El Sevilla perdona al Betis

El conjunto de Pellegrini, en inferioridad numérica durante todo el segundo tiempo, aguanta el empate ante un rival sin fútbol en un derbi emocionante y con tres tarjetas rojas

Borja Iglesias, que fue expulsado, intenta marcharse de Lamela.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)

Los derbis son partidos que exigen un tremendo control de las emociones de los jugadores. El ambiente del exterior y la presión de las aficiones suelen producir ansiedad en los futbolistas. No es de extrañar, por lo tanto, que en estos duelos se suelan dar muchas expulsiones. No faltaron, por supuesto, en la edición oficial 138 del duelo de la máxima rivalidad en Sevilla. Y una detrás de otra hasta marcar de forma decisiva un partido que el Betis tenía absolutamente controlado y que d...

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Los derbis son partidos que exigen un tremendo control de las emociones de los jugadores. El ambiente del exterior y la presión de las aficiones suelen producir ansiedad en los futbolistas. No es de extrañar, por lo tanto, que en estos duelos se suelan dar muchas expulsiones. No faltaron, por supuesto, en la edición oficial 138 del duelo de la máxima rivalidad en Sevilla. Y una detrás de otra hasta marcar de forma decisiva un partido que el Betis tenía absolutamente controlado y que decidió entregar a su eterno rival. En un escaso cuarto de hora hubo tres tarjetas rojas, dos para el Betis y una para el Sevilla (Fekir y Borja; y Montiel). La ansiedad, la ingenuidad y la falta de autocontrol le pasaron factura al Betis. Así, el Sevilla, que tenía el partido perdido, se encontró al inicio de la segunda parte en superioridad ante un Betis con nueve jugadores. Ocurrió que el atasco futbolístico de los de Sampaoli es de tal calibre que les costó un mundo superar a un Betis metido atrás a defender su gol de ventaja en el marcador. Solo Gudelj, con un misil lejano, pudo perforar la meta defendida por Bravo en el minuto 82.

La emoción tiñó entonces un derbi en el que el Betis se defendía como podía y el Sevilla buscaba el segundo gol de forma desesperada. Fue Gudelj, precisamente, el que tuvo las mejores opciones en un tramo final trepidante. El serbio, el mejor atacante de los de Sampaoli, envió una volea al larguero. Todavía en la última jugada del encuentro, Bravo le hizo un paradón después de un medido centro de Navas. El Betis, que había tenido el derbi en sus manos y lo había entregado, se defendió toda una parte con uno menos ante un Sevilla inoperante. Fue el momento de otros héroes que suelen aparecer en los derbis, caso de Edgar, que se multiplicó para cortar balones de gol del Sevilla. El uno a uno final de un derbi loco, de tres expulsiones, sabe a gloria al Betis y penaliza a un Sevilla sin fútbol, que acabó perdonando a su rival.

Navas, en propia puerta

Una entrada de Montiel a la rodilla de Álex Moreno abrió el camino del gol a un Betis por momentos superado por el toque, eso sí, intrascendente, del Sevilla. Ocurrió que seis minutos después de la cartulina roja a Montiel, con intervención del VAR, Navas, su sustituto, se metía un gol en propia puerta después de un despeje de Gudelj y con la colaboración de Bono.

El derbi se había puesto de dulce para el Betis, con 1-0 en el marcador y en superioridad numérica, hasta que Fekir, tan buen jugador como imprevisible en sus reacciones, soltó el brazo hacia atrás para golpear al Papu. El VAR intervino y el campeón del mundo con Francia, que no supo medir sus emociones, se marchó a los vestuarios con un enfado monumental. Mal por Fekir, que sumó su quinta expulsión en su estancia en la Liga española (más una en la Liga Europa).

Lo que nadie podía esperar es que Borja Iglesias, a los 49 minutos, decidiera disparar contra su propio equipo al ganarse otra tarjeta roja de manera infantil al pisar el tobillo de Jordán. De nuevo, la falta de temple, de pausa, de cabeza, llegó en forma de factura para el equipo local.

Un nuevo partido, pero con 1-0 para el Betis, emergió de un caldo de cultivo donde los verdiblancos habían sido peligrosos al contragolpe ante un Sevilla dominador, de buen toque, pero sin pegada. El Betis, al que le faltó el balón, pudo marcar, sin embargo, a los 22 minutos, solo ante Bono y después de una dejada de tacón deliciosa de Canales. En el Sevilla la tuvo Mir tras un error de Sabaly en la salida del balón, pero Edgar sacó el esférico, flojo, antes de que entrara. Fue Bono el que mantuvo a su equipo en el partido con un paradón a Borja.

Bono volvió a parar ante Álex Moreno. Entonces Borja pisó a Jordán y vio la roja. El Sevilla, con 10 ante un Betis con nueve, dominó a su antojo, pero sin profundidad ante un Betis muy bravo. Solo Gudelj, con un gran disparo, batió a Bravo. El Sevilla lo intentó y el propio Gudelj volvió a rematar al larguero. No llegó el segundo y el Betis celebró un punto cuando tenía los tres al descanso. Al Sevilla, muy escaso de fútbol, le queda una dura penitencia por delante.

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