Jorge Vilda y la vieja ley del fútbol
El seleccionador femenino, señalado como poco capaz, aguanta pese a estar bajo la norma no escrita de que es más sencillo quitar a uno que a 15
”Nunca ha habido un equipo al que se le haya exigido tanto sin haber ganado antes algo”, soltó Jorge Vilda (Madrid, 41 años), el pasado junio, a un mes de la Eurocopa. Lo que no imaginaba el entrenador de la selección femenina de fútbol es que esa demanda se iba a producir también en su vestuario, iba a trascender al exterior y, sobre todo, derivaría en un plante de 15 futbolistas (más el apoyo expreso de la gran estre...
”Nunca ha habido un equipo al que se le haya exigido tanto sin haber ganado antes algo”, soltó Jorge Vilda (Madrid, 41 años), el pasado junio, a un mes de la Eurocopa. Lo que no imaginaba el entrenador de la selección femenina de fútbol es que esa demanda se iba a producir también en su vestuario, iba a trascender al exterior y, sobre todo, derivaría en un plante de 15 futbolistas (más el apoyo expreso de la gran estrella, Alexia Putellas) contra su figura. Mientras él siempre transmitió prudencia e ir paso a paso, en un sector importante de la caseta se fue cocinando la sensación de que el técnico carece de nivel profesional para aprovechar el talento de las jugadoras y aspirar a grandes títulos.
De momento, ahí sigue, en la diana de un conflicto sin precedentes, y probablemente sin retorno, y acorralado por una de las leyes más viejas del fútbol, al margen de razones: es más fácil prescindir de uno que de 15. “¿Y ahora qué hacemos? ¿Lo quitamos?”, se preguntaban de forma retórica este viernes en medio del desconcierto en la federación, que siempre le ha mostrado un apoyo innegociable. “¿Y ponemos a su segunda [Montse Tomé]? ¿Y qué pasa con las jugadoras?”, continuaban en Las Rozas disparando interrogantes sin respuesta, “disgustados y desilusionados” con las futbolistas, conscientes del túnel muy negro en el que se habían metido. “Ellas pensaban que Vilda caería tras este movimiento”, apuntaba otra fuente de la entidad que preside Luis Rubiales.
El seleccionador ha hecho toda la carrera en la Federación y en el fútbol femenino, y su relación con las internacionales viene de muy atrás, bien porque es director deportivo de toda la pirámide o porque él las entrenó en la sub-17 y sub-19 entre 2010 y 2015. Con varias, incluso, ha levantado alguno de los títulos que aparecen en su palmarés: dos Eurocopas, dos platas continentales, un bronce europeo y un bronce mundial. Siempre en categorías de base, matiz decisivo en este caso. A este mundo llegó bajo el paraguas de su padre, Ángel, que también fue entrenador en las categorías inferiores después de ejercer de preparador físico en el Barcelona de Johan Cruyff y en el Madrid de Jupp Heynckes.
En 2015 ascendió al frente de la absoluta y en los últimos tiempos no había que profundizar mucho en el entorno del combinado nacional para percibir ruido alrededor del preparador madrileño. Cuestionado a menudo por la ausencia de variantes futbolísticas más allá de apostar por las referentes nacionales del Barça —con la queja añadida de la carga física extra para estas jugadoras—, Jorge Vilda siempre ha dejado, además, elecciones y descartes con más polémica que la que suele acompañar a un seleccionador. En el Mundial de 2019, no contó con la centrocampista Ángela Sosa, entonces en el Atlético, que venía de ser nombrada la mejor futbolista de la Liga que acababa de ganar gracias, en buena medida, a sus 10 goles y 16 asistencias. Y en la pasada Eurocopa, no incluyó de entrada a las realistas Amaiur Sarriegi y Nerea Eizagirre, autoras de la mitad de los tantos del subcampeón. Al final, solo la lesión de Putellas rescató a Sarriegi en un conjunto que había evidenciado dificultades ante la portería rival y que tampoco tenía a Jenni Hermoso (la máxima anotadora, con 42 tantos).
“Sandra Paños y Lucía García fallaron contra Alemania y ahora firman el correo”, se quejan en Las Rozas
De postre, para el medio eligió a la defensa Laia Aleixandri (firmante de la carta), parcela que no ocupaba desde las etapas formativas; y en Países Bajos debutaba Damaris Egurrola, campeona en la base pero alistada con la Oranje, cansada de no ser llamada por la absoluta y tras acusar a Vilda de no decir la verdad. “No se me trató de forma correcta”, aseguró en una entrevista a este periódico hace tres meses la centrocampista del Lyon.
En Las Rozas lo notaron tocado tras conocer al final de la Euro el malestar de una parte destacada de la caseta, que alertó de que su mensaje ya no calaba. Algo para lo que, según aseguran estas mismas fuentes, se estaba tratando de poner remedio concediendo un mayor protagonismo a otros miembros del cuerpo técnico. Pero entonces, siempre según esta versión, aparecieron “por sorpresa” este jueves a las 19.00 en la bandeja de entrada de Ana Álvarez, directora de fútbol femenino de la RFEF, y Vilda los 15 correos de las amotinadas. “Jorge les ha dado confianza y le han traicionado”, exclamaba este viernes una persona en Las Rozas, que se acordaba de la derrota contra Alemania (2-0) en la pasada Euro durante la fase de grupos.
Controlador
“Esa noche, cenando en el hotel, se le acercó una persona a Vilda y le dijo: ‘En el siguiente partido pondrás a Misa [segunda portera], ¿no?”, relata esta fuente en referencia al grave error cometido por Sandra Paños en el minuto tres y que costó el 1-0. “Él respondió que no y mira cómo se lo paga [Paños es otra de las firmantes]. Y en ese partido Lucía García falla una ocasión muy clara. El United, antes de ficharla este verano, llamó a Jorge para preguntar y les habló bien de ella. Y ahora manda el correo”, añade esta persona con amargura.
“Las concentraciones son una cárcel”, denuncia una jugadora de la Roja
En la otra orilla, sin embargo, se habla de un hombre “poco ambicioso”, escaso de nivel como técnico y controlador en las formas. “Las concentraciones son una cárcel”, se quejaba este viernes una de las futbolistas de la Roja. Algo de lo que ya habían llegado señales durante la Eurocopa. Horas después del envío de las 15 cartas, una fuente con acceso a la caseta recordaba cómo en la primera etapa de su mandato Vilda obligaba a las jugadoras a no cerrar las puertas de las habitaciones por la noche. “El entrenador señalaba un horario para acabar el día y pasaba una por una para controlar que estuvieran descansando”, confesaba esta persona.
Posicionadas las jugadoras, la Federación y atornillado el técnico, queda el público. Con su lista más delicada, Jorge Vilda estará en Córdoba el 7 de octubre contra Suecia y el día 11, en Pamplona ante Estados Unidos.
Con información de Juan I. Irigoyen y Ladislao J. Moñino
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