Cristiano se va del campo antes del final en el mejor partido del United en la temporada
El portugués, que no jugó ni un minuto, se marchó al túnel de vestuarios cuando su equipo ganaba 2-0 al Tottenham en el encuentro más brillante en Old Trafford en años, gracias a Casemiro, Fred, Antony y Lisandro Martínez
“No nos ganó el United, nos ganó Cristiano”, dijo Antonio Conte, cuando este martes evocó el 3-0 que le impuso el Manchester United hace un año con un hat-trick del delantero de Madeira. El entrenador del Tottenham homenajeó al portugués la víspera de acudir a Old Trafford este miércoles a disputar la 10ª jornada de la Premier ante un rival en plena transformación. Pero Cristiano ya no es la estrella. Su entrenador,...
“No nos ganó el United, nos ganó Cristiano”, dijo Antonio Conte, cuando este martes evocó el 3-0 que le impuso el Manchester United hace un año con un hat-trick del delantero de Madeira. El entrenador del Tottenham homenajeó al portugués la víspera de acudir a Old Trafford este miércoles a disputar la 10ª jornada de la Premier ante un rival en plena transformación. Pero Cristiano ya no es la estrella. Su entrenador, Erik Ten Hag no permitió que se quitara ni el chándal, según discurría el mejor partido del equipo en mucho tiempo. Ganó el United 2-0 y el ídolo de 37 años observó la fiesta contrariado, el gesto sombrío, tal vez vislumbrando un futuro en los márgenes. En el minuto 89 se levantó y se fue a su casa sin esperar al pitido final.
El túnel de vestuarios de Old Trafford está en una esquina del cuadrilátero, mientras que los banquillos se localizan en el lateral. Para alcanzar los camerinos es preciso recorrer 50 metros frente a los graderíos. Cristiano caminó ausente. Ajena al delantero por mirar a su equipo en ebullición, la gente se revolvía de placer en el sufrido campo del suroeste de Mánchester, punto de reunión de la afición más numerosa de Gran Bretaña, harta de esperar después de ocho años sin ganar el título. Nadie pareció reparar en Cristiano según marchaba entre la muchedumbre y el terreno de juego lleno de futbolistas.
Ten Hag se mostró seco, cuando le preguntaron por Cristiano: “No le presté atención; solo he visto que hoy hemos hecho el mejor partido de la temporada”. El técnico aclaró que había elegido a Marcus Rashford en lugar de Cristiano siguiendo pautas de rendimiento atlético. “Necesitábamos que los delanteros presionaran muy bien la salida del Tottenham”, dijo.
Puede que el momento se recuerde como un punto de inflexión en la historia de club. Un gesto que, después de una transición que parecía interminable, tal vez señale un cambio definitivo hacia el futuro. Ocurrió al cabo de una noche cargada de noticias, la mayoría estimulantes para un United que superó al Tottenham en todos los departamentos y dio un paso fundamental en la senda que conduce a establecerse entre los cuatro primeros de la tabla. Tras la victoria es quinto con 19 puntos, a uno del Chelsea y a cuatro del Tottenham, que ha disputado un partido más.
“¿Habéis visto por qué le fichamos?”, dijo Ten Hag cuando, tras el partido, le preguntaron por Casemiro. “Está creciendo de partido en partido. Ha demostrado por qué es tan importante para el equipo. Este club necesita jugadores como él”.
A Ten Hag le cuadraron las piezas. Alrededor de Casemiro, y con el respaldo inteligente de Lisandro Martínez, el entrenador holandés formó un 4-3-3 que le permitió presionar y controlar el balón de forma armónica, gracias principalmente a la contribución de Fred. Si Tite, el seleccionador de Brasil, buscaba volantes en estado de gracia para abordar el Mundial que comienza el mes que viene, en Old Trafford destacaron dos. El sabio Casemiro, y sobre todo el redescubierto Fred, que durante tantos años se mostró inseguro y vacilante, y que frente al Tottenham recorrió la cancha incansable asociándose con todos en un derroche de entusiasmo y lucidez que acabó por iluminar a Bruno Fernández y a Marcus Rashford. El centrocampista se fue ovacionado como un ídolo, igual que Antony, su paisano, el soberbio extremo zurdo que hace de todo y casi siempre estupendamente.
Defensas argentinos, por fin
Rashford y Fred anotaron los goles. Pero el marcador, 2-0, se quedó corto en relación a la cantidad de ocasiones claras que consiguió el United frente a un rival que sufrió para estabilizarse en sus basculaciones. Solo Cristian Romero conservó la calma, y con dificultad, en medio del corrimiento de tierras que le rodeó. Como Tite, Lionel Scaloni, el seleccionador de Argentina, también debió sentirse satisfecho y seguro. La firmeza es la sensación que inspiraron Romero entre los visitantes y Lisandro Martínez entre los ocales. Fueron los centrales más destacados del partido. Argentina no tenía defensas de esta categoría desde el Mundial de Sudáfrica, en 2010.
Si en el Tottenham reinó el desconcierto porque Lisandro Martínez se anticipó una y otra vez a Harry Kane; el United no hizo más estragos porque Romero se rebeló donde Dier se rendía.
Concluida la velada, los jugadores rojos se abrazaron sobre la hierba. Habían conquistado algo más que un título. Habían logrado una sintonía, algo que los unía en torno a un modo de interpretar el juego de forma creativa, por fin, motivo de orgullo para la hinchada después de años de tribulación. La fiesta fue completa. Para entonces, Cristiano estaba en el camerino vistiéndose de civil.
Conte: “Sufrimos contra rivales fuertes”
“Nuestra clasificación es buena, somos terceros”, dijo Antonio Conte, el técnico del Tottenham. “Pero cuando el nivel del rival sube, sufrimos y sufriremos. Sufrimos contra el Chelsea y el Arsenal, y sufrimos contra el United. A veces escucho que somos aspirantes al título. Este equipo necesita más tiempo. Cuando juegas contra equipos grandes la mentalidad de los jugadores debe ser distinta: deben entrar al campo con una guerra en el interior, una guerra futbolística, claro. La mentalidad adecuada es: matamos o morimos”.
En los otros partidos de la jornada, el Chelsea empató en Brentford (0-0), el Liverpool le ganó al West Ham en Anfield (1-0), y el Newcastle se impuso al Everton (1-0).
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