El Barça no da la talla ante el Olympiacos

El equipo azulgrana, solo sostenido por Mirotic, palidece ante los griegos y pierde la segunda plaza de la Euroliga

Mckissic, sensacional durante el encuentro, entra a canasta ante Vesely.Georgia Panagopoulou (EFE)

Tiene equipo de sobra y jugadores contrastados, una plantilla que es la envidia de muchos, de casi todos. También cuenta con Mirotic, un jugador sin igual. Pero al Barça no le alcanza para decir la suya cuando llegan los partidos de alta alcurnia y así lo volvió a explicar ante el Olympiacos en El Pireo. Camaleónico porque fue Doctor Jekyll de inicio, con un baloncesto de muchos quilates, acabó por fundirse y por convertirse en Mr Hyde al final, equipo que evidencia que solo con Mirotic -también alg...

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Tiene equipo de sobra y jugadores contrastados, una plantilla que es la envidia de muchos, de casi todos. También cuenta con Mirotic, un jugador sin igual. Pero al Barça no le alcanza para decir la suya cuando llegan los partidos de alta alcurnia y así lo volvió a explicar ante el Olympiacos en El Pireo. Camaleónico porque fue Doctor Jekyll de inicio, con un baloncesto de muchos quilates, acabó por fundirse y por convertirse en Mr Hyde al final, equipo que evidencia que solo con Mirotic -también algo de Laprovittola- no vale. Y, con el Fenerbahçe a la vuelta de la esquina, ya que se baten este viernes, el Barça perdió la segunda plaza de la Euroliga a manos de los griegos.

Después del desaguisado ante el Casademont Zaragoza, en la que el Barcelona entonó el mea culpa tras un encuentro desastroso y una derrota de sonrojo, el equipo azulgrana llegó a Grecia en combustión, preocupado por recobrar el color y clarificar que tiene equipo para pelear por la Euroliga. Sólido en su defensa, intenso, manos por doquier y aliento en el cogote, al punto que varios lanzamientos llegaron con la sombra de la bocina, el Barça logró que el Olympiacos tiritara ante el aro, incapaz de hacer una canasta hasta el cuarto minuto del envite. No ocurría lo mismo al otro lado de la red, donde el Barça se imponía en la pintura, excepcional Sanli en su pugna con el talludo Fall (2,18 metros) y exquisito Mirotic, quizá porque no le gustó lo que sugería la prensa griega durante estos días sobre el exigido relevo de papeles entre él y Vezenkov, hasta ahora el mejor jugador de la Euroliga -máximo anotador y reboteador-, candidato firme para el laurel del MVP. Pero no fue la noche de Vezenkov, gatillazo en ataque (13 puntos) y en defensa, torpe en su intento de ponerle freno a un Mirotic que repetía jugada, esa que ya sale en los libros de Jasikevicius y que pasa por cogerle la espalda del rival para recibir pases bombeados y definir bajo el aro. Los caramelos, claro, llegaban de un Laprovittola que ve los huecos que los demás ni intuyen, que entiende el baloncesto como un espectáculo. Justo lo que no quería ver Bartzokas -extécnico del Barça en el curso 2016-17-, que no podía digerir su enfado morrocotudo en el área técnica, berrinche del bueno. Y ahí se acabó el Barça.

Al contrario de lo que le suele ocurrir, en esta ocasión el fondo de armario del Barcelona expresó que le falta chicha para los momentos de altos vuelos y, en este caso, decibelios; pocos pabellones tienen tanto eco y energía, una olla en ebullición que necesita bien poco para activarse. El trampolín griego fue un triple de Larentzakis. Y sin Mirotic, Lapro ni Sanli -versión rebajada ante el Olympiacos de Vesely- en la pista, sanseacabó el baloncesto culé, toda vez que el marcador pasó de 11-22 a 23-22 (primera vez que los griegos se adelantaron), torrija superlativa que subrayó el Olympiacos y que Jasikevicius vivió con desespero, brazos arriba y gesto torcido, berreando a los suyos para que metieran algún triple -uno de 13 intentos hasta el entreacto- o, al menos, no palidecieran tan categóricamente en el rebote. Pero Mirotic, siempre el jugador con capa, equilibró las cuentas, 29-27 al descanso, fiesta de la defensa sobre los ataques, tristes siete puntos azulgrana en el segundo cuarto.

Regresó más entonado el Barça en los lanzamientos desde el perímetro, ya con Laprovittola vestido de francotirador. Pero ese no era un reto que le preocupara al Olympiacos, con Mckissic y Papanikolaou inspirados, también más enérgico el equipo porque movía los pies y la bola a gran velocidad. Demasié para los azulgrana, con sudores fríos para detener los arreones rivales y desafinado desde la línea del tiro libre, también en los lanzamientos desde media distancia. Aunque ninguno peor que Kalinic, que hizo una oda a la cabezonería y al desastre, dos de nueve intentonas en los triples. Así, aunque aturdido, el Barcelona llegó vivo al último cuarto (50-45) y volvió a retar al Olympiacos desde la lejanía. Y Mckissic y Larentzakis elevaron la voz y el nivel, también al fin Vezenkov, que festejó su triple con rabia y con el puño al aire, con un grito liberador. Más que nada porque su equipo ganó sin contar con su mejor versión; lo contrario que Mirotic, que sí que tiró del Barça pero perdió, consciente de que con aliño restante no vale y que no le llega para los grandes éxitos, ya caído en la Supercopa y la Copa, lejos de dar la talla cuando la situación lo exige.

OLYMPIACOS, 77 - BARCELONA, 70

Olympiacos: Walkup (6), Canaan (0), Vezenkov (13), Papanikolau (8) y Fall (5) —quintento inicial—; Larentzakis (14), Sloukas (3), Peters (6), Black (6) y Mckissic (16).

Barcelona: Satoransky (1), Laprovittola (15), Kalinic (8), Mirotic (19) y Sanli (13) —quinteto inicial—; Da Silva (0), Vesely (2), Abrines (0), Higgins (10) y Jokubaitis (2). 

Parciales: 11-20, 18-7, 21-18 y 27-24.

Árbitros: Ilija Belosevic (Serbia), Mehdi Difallah (Francia) y Saso Petek (Eslovenia).

Peace and Frienship Stadium. Unos 10.000 espectadores.

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