España se lleva un bronce en el Mundial de balonmano que le sabe a gloria
La selección, con una segunda mitad colosal, derrota a Suecia (36-39) en Estocolmo ante 22.000 espectadores locales y suma su quinta medalla seguida
A la selección española de balonmano rara vez se le escapa una medalla si la tiene a tiro. En cuanto la ve a su alcance, a la cazuela. Esta vez se encontró enfrente a Suecia y 22.000 suecos en un estadio de fútbol de Estocolmo reconvertido en pabellón. Al inicio de la segunda parte palidecía ante el tiroteo sin tregua de los anfitriones (23-19). Y en la previa habían confesado que las piernas les pesaban. ¿Pero qué más da? Ya se sabe que es el equipo de mil escapatorias, y otra vez lo consiguió. Una segunda mitad perfecta le aupó al bronce en el Mundial (36-39).
En el día final, fue la ...
A la selección española de balonmano rara vez se le escapa una medalla si la tiene a tiro. En cuanto la ve a su alcance, a la cazuela. Esta vez se encontró enfrente a Suecia y 22.000 suecos en un estadio de fútbol de Estocolmo reconvertido en pabellón. Al inicio de la segunda parte palidecía ante el tiroteo sin tregua de los anfitriones (23-19). Y en la previa habían confesado que las piernas les pesaban. ¿Pero qué más da? Ya se sabe que es el equipo de mil escapatorias, y otra vez lo consiguió. Una segunda mitad perfecta le aupó al bronce en el Mundial (36-39).
En el día final, fue la obra, sobre todo, de tres nombres: Rodrigo Corrales, Adriá Figueras y, por supuesto, Álex Dujshebaev. El primero no había sumado ni una parada en cuartos y semifinales: cero de tres frente a Noruega y ni salió ante Dinamarca. Sin embargo, compareció tras el descanso ante una Suecia desbocada en ataque, pese a que le faltaba su estrella Jim Gottfridsson, y apretó el interruptor con cuatro intervenciones casi consecutivas que cambiaron el rumbo de la tarde junto al también decisivo cambio defensivo a 5:1. El segundo, una anguila en los seis metros, se coronó con una actuación para el recuerdo: nueve tantos sin fallo culebreando en el pivote. El iluminado de la tarde.
Y el tercero ya no es el hijo de Talant, sino Álex. El jefe absoluto del equipo volvió a hacer la suya con una exhibición de liderazgo y mando. Siete tantos -dos de ellos de cadera, como le vio a su padre-, un único lanzamiento errado y cinco asistencias. Tres estiletes de un conjunto maniobrado por la figura silenciosa de Jordi Ribera, el hombre que prefiere la sombra, el ratón de ordenador que se apuntó su sexta medalla, una más ya que el mito de Juan de Dios Román.
Fue el quinto metal seguido de España en un gran torneo, tras el oro europeo de 2020, el bronce mundial y olímpico del 21, y la plata continental del 22. La mejor racha en la gran explosión iniciada en 1996. Desde ese bronce europeo logrado hace 27 años, España se ha marchado con una medalla al cuello la mitad de las veces. Esta es la 18º en 35 torneos posibles en este periodo. Hasta ese momento, sus mejores resultados habían sido cuatro quintos puestos entre Juegos, Europeos y Mundiales, incapaz de superar esa frontera tan puñetera de los cuartos. Escaló ese muro y muy pocos han podido echarle el lazo después. En mitad de esta edad dorada, hace 15 años, se hundió la Liga por el crack inmobiliario, el torneo casero continúa en paños menores, pero pocas veces han faltado sus buenas noticias a principios de año. Con ella no hay cuesta de enero que valga.
El choque resultó la apoteosis del balonmano moderno. Goles por doquier, un tiroteo sin tregua. Primero golpeó Suecia porque su portería pesaba más y la defensa española todavía no había ajustado las tuercas para contener la velocidad escandinava. El contragolpe de cuatro contra dos con el que los anfitriones atraparon su máxima ventaja (19-15 en el minuto 26) dejó clara la vía de fuga hispana. El tanto fue de Hampus Wanne, una tortura a esas alturas. Seis dianas en ocho lanzamientos hasta el intermedio. El ala izquierda del azulgrana era una carretera sin peaje y por la derecha aparecía Niklas Ekberg, gran pesadilla española de los últimos tiempos (convirtió los penaltis que dejaron a la selección sin Juegos de 2016 y sin el oro europeo del año pasado). En la fiesta local también aparecían Darj (cuatro goles sin fallo) y Lagergren.
España, que había vuelto a reservar de arranque a Álex Dujshebaev (no apareció hasta el 17) y dio vuelo a un outsider como Garciandia, sufría atrás, pero arriba también encontraba sus soluciones con un lúcido Cañellas, un Casado al que se le había echado en falta y con la finura habitual de Ángel Fernández. El encuentro era puro frenesí del que, eso sí, salía vencedor Suecia: 22-18 al intermedio. “La primera parte no hacía presagiar esto”, confesó Ribera.
Sin embargo, su primera receta, Corrales, tuvo efectos inmediatos: Pérez de Vargas apenas había podido frenar cuatro tiros de los 26 recibidos. El cangués encendió la portería, la defensa ajustó al fin todos sus reglajes con una disposición de 5:1 que desconcertó a los escandinavos, y la tarde dio un vuelco radical. Del 23-19 al 23-25 en un plis plas. Y ya no hubo freno. Figueras definitivamente se desató en la línea de pivote, Álex Dujshebaev se multiplicó y hasta regaló un tanto en una colgada, Ángel Fernández no falló a su cita y Pérez de Vargas regresó a escena para detener un siete metros. En la otra orilla, Wanne ya no mordía tanto, Darj se había apagado y la gran amenaza, Eric Johansson, no pasó de dos tantos.
Se fueron los Entrerríos, Viran Morros, Aginagalde y compañía, y ahí sigue España, ganando medallas. Se dio por hecho que después de la retirada de esa vieja guardia al equipo le harían falta unos años para regresar al podio. Hubiera sido lo lógico. Pero el año pasado solo un penalti con el tiempo cumplido, precisamente contra Suecia, le alejó del oro europeo y este 2023 atrapó un bronce Mundial que le sabe a gloria.
Suecia, 36 - España, 39
Suecia: Palicka (P), Thulin (P), Appelgren (P), Lagergren (5), Daniel Pettersson, Johansson (2), Claar (4), Fredric Pettersson, Wanne (9), Carlsbogard (3), Persson, Pellas, Sandell, Darj (4), Ekberg (7), Forsell Schefvert y Bergendahl (3).
España: Corrales (P), Pérez de Vargas (P), Guardiola, A.Fernández (5), Solé (4), Cañellas (5), A.Dujshebaev (7), D.Dujshebaev, Maqueda (3), Casado (3), Figueras (9), Pecina, Odriozola (1), Sánchez-Migallón (1), Serdio, Garciandia (1) y D.Fernández.
Parciales cada cinco minutos: 4-2, 7-6, 10-10, 13-11, 17-14, 22-18 —descanso—, 23-20, 24-26, 26-28, 29-32, 32-34, 36-39.
Árbitras: C. Bonaventura y J. Bonaventura. Excluyeron por dos minutos a Carlsbogard (2), Palicka, Maqueda, Sánchez-Migallón (2), Casado y Odriozola.
Tele2 Arena. 22.000 espectadores.
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