El Barça se agarra a su portería
Ter Stegen y la zaga sostienen a los azulgrana en la defensa de su liderato después de un mal partido ante el Getafe en el Camp Nou
A falta de delanteros, se impusieron los defensas y el portero en un partido resuelto por el ingenio de Pedri. El gol del interior fue una bendición para el sufrido y efectivo Barça. El liderato azulgrana se explica a fin de cuentas por los 13 partidos en los que no ha encajado un gol, mérito sobre todo de Ter Stegen, soberbio también ante el Getafe. Jugaron mal los azulgrana, penalizados además por...
A falta de delanteros, se impusieron los defensas y el portero en un partido resuelto por el ingenio de Pedri. El gol del interior fue una bendición para el sufrido y efectivo Barça. El liderato azulgrana se explica a fin de cuentas por los 13 partidos en los que no ha encajado un gol, mérito sobre todo de Ter Stegen, soberbio también ante el Getafe. Jugaron mal los azulgrana, penalizados además por las ausencias del sancionado Lewandowski y de Araujo y Frenkie de Jong, ambos con molestias y reservados para la cita de Copa del miércoles contra la Real. El calendario obliga a administrar los recursos después de constatar el cansancio y el apagón del Barça en su regreso al Camp Nou.
El partido se planteó como un duelo entre la defensa del Getafe y el ataque del Barcelona. Los resultados no se corresponden con la nómina de futbolistas reunidos por Quique Sánchez Flores. No solo protege muy bien su área, sino que cuenta con centrocampistas con muy buen pie y sus delanteros son intimidadores, especialmente Enes Ünal. El Getafe fue un equipo impenetrable y ágil en las transiciones durante un buen rato en el Camp Nou. Los tres centrales y los dos laterales dispuestos por el técnico madrileño aburrían a los extremos y al delantero centro alineados por Xavi.
Raphinha y Dembélé intercambiaban sus posiciones sin encontrar la portería de Soria y no había manera de que entrara en juego Ansu Fati. El Barça era un equipo tan dinámico como impreciso en la elaboración, falto de paciencia y de profundidad, sobrado de ánimo y, en cambio, falto de fútbol, permeable cuando perdía la pelota y facilitaba la contra del Getafe. Los azulgrana, sin embargo, nunca se abandonaron, sino que mantuvieron el ritmo para marcar a partir de la presión y la recuperación, como ya ocurrió contra el Madrid en la Supercopa.
El gol llegó cuando el Getafe salía de su campo y se desorganizó defensivamente después de una buena anticipación de Christensen. El danés tocó para Raphinha y el centro del brasileño fue rematado por Pedri. El tinerfeño se ha acostumbrado a llegar con frecuencia desde la segunda línea para suerte del Barcelona. Pedri estuvo tan fino en el área de Soria como errático después en la cancha azulgrana cuando asistió a Borja Mayoral. El mal toque del canario dejo solo al delantero del Getafe frente al portero del Barça. El brazo derecho de Ter Stegen evitó el empate con una intervención muy repetida en la Liga.
El meta azulgrana estuvo siempre firme y resolutivo, sin atender a si la jugada era válida o acabaría siendo anulada por fuera de juego para desespero de la hinchada del Camp Nou. Las llegadas del Getafe eran tan frecuentes como claras por la falta de ajustes en el sistema de contención del Barcelona. La contienda fue decayendo progresivamente desde el bando azulgrana hasta el punto de que los aficionados evocaron actuaciones que costaron solemnes disgustos, como fue el empate con el Espanyol en el último partido disputado en el Camp Nou. El desafío azulgrana era demostrar que el equipo se había corregido después de ganar la Supercopa.
Mal segundo tiempo
Aunque el marcador fue distinto, el Barça volvió a ser el Barça anterior al que ganó al Madrid. A falta de espacios, el encuentro se enredó de mala manera, hasta el punto de que Dembélé pudo ser expulsado por una entrada al tobillo de Alderete. El árbitro fue indulgente con un Barça que ya jugaba por entonces con un cuarto centrocampista como Kessié. El Getafe, en cambio, se estiraba, apretaba y animaba, cada vez más cerca de Ter Stegen. A Mayoral se le escapó por poco un remate mientras Xavi no paraba de jugar con sus defensas en la rueda de cambios, rematada con la entrada de Marcos Alonso. La portería de Soria seguía muy lejos para el Barça, encomendado a Gavi y falto de delanteros y de volantes que sepan guardar la pelota.
Los focos se posaron de principio a fin sobre Ansu y no hubo noticias de un delantero que funciona mejor como suplente-revulsivo que como titular-sustituto de Lewandowski. El único que apareció un par de momentos durante una muy mala segunda parte fue Dembélé. El extremo francés habilitó sin éxito a Kessié y Ansu. Tuvo suerte el Barça de Ter Stegen, que atrapó el cabezazo de Larasa en la última jugada del encuentro, cuando la gent blaugrana no paraba de mirar el reloj, confundida porque no lograba ver al Barça campeón de la Supercopa.
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