Como si cada etapa fuera la última

La explosión de una generación de grandes ciclistas provoca que ya no haya carreras de rodaje

Primoz Roglic cruza la línea por delante de Remco Evenepoel durante la primera etapa de la Vuelta a Catalunya.JOSEP LAGO (AFP)

Antes de cada carrera o etapa, ya en el aparcamiento habilitado cerca de la línea de salida, la rutina se repite, pues los directores de equipo se enclaustran en los autobuses para hacer el sagrado meeting, un repaso de la carrera que está por llegar y los objetivos por cumplir. Así ocurre en la Volta.

“La intención es hacer un top-10 y buscar las victorias de etapa”, resumía Gorka Guerricagoitia, jefe del Cofidis. “Los nuestros son muy buenos pero llevan pocas carreras. No nos vamos a esconder, pero iremos viend...

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Antes de cada carrera o etapa, ya en el aparcamiento habilitado cerca de la línea de salida, la rutina se repite, pues los directores de equipo se enclaustran en los autobuses para hacer el sagrado meeting, un repaso de la carrera que está por llegar y los objetivos por cumplir. Así ocurre en la Volta.

“La intención es hacer un top-10 y buscar las victorias de etapa”, resumía Gorka Guerricagoitia, jefe del Cofidis. “Los nuestros son muy buenos pero llevan pocas carreras. No nos vamos a esconder, pero iremos viendo”, resumía Juanma Gárate, de EF Education First. “Nuestras opciones son reducidas. Queremos tener presencia”, apuntaba Jorge Azanza, del Euskaltel. “Queremos sorprender y tratar de ganar”, apuntaba Xavier Florencio, de Bahrain. “Es una carrera que da visibilidad y que sirve para correr con los mejores, pero seguramente cosecharemos más puntos en otros escenarios…”, resumía Juanjo Oroz de Kern Pharma.

Es la realidad de los equipos que no cuentan con uno de los animales competitivos que han coincidido en el tiempo y que ganan todo desde que comenzara el curso. Pogaçar (París-Niza y Vuelta a Andalucía), Vingegaard (O Gran Camiño), Roglic (Tirreno-Adriático) y Evenepoel (UAE Tour), además de Van der Poel (Milán-San Remo y Mundial de ciclocross). Resulta que ya no hay carreras de entrenamiento, sea una de UCI World Tour, de segunda o tercera clase. Y en la Volta están Roglic (Jumbo) y Evenepoel (Quick-Step), podio en las dos primeras etapas.

“Ya no hay carreras de rodaje en ninguna prueba. Es alucinante el nivel de participación y el de los corredores, todos van como locos porque el tema de los puntos UCI ha condicionado mucho”, explica Azanza. “Todos están mentalizados en sacar muchos puntos lo antes posible; los equipos hemos entrado en este juego y no hay carreras de preparación”, añade Guerricagoitia. “El ciclismo se ha globalizado en su máxima expresión y es la élite mundial todos los días”, sentencia Oroz. “Y los mejores quieren demostrar desde el primer día que están muy fuertes”, concede Florencio. “Es que son tan buenos que, aunque no estén al cien por cien, van a ser competitivos. Son cinco y están haciendo un favor de la leche al ciclismo”, afirma Gárate.

Así se ve en la Volta, curso que más presencia de medios internaciones ha congregado. “Es una época fantástica para el patrocinador y espectador. Es el mejor momento desde que estoy en el ciclismo”, apunta Gárate. “Es una época buenísima, en la que hay más dinero que nunca porque es un deporte que atrae a los inversores. Y el que tiene a Pogaçar lo quiere aprovechar del 1 de enero al 31 de diciembre. A mí me parece bien porque los que tienen que ganar son los mejores”, se suma Oroz. “Es un espectáculo que no habíamos visto en los últimos años. Estamos disfrutando muchísimo de estos talentos que mantienen su pico de forma desde el inicio del año”, apostilla Guerricagoitia. Lo que hace que se vaya a unas velocidades tremendas. “Antes el ciclismo no era tan profesional. Ahora viven de concentración en concentración, de carrera en carrera, ya no se paran en casa”, analiza Azanza. “Y que los materiales siguen evolucionando. Se mejoró mucho en aerodinámica y ahora, aunque las mejoras son de ganancias más marginales, se lima la bici con las rodaduras”, incide Gárate. “Y la alimentación, los entrenamientos, la cantidad de gente que rodea a los ciclistas… Es la evolución”, zanja Oroz.

Pero casi siempre gana uno de los elegidos, coyuntura que condiciona a los actores secundarios. “Es muy difícil sorprenderles, llegan al último puerto acompañados por sus equipos y es casi imposible quitarles tiempo”, esgrime Florencio. “Aunque el nivel medio es muy alto, mejor que nunca, son tan buenos los otros que no se puede intentar aislarlos porque ellos van a seguir y solo conseguirías aislarte tú”, desliza Gárate. “El problema es que las opciones de las fugas cada vez son menores”, lamenta Azanza. “Eso, una vez que nosotros hemos definido la filosofía de apostar por el talento joven de España, te hace buscar la excelencia”, incide Oroz.

Y aunque la Volta apenas ha echado a rodar, todos admiten que Roglic y Evenepoel son los favoritos, por más que desde Bahrain reclamen la cuota de protagonismo de Mikel Landa. Dentro de cinco días se resolverá la ecuación, si el ciclismo ya no da espacio a los actores secundarios.

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