuentros después de dejar a cero al Ceuta y Real Sociedad: tres ante el Intercity y cuatro del Madrid, el equipo que en el mano a mano ha endosado nueve tantos en cinco citas con el Barcelona, cuatro el miércoles en la Copa.
La goleada del Madrid fue más sorprendente que su clasificación después de que los barcelonistas hubieran sido capaces de dejar su portería a cero en 20 partidos de Liga y tres de Copa. Vinicius, un jugador desequilibrante con la pelota e intimidador y ofensivo en las riñas sin el balón, y Benzema, tan certero que lleva dos tripletes en los dos últimos encuentros, acabaron con la solidez de la zaga del Barcelona. Araujo se vio superado por vez primera por Vinicius mientras Koundé y Marcos Alonso quedaron retratados en los cuatro goles del Madrid.
Alonso no supo cortar la transición del Madrid en el 0-1, Koundé resbaló en el 0-2 y 0-4, y Kessié cometió un penalti absurdo en el 0-3. Los errores individuales dejaron en evidencia a un colectivo inmaduro frente a un contrario experto como el Madrid. El partido cuestionó en cualquier caso alguno de los fichajes conseguidos después de hipotecar los activos del club por valor de 158 millones —alrededor de 200 si se activan los del mercado de invierno de 2021—. Las palancas todavía no han propiciado el salto de calidad esperado en el Camp Nou. Acaso los 27 goles de Lewandowski justifican la inversión de la directiva presidida por Joan Laporta.
Los azulgrana todavía juegan como pueden más que como quieren o querrían a diferencia de un Madrid que actúa a la carta, siempre más cómodo en las eliminatorias y especialmente en la Copa de Europa. La propuesta de Xavi contra el Madrid quedó condicionada por las ausencias de Pedri, Dembélé y De Jong, tres futbolistas que ya llevan tiempo en el Camp Nou y por tanto escapan de la última lista de refuerzos de la que si forma parte Christensen.
La reconstrucción que pretende Xavi todavía está a expensas de incorporar a más jugadores, sobre todo a un lateral derecho, además de un centrocampista y un delantero, unas altas difíciles de conseguir por la falta de liquidez y del fair play financiero que exige LaLiga. Aunque el miércoles ya se exhibió el señuelo de Messi, invocado en el minuto 10 de partido, todavía quedan por regularizar los contratos de Gavi, Araujo y Balde, tres de los jugadores capitales de un equipo que ha acabado por ganar partidos que pudo empatar y hasta perder —nueve en la Liga y 11 en total acabaron con una victoria por 1-0.
Las limitaciones del equipo explican precisamente el por qué sería un éxito ganar la Liga y se justificaría su eliminación de Europa. El mérito del equipo no solo ha sido gobernar el torneo español, sino sostener a un club en un momento crítico por las deudas, por la financiación del Espai Barça y por el Caso Negreira. Si Laporta puede dilatar cualquier explicación y desafiar a quienes manchan al barcelonismo ha sido por la regularidad del plantel de Xavi. El 0-4 acabó con la euforia y activó el plan Messi.
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