Megan Rapinoe: “Espero que la Federación española afloje un poco y dialogue con las jugadoras”
La capitana de la selección de EE UU, que el martes se mide a España, dice que no ha hablado con las internacionales pero que empatiza con ellas
Megan Rapinoe, la capitana de la selección femenina de Estados Unidos, atendió a los medios de comunicación este lunes en Pamplona, en la Ciudad Deportiva de Osasuna. Lo hizo en la víspera del partido que el martes (20.30, Teledeporte) enfrentará a la campeona del mundo con la España de Jorge Vilda. Rapinoe, de 37 años, contestó durante 10 minutos a seis preguntas de seis periodistas. Lo hizo en el gimnasio, a resguardo de la lluvia. Habló, como no, del informe sobre los abusos en el fútbol femenino estadounidense ―...
Megan Rapinoe, la capitana de la selección femenina de Estados Unidos, atendió a los medios de comunicación este lunes en Pamplona, en la Ciudad Deportiva de Osasuna. Lo hizo en la víspera del partido que el martes (20.30, Teledeporte) enfrentará a la campeona del mundo con la España de Jorge Vilda. Rapinoe, de 37 años, contestó durante 10 minutos a seis preguntas de seis periodistas. Lo hizo en el gimnasio, a resguardo de la lluvia. Habló, como no, del informe sobre los abusos en el fútbol femenino estadounidense ―las 300 páginas que hablan de “abusos sistémicos” silenciados por los que deberían haber velado por la seguridad de las jugadoras― y también de lo que opina la icónica jugadora sobre el plante de las 15 internacionales españolas que han renunciado a vestir la camiseta roja.
Sobre los abusos, dijo que le resultaba “frustrante, decepcionante y horrible” el silencio que guardaron los clubes, la NWSL (la Liga) y la Federación. “Lo harían para proteger sus cargos, pero no creo que puedan decir en ningún momento que no sabían lo mal que estaba la situación”.
Rapinoe dijo que no ha hablado con ninguna de las 15 jugadoras españolas que han dejado de responder a la llamada de la selección, pero que sí escuchó lo que pasó y asegura que empatiza con ellas. “Porque se han unido de una manera muy respetuosa, expresando sus preocupaciones sobre el futuro y el entorno en el que trabajan. Hemos estado en esa situación muchas veces, así que sé lo difícil que es hacer lo que han hecho. Tienen que seguir unidas. Creo que lo que quieren es llegar a ser el mejor equipo del mundo, ganar campeonatos y seguir creciendo”.
Considera que es el mismo problema que hay en todo el mundo: “El Balón de Oro del año pasado fue de una española [Alexia Putellas], así que es muy triste ver esto. Pero como hemos visto en nuestro país y en otros lugares, las futbolistas siguen teniendo que luchar por lo que parece ser lo mínimo, el trato, la igualdad de los recursos, y el respeto. Si reciben todo lo necesario. Se trata de seguir profesionalizando este deporte también fuera del campo. Lo que se demanda me parece razonable. Espero que la Federación pueda hacer algo, que traten de aflojar un poco y sean capaces de dialogar con las jugadoras, y puedan tener una conversación abierta y honesta. Y decir dónde se necesita mejorar y tomar esa crítica de forma constructiva para que sirva de impulso”. Y añadió: “Queda un año para el Mundial y no será lo mismo si la selección española no está en su mejor momento”.
Las 15 jugadoras que enviaron el correo a la RFEF (Patri Guijarro, Sandra Paños, Claudia Pina, Aitana Bonmatí, Mapi León y Mariona Caldentey, del Barcelona; Ainhoa Moraza y Lola Gallardo, del Atlético; Amaiur Sarriegi y Nerea Eizagirre, de la Real Sociedad; Laia Aleixandri y Leila Ouahabi, del City; Ona Batlle y Lucía García, del United; y Andrea Pereira, del América) están apoyadas por Alexia Putellas, de baja por lesión. Informaron el 22 de septiembre a la Federación de que no acudirían a las convocatorias de la selección mientras “no se revierta” una “situación” que, según dicen, les afecta “de manera importante” en su “estado emocional” y en su “salud”. Al día siguiente enviaron un comunicado criticando a la Federación por haber filtrado el contenido de los correos electrónicos y asegurando que “nunca” han pedido “el cese del seleccionador” y jamás han “amenazado con dejar el equipo nacional de manera definitiva”. Ninguna de ellas ha salido todavía a explicar cuáles son los motivos de su decisión y de su incomodidad.
