Rui Silva, el portero que aprendió a liderar
El meta del Betis ha crecido con la competencia de Bravo, los consejos de Pellegrini y un afán de superación constante
A Rui Silva (Maia, Portugal; 28 años) le cambió la vida un entrenador. Fue Diego Martínez, quien en el Granada apostó por un joven portero luso que había llegado del Nacional de Madeira. Ahora, Rui Silva, que se expresa en un perfecto castellano, es el guardameta del Betis, que recibe al Barcelona en un partido aplazado de la jornada 17 por la disputa de la Supercopa de España (21.00, Movistar). Un portero con unos números muy buenos. Silva ha encajado 12 goles en 16 partidos, 15 de Liga y u...
A Rui Silva (Maia, Portugal; 28 años) le cambió la vida un entrenador. Fue Diego Martínez, quien en el Granada apostó por un joven portero luso que había llegado del Nacional de Madeira. Ahora, Rui Silva, que se expresa en un perfecto castellano, es el guardameta del Betis, que recibe al Barcelona en un partido aplazado de la jornada 17 por la disputa de la Supercopa de España (21.00, Movistar). Un portero con unos números muy buenos. Silva ha encajado 12 goles en 16 partidos, 15 de Liga y uno de Europa League (0,75 de promedio). Enfrente tendrá a Ter Stegen, el meta menos goleado de la Liga (seis en 18 choques), con un total de 19 goles encajados en 26 partidos (0,73 de promedio).
Para llegar a estas cifras tan estupendas, hay que remontarse a unos años atrás, cuando un joven portero de fútbol sala llamó la atención del entrenador de fútbol del Maia, en una ciudad portuguesa de 115.000 habitantes perteneciente a la zona industrial del gran Oporto. Rui Silva definió su vocación como portero viendo a Vitor Baia en el Oporto. Por él emprendió el gran salto hasta las Islas Madeiras. El Nacional le hizo su primer contrato profesional en 2013, con 18 años. “Era la primera vez que salía de casa y pasaba de jugar con los amigos, de estar con la familia, a vivir una experiencia que me ayudó a crecer y madurar. Fue un reto enorme que me dio estabilidad porque firmé por cinco años mi primer contrato profesional. Nacional es un club especial, que siempre me ayudó”, explica a EL PAÍS Rui Silva en la ciudad deportiva Luis del Sol.
En el Nacional, Rui Silva tuvo la ocasión de enfrentarse en el campo hasta en cuatro ocasiones con uno de sus grandes referentes, Iker Casillas, con el que se midió cuando el español jugaba en el Oporto. En Portugal, su seguridad y sobriedad bajo palos llamaron la atención del Granada. El equipo andaluz hizo una inversión de un millón de euros por un portero de 22 años del que se sabía muy poco. “Llegué hace seis años al Granada. Al principio me costó mucho. Comencé a vivir con mi mujer porque en Madeira estaba solo. Los dos solos tuvimos que acostumbrarnos a la vida fuera de Portugal. Además, yo venía de jugar y en cinco meses apenas lo hice. Y encima bajamos. Luego, en Segunda no me tocó jugar y pasé un año y medio complicadísimo”, recuerda.
Hasta que en el verano de 2018 Diego Martínez se hizo cargo del Granada. “Fue la persona que apostó por mí después de año y medio sin jugar. Me hizo sentirme importante otra vez. Diego me lo dio todo. Es un grandísimo entrenador. Logró el ascenso, al año siguiente en Primera con un presupuesto muy bajo nos metimos en la Liga Europa y llegamos a cuartos de final”, rememora el portero del Betis.
El equipo bético estuvo muy atento a la situación de Silva. Sus grandes actuaciones en el Granada de Diego Martínez y las dudas con su renovación hicieron que el Betis le hiciera una oferta por cinco temporadas. “Me hubiera gustado dejar un traspaso a un equipo que hizo mucho por mí y al que quiero mucho, pero en el fútbol pasan a veces estas cosas que no se pueden controlar”, afirma Rui Silva.
Se abría una etapa en el Betis, donde el guardameta ha compartido la portería con un referente como Claudio Bravo. Ahora, aunque con Manuel Pellegrini nunca se sabe, el titular en la Liga es el portugués, mientras que Bravo juega los torneos de eliminatorias, como la Supercopa, la Liga Europa y la Copa. Por eso, en la pasada final de Copa ante el Valencia, Bravo fue el titular. “Yo quiero jugar siempre, está claro. Por supuesto que duele no jugar ese tipo de partidos, es jodido, pero son decisiones del entrenador que debes respetar. Lo que no puedes es bajar la guardia si sucede algo así. Eso te hace aprender. He madurado mucho”, aclara.
Desde esa competencia con Bravo basada en el respeto, el apoyo de Pellegrini y un trabajo con un preparador personal, Rui Silva ha ido puliendo defectos para convertirse en un elemento de máximas garantías: “Antes era una persona más tímida, más introvertida. Ahora, con un trabajo extra que hago con un coach he podido adquirir un plus más y he aprendido a ser más líder en el campo”.
En pleno proceso de superación personal, el luso interpreta bien las órdenes que desea Pellegrini de él. “Me pide manejar el partido porque el portero lo ve bien todo desde atrás. Pellegrini dice que el portero debe facilitar el trabajo a los compañeros desde la comunicación de lo que ve. Luego, claro, un portero debe ser el primero en dar salida a un balón y mostrar jerarquía y liderazgo a sus compañeros”, aclara.
El Betis alcanzaría la cuarta plaza, empatado con el Atlético, si vence al Barcelona. Los catalanes llevan sin perder en Liga en el Benito Villamarín desde 2008 (ocho victorias para el Barcelona y tres empates). “La victoria ante el Getafe (0-1) ha sido muy importante porque nos tranquiliza y nos acerca a nuestros objetivos. Será un partido difícil. Podemos ganar al Barcelona, como demostramos en la Supercopa”, reflexiona el portero del Betis.
En las semifinales de la Supercopa, el Barcelona se impuso al Betis en los penaltis con un gran Ter Stegen: “En estos momentos es el mejor portero del mundo. Es completo y decisivo. Cuando el Barcelona lo necesita siempre está ahí y eso ayuda a sus compañeros. Es un muro. El mejor del trío puntero de porteros junto a Oblak y Courtois”.
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