El Barcelona se apoya en Abrines y Higgins para ganar

Un sublime último cuarto le da al Valencia el triunfo ante el campeón Efes en La Fonteta (81-71)

Lance del partido entre el Asvel y el Barcelona, donde Laprovittola trata de robar el balón.

Que Jasikevicius es un entrenador exigente no hay casi ni que recordarlo. Su rostro feroz cuando las cosas no le van bien a su equipo, tampoco cambia demasiado cuando sí le van. Siempre quiere más. “No confundamos los puntos de Abrines con jugar bien”, decía al regresar del vestuario tras el descanso, al que se marchó el Barcelona con diez puntos de ventaja en Villeurbanne frente al Asvel.

Sí, porque el jugador mallorquín sacó a su equipo de un pozo con tres triples consecutivos para liderar la recuperación ...

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Que Jasikevicius es un entrenador exigente no hay casi ni que recordarlo. Su rostro feroz cuando las cosas no le van bien a su equipo, tampoco cambia demasiado cuando sí le van. Siempre quiere más. “No confundamos los puntos de Abrines con jugar bien”, decía al regresar del vestuario tras el descanso, al que se marchó el Barcelona con diez puntos de ventaja en Villeurbanne frente al Asvel.

Sí, porque el jugador mallorquín sacó a su equipo de un pozo con tres triples consecutivos para liderar la recuperación azulgrana en un segundo cuarto en el que su anotación triplicó la de un primero en el que aunque funcionó la defensa de manera razonable, la flojera en ataque fue preocupante (15-11).

Tenía razón Jasikevicius, que no confundía velocidad y tocino, y los hechos le dieron la razón enseguida. Unos minutos después de decirlo, el Asvel encadenó un parcial de 12-0 para volver a ponerse por delante en el marcador. Todo lo que había trabajado el Barça para darle la vuelta, se esfumaba en unos minutos de apagón ofensivo y desajustes defensivos.

A partir de ese momento, el partido fue un tobogán. Subían los barcelonistas por la escalera y se lanzaban por la rampa. No aparecía Laprovittola, y aunque mantenía el tipo Mirotic, los franceses respondían cada intento de relanzarse de los barcelonistas. El marcador fluctuaba como la bolsa en un día incierto, al alza, a la baja; sin encontrar un patrón. Y así casi hasta el final cuando un tiempo muerto de Jasikevicius puso tiesos a sus hombres en la defensa con Mirotic firme bajo el aro, anulando a Fall, y como Abrines en la primera parte, apareció Higgins en los minutos finales, implacable en el lanzamiento para poner las cifras definitivas en el marcador.

Jasikevicius otra vez fue claro al final: “Encontramos a Abrines en la primera parte, y a Higgins al final, pero…” No es eso lo que le gusta, está claro.

Mientras, en la Fonteta, el Valencia jugó uno de los mejores partidos de la temporada para deshacerse del campeón Efes, al que tiene tomada la medida, ya que también le ganó en Turquía. En un último cuarto sensacional (29-15), el equipo que dirige Mumbrú desarboló al conjunto de Ataman para imponerse (81-71) con un sensacional partido de Jonah Rudebaugh y también de José Puerto, que en el último instante del tercer cuarto, después de un partido muy igualado, consiguió un triple que puso el luminoso en 52-56, y daba a su equipo la esperanza de remontar el resultado.

Esa canasta reactivó al Valencia, que se hizo el dueño de la cancha para acabar ganando por diez puntos después de una actuación coral ante el entusiasmo de la grada del pabellón valenciano. Se permitió Mumbrú el lujo de poner en la cancha a una de las promesas de la cantera, Sergio de Larrea, 1,97 y 17 años, para que disfrutara al menos unos segundos de la sensación de ser partícipe de un triunfo revitalizante.

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