Luis Rubiales, presidente de la RFEF, apoya incondicionalmente a Vilda. El técnico, por su parte, calificó la situación de “ridículo mundial” y aseguró que tiene aún más fuerzas para seguir en el cargo. Convocó a otras 15 jugadoras y con ellas ha empezado el camino hacia el Mundial de 2023. El viernes en Córdoba empató a uno contra Suecia, la número tres del mundo. “Hemos demostrado que hay equipo, un equipo que no tiene ningún tipo de reserva mental”.
Tenía Rapinoe ganas de charlar sobre lo que está ocurriendo y ocurrió durante años en el fútbol femenino estadounidense. Los abusos sexuales y verbales desde las categorías inferiores hasta la elite. Pero el encargado de prensa cortó a los medios antes de la tercera pregunta sobre el informe de 300 páginas que se acaba de publicar en Estados Unidos. “Nos tenemos que ir a entrenar”, zanjó. A Rapinoe le preguntaron por qué los clubes, la Liga y la Federación guardaron silencio ante las denuncias y las peticiones de ayuda que les llegaron por parte de las jugadoras. Ante los informes y los cuestionarios que encargaron los psicólogos sobre el trato de Paul Riley, Christy Holly, y Rory Dames a las jugadoras.
Los abusos y los mensajes sexuales
Riley, 59 años y ex técnico, entre otros equipos, de Portland Thorns, fue calificado, según testimonios recogidos en el informe de Sally Yates, exnúmero dos del Departamento de Justicia estadounidense, como “manipulador, abusivo y sexista”. A Meleana Shim, una de sus jugadoras, según recoge el informe, le enviaba mensajes diciéndole que estaba “excitado”, que ella era “sexy” y “caliente” y que quería “follarla”. Se presentó en ropa interior en la puerta de su habitación. Le cambió de compañera de cuarto (Sinead Farrelly) y les pidió que se besaran delante de él. Rory Dames, 59 años, y exentrenador de Chicago Red Stars, fue calificado de “condescendiente, manipulador, agresivo, insultante e intimidador”. La psicóloga que envió los cuestionarios, según recoge el informe, observó que “el 70% de las jugadoras entrevistadas (incluyendo a las titulares) reportaron comportamientos emocionalmente abusivos y que muchas no reconocieron ciertos comportamientos como abusivos porque eran tan omnipresentes en el fútbol femenino que estaban normalizados”.
A una jugadora la llevó en coche a casa después de un entrenamiento y le dijo que no la dejaría bajar hasta que respondiera a todas sus preguntas sobre sexo. Christy Holly, 37 años y técnico de Racing Louisville, también coaccionó sexualmente a una jugadora, Erin Simon. Según el informe, “le envió fotos y mensajes sexualmente explícitos, y le exigió que hiciera lo mismo. Le pidió que fuera a su casa para revisar un partido y en su lugar le mostró pornografía, masturbándose enfrente a ella”. Como relata el informe, todos sabían, todo era un “secreto a voces”. Pero nadie hizo nada.
“No lo sé, no sé por qué todos guardaron silencio. Tendrías que preguntárselo a ellos. Es increíblemente decepcionante, frustrante y horrible. Sé que las jugadoras no han guardado silencio y a veces fue difícil porque nos preguntábamos entre nosotras: ¿deberíamos haber dicho más, hecho más, boicotear algún torneo? Sí se habló, se informó a las personas que tenían el poder y la responsabilidad de cuidar a las futbolistas, de escuchar sus denuncias y quejas. Rellenamos encuestas, se lo decíamos a la federación, se lo decíamos a todo el mundo…”. ¿Por qué guardaron silencio? “Tal vez para proteger su propia posición. Sabían exactamente lo que estaba pasando y cuál era la situación. Se detalló explícitamente, año tras año, año tras año…”, lamenta.
Es lo mismo que pasó con la Federación de gimnasia y las denuncias de las víctimas de Larry Nassar. ¿Qué falla en el sistema? Y responde Rapinoe: “¿Uf, cuánto tiempo tenemos para hablar? Y añade: “Ante todo hay una grave falta de fondos y recursos en políticas de protección y recursos humanos. También creo que, sin configurar el entorno de una manera realmente profesional, se deja ese espacio para los abusos de poder. Y ya existe una dinámica de poder entre los entrenadores y las deportistas, sobre todo si el entrenador de tu club también es el gerente o el director deportivo. Ellos tienen todo el poder y son ellos quienes toman las decisiones, juegues o no. Y siempre pueden decir que es una decisión futbolística, aunque no lo sea. Si esa dinámica de poder no se controla, a menudo puede provocar abusos. El deporte no es ajeno al sexismo, racismo, homofobia y misoginia que hay en la sociedad… si no lo supervisas, vas a tener los mismos problemas que en la sociedad”.
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