Cariño, no es lo que parece
El Barcelona tira del manual de gestión de crisis que tantas veces han usado políticos en apuros
El diccionario de la Real Academia de la Lengua define “contraataque” como aquella “jugada rápida que un equipo deportivo realiza desde la zona defensiva como reacción ofensiva tras el avance del contrario”. La táctica- defenderse atacando- se ha extendido a otras disciplinas, allá donde se destapa un escándalo. A estas alturas, curados de espanto, resulta difícil ser original.
Se descubrió esta semana que José María Enríquez Negreira, entonces vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, había cobrado la friolera de ...
El diccionario de la Real Academia de la Lengua define “contraataque” como aquella “jugada rápida que un equipo deportivo realiza desde la zona defensiva como reacción ofensiva tras el avance del contrario”. La táctica- defenderse atacando- se ha extendido a otras disciplinas, allá donde se destapa un escándalo. A estas alturas, curados de espanto, resulta difícil ser original.
Se descubrió esta semana que José María Enríquez Negreira, entonces vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, había cobrado la friolera de casi siete millones de euros del fútbol club Barcelona por unas “asesorías verbales” -ni un mísero power point-. Algo así como que el acusado pague al juez a cambio de unos tips o consejitos para armar una buena defensa.
Y la primera reacción del club recordó, palabra por palabra, intervenciones de otras personas físicas o jurídicas en aprietos. Son tantas las similitudes que es fácil imaginárselos siguiendo el mismo curso sobre gestión de crisis, pasándose solidariamente los apuntes del coach.
Lección 1. Todo es falso… salvo alguna cosa.
Admitió esta semana el Barcelona, tras revelarlo la Cadena SER, que había encargado en el pasado “los servicios de un consultor externo para informes técnicos” y “asesoramiento arbitral”. “Con toda normalidad”, abundó el presidente del club, Joan Laporta. Y dijo Mariano Rajoy en febrero de 2013, preguntado sobre los papeles de Bárcenas y después de que algunos de los beneficiados de esos pagos hubieran admitido el cobro: “Todo lo que se refiere a mí y a mis compañeros de partido no es cierto. Salvo alguna cosa que es lo que han publicado algunos medios de comunicación. Dicho de otra manera, es total y absolutamente falso”.
Lección 2. La conspiración. Cariño, no es lo que parece.
“Quiero dejarlo muy claro. Culés, no es casualidad que esta información haya salido ahora, cuando las cosas van bien”, declaró Laporta esta semana. Es decir, olviden este desagradable asunto de las millonadas que pagamos al número dos de los árbitros y fíjense en qué momento aparecen, cuando el Barcelona saca una amplia ventaja al Real Madrid. En otras palabras, como dijo Rajoy en 2009: “Esto [el caso Gürtel] no es una trama del PP, es una trama contra el PP, que es una cosa muy distinta”. El entonces presidente también hizo notar la oportunidad del escándalo -”Todo esto se produce en plena campaña electoral de las elecciones vascas y gallegas”-; denunció el supuesto “diferente trato de la Fiscalía a los partidos políticos”- donde dice “Fiscalía”, léase medios de comunicación y donde dice “partidos”, equipos- y quiso “lanzar un mensaje de tranquilidad a los afiliados y votantes” – socios y aficionados-.
Lección 3. Indignación, investigación interna y amenazas.
Como es tradición en estos casos, tras la revelación del escándalo por parte de los medios de comunicación, el afectado ha anunciado una “investigación interna”. Lo destaca Mundo deportivo: “El FC Barcelona inició hace bastantes días un proceso de investigación por parte del área de Compliance externalizando la investigación de los hechos del caso Enríquez Negreira para garantizar la máxima eficiencia durante el curso de la misma”. También Rajoy anunció en su día que había encargado “una investigación al presidente del Comité Nacional de Derechos y Garantías del PP”. Eso debería dejar el asunto zanjado – el zorro iba a interrogar a las gallinas una por una-, pero por si acaso hubiera alguien a quien no le pareciera suficiente, advirtió el entonces presidente del Gobierno: “Haremos todo lo que esté en nuestra mano para que nadie manche el nombre de nuestro partido. No vamos a permitir que se juegue con el honor de millones de personas”. Y en la misma línea, años después, avisó Laporta: “Cualquier interpretación tendenciosa que insinúe cosas que no son tendrá la respuesta proporcional y adecuada del club. Nos reservamos todas las acciones que hagan falta para defender el honor del FC Barcelona”.
Lección cuatro. Ese señor del que usted me habla.
Las relaciones humanas son complejas. Amiguitos del alma que se querían un huevo tras intercambiar confidencias y regalos durante años dejan de hablarse de un día para otro, sin vuelta atrás. Pasan a ser “ese señor del que usted me habla” y peor aún, pueden querer vengarse. Negreira se sintió un día “liberado de cualquier deber de fidelidad y/o confidencialidad” y advirtió al Barça de que no le convenían los escándalos, algo que él podía provocar. También Bárcenas amenazó con tirar de la manta cuando le tocaron a la familia.
Lección cinco: Circulen.
El último paso de la gestión de crisis es ignorarla. Resueltas las fases de teoría conspiranoica, anuncio de investigación interna “para llegar hasta el final” y amenaza contra todo aquel que manche nuestro honor, solo queda hacer como si nada, con la esperanza de que un nuevo escándalo, preferiblemente en otro lado, tape al anterior. Se cuelgan unos vídeos tiernos de los jugadores jugando en un entrenamiento; se va uno a una cumbre fuera de España… y se dice muy convencido, pero sin que se oiga: “Circulen”.
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