Brasil decreta tres días de luto oficial y despedirá a Pelé después de Año Nuevo
El domingo de madrugada, el féretro con su cadáver será trasladado a Santos, a 70 kilómetros de São Paulo, donde el club de su vida, el Santos FC, acogerá el velatorio y expondrá el ataúd en el centro del campo
El brasileño Edson Arantes do Nascimento, conocido mundialmente como Pelé, soñaba con llegar a centenario como su abuela, y como su madre, Celeste, que cumplió los 100 recientemente. O Rei falleció el jueves en São Paulo a los 82 años por un fallo multiorgánico desencadenado por un cáncer de colon. Previsor, más allá de sus deseos, el hombre que convirtió el futbol en un espectáculo de masas eligió cuidadosamente dónde será enterrado el martes próximo. El nicho ...
El brasileño Edson Arantes do Nascimento, conocido mundialmente como Pelé, soñaba con llegar a centenario como su abuela, y como su madre, Celeste, que cumplió los 100 recientemente. O Rei falleció el jueves en São Paulo a los 82 años por un fallo multiorgánico desencadenado por un cáncer de colon. Previsor, más allá de sus deseos, el hombre que convirtió el futbol en un espectáculo de masas eligió cuidadosamente dónde será enterrado el martes próximo. El nicho está en un sitio realmente especial. Por supuesto, en la ciudad de Santos, y además tiene vistas a Vila Belmiro, el estadio del Santos FC donde a los 15 años nació como jugador profesional y se despidió del fútbol brasileño. O Rei, cuyo adiós ha copado primeras páginas en todo el planeta, también protagoniza sentidos editoriales en toda la prensa brasileña.
Los restos de Pelé reposarán durante el fin de semana en el Hospital Einstein, donde el rey del fútbol llevaba un mes ingresado y era tratado periódicamente hace años. Algunos aficionados se acercaron a rendirle homenaje al centro hospitalario, donde murió el jueves a las 15.27. São Paulo está desierta a las puertas de fin de año, quien ha podido ha viajado a la playa.
El domingo de madrugada, el féretro con su cadáver será trasladado a Santos, a 70 kilómetros de São Paulo. A partir de las diez de la mañana, el ataúd, cerrado, será expuesto en el centro del campo donde O Rei aún tiene un palco. Los aficionados podrán despedirse durante 24 horas. Ese mismo recinto alberga uno de los dos museos que Pelé tiene en la ciudad donde vivió buena parte de su vida. Una infinidad de fotos, objetos y documentos, así como el vestuario donde se tumbaba a meditar antes de saltar al campo, forman parte de lo que se puede ver.
El Gobierno de Brasil ha decretado tres días de luto oficial, en una de las últimas decisiones firmadas por el ultraderechista Jair Bolsonaro como presidente de la República. Se amplía a siete días tanto en la costera Santos, llena de turistas estos días por el Año Nuevo, como en el resto del Estado de São Paulo. El velatorio ha sido organizado por la familia de Pelé junto con el club al que dedicó su vida profesional, salvo la recta final en Estados Unidos con el Cosmos de Nueva York. Los preparativos se aceleraron cuando, a las puertas de Navidad, los médicos confirmaron su agravamiento. Había dejado de responder al tratamiento contra el tumor de colon y eso le afectó a los pulmones y al corazón.
La despedida oficial se demorará hasta la semana que viene porque el brasileño más internacional ha fallecido en unas fechas marcadas por el primer Año Nuevo que se festejará sin las restricciones de la pandemia y por un traspaso de poder en el Gobierno federal con una tensión inédita. Luiz Inácio Lula da Silva se convertirá el domingo en presidente de Brasil, tomando el relevo de Bolsonaro, que desde la derrota ha desaparecido prácticamente de la vida pública.
Pelé tenía 62 años cuando compró el nicho en el que reposará. Fue en la época en que Brasil conquistó su quinto Mundial, incluidos los que convirtieron a O Rei en el único tricampeón del planeta. Habló entonces en una entrevista de la longevidad de sus mayores y del final de su vida, que evidentemente veía lejanísimo: “No le tengo miedo a la muerte en absoluto. Pero tardará mucho en suceder. Y hay algo más: Pelé no será enterrado. Él es inmortal, eterno. Será enterrado Edson”.
Él siempre insistió en la idea de separar a la estrella del hombre desde los tiempos en que cerró su carrera profesional como futbolista y se inventó una nueva vida dedicada a la publicidad y los negocios. Sus dos personalidades eran asuntos distintos, no podían ser medidas por el mismo rasero.
La brasileña Vera Lucia Pereira Lima, una futbolista retirada de 79 años, se dice tristísima por la muerte de Pelé. Ella, que también jugó con el 10, es la fundadora del Santa Cruz de Belo Horizonte, el club donde debutó la mejor futbolista brasileña de todos los tiempos, Marta, A Rainha (La Reina). “Pelé fue el mayor jugador de todos los tiempos. Todo lo que hacen todos los cracks que tenemos en Brasil y el extranjero ya lo hacía él mucho antes”, explicaba este viernes Lima al teléfono desde Belo Horizonte. Lima se queja de que Marta no reciba homenajes a la altura de su palmarés.
Para su descanso eterno, Arantes do Nascimento eligió el cementerio vertical más alto del mundo, el Memorial Necrópole Ecumênica, un complejo de edificios de varias plantas donde están enterrados su hermano Jair, o Coutinho, compañero del astro en la delantera del Santos más glorioso, que falleció en 2019. Pelé eligió un nicho en el noveno piso, con vistas al campo donde jugó durante 19 temporadas. El noveno, en honor al dorsal con el que jugaba su padre, el futbolista João Ramos, Dondinho.
Aunque nadie menor de 50 años ha tenido el privilegio de verlo jugar en directo, cada brasileño atesora recuerdos de Pelé. Durante su última hospitalización y a medida que su estado empeoraba, algunos repasaron sus mejores goles en vídeo. Miles de personas lo homenajearon en redes. El futuro ministro de Derechos Humanos, el filósofo Silvio de Almeida, recordó en un tuit lo transcendentales que las gestas de Pelé fueron para él de crío y para millones de sus compatriotas: “Pelé fue la primera cosa que hizo que Brasil me gustara. Ver un hombre negro y brasileño, como yo, siendo indiscutiblemente el mejor en lo que hacía me hizo creer que, pese a todo, había algo en lo que creer. Personificó un sueño. Gracias, Pelé, gracias, rey!”
El martes, concluido el velatorio en Vila Belmiro, el cortejo fúnebre recorrerá Santos. Y pasará por delante de la casa donde aún vive la centenaria doña Celeste. La hazaña de cumplir los 100 años se le escapó de las manos a su hijo, que conquistó tres Mundiales, marcó 1.281 goles, y simbolizó, junto a la bossa nova, un Brasil alegre, prometedor y con enorme talento.
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